domingo, 28 de octubre de 2012

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 28 Octubre 2012

Trigésimo Domingo del tiempo ordinario. 
Santo(s) del día : San Simón Cananeo
Evangelio según San Marcos 10,46-52.

Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. 
Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!". 
Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!". 
Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron: "¡Animo, levántate! El te llama". 
Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él.
Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". El le respondió: "Maestro, que yo pueda ver". 
Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino. 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 
Leer el comentario del Evangelio por : 
Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301), monja benedictina 
Ejercicios, n°6; SC 127 

«Maestro, que pueda ver»

En ti, Oh Dios vivo, mi corazón y mi carne se estremece, y mi alma se regocija en ti, mi verdadera salvación. ¿Cuándo te verán mis ojos, Dios de los dioses, Dios mío? ¿Dios de mi corazón, cuándo me regocijarás con la visión de la dulzura de tu rostro? ¿Cuándo colmarás el deseo de mi alma con la manifestación de tu gloria?

¡Dios mío, tu eres mi herencia escogida de entre todos, mi fuerza y mi gloria! ¿Cuándo entraré en tu omnipotencia para ver tu fuerza y tu gloria? ¿Cuándo en lugar del espíritu de tristeza me revestirás con el manto de la alabanza, para que unida a los ángeles, todos mi ser te ofrezca un sacrificio de aclamación?

¿Dios de mi vida, cuándo entraré en el tabernáculo de tu gloria, para poder cantarte en presencia de todos los santos, y proclamar con el alma y el corazón que tus misericordias para conmigo han sido magníficas? ¿Cuándo se romperá la red de esta muerte, para que mi alma pueda verte sin intermediario?... ¿Quién resistirá a la vista de tu claridad? ¿Cómo podrá verte el ojo y oírte la oreja, contemplando la gloria de tu rostro? 

(Referencias bíblicas: Sal. 83,3; Sal. 70,16; Lc 1,47; Is 61,10; Sal. 26,6; Gn 19,19)

lunes, 22 de octubre de 2012

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

domingo 21 Octubre 2012

Vigésimo noveno Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : San Gaspar de Búfalo

Evangelio según San Marcos 10,35-45.

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir". 
El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?".
Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".
Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?".
"Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.
En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : San Juan Crisóstomo (hacia 345-407), presbítero de Antioquía más tarde obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia 
Homilías contra los anoméos, 8,6; PG 48, 776-777, en Elhougne, Les Pères commentent, pag. 299 

“Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.”

Lo que los dos hermanos, Juan y Santiago querían, al aspirar a los primeros puestos, a los cargos y honores más destacados, era según mi parecer, tener autoridad sobre los demás. Por esto Jesús se opone a su pretensión. Descubre y pone al desnudo sus pensamientos secretos cuando les dice: “El que quiera ser primero, sea esclavo de todos.” Dicho de otra manera: "Si aspiráis a los primeros puestos y a los grandes honores, buscad el último lugar, esforzaos a ser los más sencillos, los más humildes y pequeños entre todos. Poneos detrás de los otros. Esta es la virtud que conduce al honor que deseáis. Tenéis cerca de vosotros un ejemplo elocuente, 'porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.' Así obtendréis gloria y celebridad. Mirad lo que me toca vivir no busco ni honra ni gloria, y no obstante, el bien que realizo de esta manera es infinito.”

Lo sabemos: antes de la encarnación de Cristo y su abajamiento, todo estaba perdido, todo estaba corrompido; pero, después de que él se humillara, nos lo ha revelado todo. Ha abolido la maldición, ha destruido la muerte, ha abierto el paraíso, ha dado muerte al pecado, ha roto los cerrojos de las puertas del cielo para introducir las primicias de nuestra humanidad. El ha propagado la fe por todo el mundo. Ha expulsado el error y ha establecido la verdad. Ha hecho tomar posesión del trono a las primicias de nuestra naturaleza. Cristo es el autor de beneficios innumerables que mi palabra ni ninguna palabra humana es capaz de expresar. Antes de su abajamiento, sólo los ángeles lo contemplaron, pero después que él se humillara la raza humana entera lo ha reconocido.


viernes, 19 de octubre de 2012

Juan Pablo II "celebrará" su fiesta el 22 de octubre en Lourdes

Las reliquias del Beato Papa Juan Pablo II serán llevadas a Lourdes en ocasión de la peregrinación que organiza la Unión Nacional Italiana para el Transporte de Enfermos a Lourdes y a los Santuarios Internacionales (UNITALSI) del 21 al 27 de octubre.

De esta manera, la fiesta establecida para la celebración del Beato Wojtyla en la diócesis de Roma y otras diócesis más que solicitaron plegarse a la misma, el 22 de octubre, se verá acompañada por estas reliquias en Lourdes, donde está uno de los Santuarios Marianos más importantes del mundo en el que Santa Bernardette Subirous vio a la Madre de Dios en diversas apariciones en 1858.

El Arzobispo Zygmunt Zimowski, Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, fue quien concedió a UNITALSI el permiso de llevar al santuario mariano el relicario con la ampolla de la sangre de Juan Pablo II para que pueda ser visto y venerado por los peregrinos de todo el mundo.

