domingo, 30 de septiembre de 2012

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 30 Septiembre 2012

Vigésimo sexto Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : San Jerónimo 

Evangelio según San Marcos 9,38-43.45.47-48.

Juan le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". 
Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. 
Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. 
Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. 
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. 
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. 
Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. 
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, 
donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : Juliana de Norwich (1342- 1416), reclusa inglesa 
Revelaciones del amor divino, cap. 35-36 

Frente a la misericordia de Dios, reconocer plenamente nuestro pecado

Dios mismo es justicia por excelencia. Todas sus obras son justas, ordenadas desde toda la eternidad por su gran potencia, sabiduría y bondad. De la misma manera que lo ajustó todo lo mejor posible, trabaja sin cesar y conduce cada cosa a su fin... La misericordia es la obra de la bondad de Dios; continuará actuando tanto tiempo como se le permita al pecado atormentar a las almas justas. Cuando este permiso sea retirado... todo se establecerá en la justicia, para quedar establecido allí eternamente. Dios permite que caigamos. Pero con su poder y su sabiduría, nos guarda. Por su misericordia y su gracia, nos eleva a una alegría infinitamente más grande. Así quiere ser conocido y amado en la justicia y en la misericordia, ahora y para siempre...

Yo, no haré nada más que pecar. Pero mi pecado no impedirá a Dios obrar. La contemplación de su obra, es alegría celeste para el alma temerosa, que desea siempre cumplir amorosamente la voluntad de Dios con la ayuda de la gracia. Esta obra comenzará aquí abajo. Será gloriosa para Dios y de gran ventaja para todos aquellos que le aman en la tierra. Cuando lleguemos al cielo, seremos testigos de una alegría maravillosa.
Esta obra perdurará hasta el último día. La gloria y la santidad que emanarán de esto subsistirán en el cielo, delante de Dios y todos sus santos, para siempre... Esta será la mayor alegría: ver que Dios mismo es el autor.

El hombre, él, no es más que pecador. Me parecía que nuestro Señor me decía: "¡Ve pues! ¿No tienes allí ocasión para humillarte? ¿No tienes allí ocasión para amar? ¿No tienes allí ocasión para conocerte a ti mismo? ¿No tienes allí ocasión para regocijarte en mí? Entonces, por amor a mí, regocíjate en mí. Nada puede gustarme más".

martes, 25 de septiembre de 2012

SEPTIEMBRE: MES DE LA BIBLIA. El Papa invita a traducir en gestos de amor la Palabra de Dios




el Papa Benedicto XVI presidió la Santa Misa en la Basílica de San Pedro junto a los Padres Sinodales como conclusión de la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, realizada en el Vaticano del 5 al 26 de octubre bajo el tema “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia”.

En su homilía, el Pontífice reflexionó sobre la centralidad del amor en la vida cristiana, recordando que el verdadero amor a Dios, y de consecuencia el amor al prójimo, brota del conocimiento íntimo de Cristo y de la escucha dócil a la Palabra de Cristo.

“En el amor se resume toda la Ley divina”, dijo el Papa al inicio de su homilía comentando el Evangelio hodierno. El Papa hizo notar que ante la pregunta sobre el mandamiento más grande, se deja “trasparentar la preocupación, presente en la antigua tradición judaica, por encontrar un principio unificador de las varias formulaciones de la voluntad de Dios”, pregunta ante la cual Jesús no duda en responder con prontitud: “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda tu mente”.

El Papa hizo notar que en esta respuesta se ve “la proclamación del amor íntegro y total que se debe a Dios en cuanto único Señor. El acento se pone sobre la totalidad de este amor a Dios, enlistando las tres facultades que definen al hombre en sus estructuras psicológicos profundas: corazón, alma y mente”.

El Santo Padre resaltó también la continuación de la respuesta de Jesús: “El segundo es parecido al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, explicando que de este modo queda claro que “el ser discípulo de Cristo es poner en práctica los enseñanzas, que resumen en el mandamiento del amor”.

“También la primera Lectura, del libro del Éxodo, insiste en el deber del amor;un amor testimoniado concretamente en las relaciones entre las personas: deben ser relaciones de respeto, de colaboración, de ayuda generosa”, continuó el Papa, mientras que en la segunda Lectura lo hace ver a modo de “concreta aplicación del sumo mandamiento del amor… San Pablo escribe a los Tesalonicenses haciéndoles entender que si bien los conoce poco, los aprecia y lleva con afecto en el corazón