El presidente de Unitalsi, Salvatore Pagliucca, declaró a Radio Vaticano que en el Año de la fe y durante el Sínodo sobre la Nueva Evangelización "un tema que preocupaba mucho a Juan Pablo (...) que sigue influenciando a la Iglesia y a la gente (...) la presencia del relicario del Beato en esta peregrinación es una señal rica de significado".

"Representa la presencia de sus ideas, de sus sentimientos, la presencia, sobre todo, del amor que dio, como hombre y como pastor a toda la gente, a los fieles y en particular a los enfermos y discapacitados", añadió.

El Papa Benedicto XVI beatificó a Juan Pablo II el 1 de mayo de 2011 ante 1 millón de personas llegadas de distintas partes del mundo a la Plaza de San Pedro en el Vaticano. Ese día estableció que su fiesta se celebraría en Roma cada 22 de octubre.

domingo, 14 de octubre de 2012

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 14 Octubre 2012
Vigésimo octavo Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : San Calixt

Evangelio según San Marcos 10,17-30.

Cuando se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?". 
Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. 
Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre". 
El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud". 
Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". 
El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. 
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!". 
Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!. 
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios". 
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". 
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible". 
Pedro le dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido". 
Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia, 
desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna. 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : 
Beato John Henry Newman (1801-1890), teólogo, fundador del Oratorio en Inglaterra 
Sermón - PPS III, n° 9 

«Jesús, poniendo sobre él su mirada, le amó»

Dios te mira, seas quien seas. Y «te llama por tu nombre» (Jn 10,3). Te ve y te comprende, él que te ha hecho. Todo lo que hay en ti, lo sabe: todos tus sentimientos, tus pensamientos, tus inclinaciones, tus gustos, tu fuerza y tu debilidad... No es solamente porque formas parte de su creación, él que se preocupa incluso de los gorriones (Mt 10,29), sino porqué tú eres un hombre rescatado y santificado, su hijo adoptivo, gozando en parte de esta gloria y de esta bendición que eternamente él derrama sobre el Hijo único.

Tú has sido escogido para ser su propiedad... Tú eres uno de aquellos por quienes Cristo ha ofrecido al Padre su última plegaria y la ha sellado con su sangre preciosa. ¡Qué pensamiento tan sublime, un pensamiento casi demasiado grande para nuestra fe ! Cuando nos detenemos a reflexionarlo, ¿cómo no reaccionar como Sara que se ha reído de una tan gran maravilla y, al mismo tiempo, de confusión? (Gn 18,12). «¿Qué es el hombre», quienes somos nosostros, quien soy yo, para que el hijo de Dios «se acuerde tanto de nosotros?» (Sl 8,5) ¿Quién soy yo... para que me haya renovado totalmente..., y para que haga de mi corazón su morada?

domingo, 7 de octubre de 2012

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

domingo 07 Octubre 2012
Vigésimo séptimo Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : Beata Ana María Janer


Evangelio según San Marcos 10,2-16.


Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: "¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?". El les respondió: "¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?". Ellos dijeron: "Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella". 
Entonces Jesús les respondió: "Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer. 
Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido". 
Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto. 
El les dijo: "El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella; y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio". 
Le trajeron entonces a unos niños para que los tocara, pero los discípulos los reprendieron. 
Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: "Dejen que los niños se acerquen a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. 
Les aseguro que el que no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él". 
Después los abrazó y los bendijo, imponiéndoles las manos. 
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 


Leer el comentario del Evangelio por : Cardenal José Ratzinger [Papa Benedicto XVI] 
Retiro predicado en el Vaticano, 1983 

“El que no acoge el reino de Dios como un niño, no entrará en él”

Es asombroso comprobar la importancia que Jesús le atribuye a un niño, ante todos: “Yo os digo, si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de Dios" (Mt 18,3). Ser niño, no es para Jesús una etapa puramente pasajera de la vida del hombre, derivada de su destino biológico, y destinada a desaparecer totalmente. En la infancia, lo que es propio del hombre se realiza de tal manera, que aquel que perdió lo esencial de la infancia, se ha perdido a sí mismo.

A partir de esto, y desde el punto de vista humano, podemos imaginar cualquier recuerdo feliz que Cristo guardaba de los días de su infancia, puesto que la infancia había sido para él una experiencia preciosa, una forma particularmente pura de humanidad.

Por tanto de ahí, podremos aprender a respetar al niño que, desarmado, reclama nuestro amor.Pero esto plantea la siguiente cuestión: ¿cuál es exactamente la nota característica de la infancia, que Jesús considera como irreemplazable?... Hay que recordar en primer lugar, que el atributo esencial de Jesús, el que expresa su dignidad, es el de "Hijos"... La orientación de su vida, el motivo originario y el objetivo que lo modelaron, se expresan en una sola palabra: "Abba, Padre muy amado" (Mc 14,36; Ga 4,6).

Jesús sabía que no estaba sólo y, hasta su último grito en la cruz, obedeció al que llamaba Padre, entregándose totalmente a él. Esto nos permite explicar que hasta el final, se hubiera negado a llamarse rey, o señor, o a atribuirse algún otro título de poder, pero que sí hubiera recurrido a un término que podríamos traducir por "hijo".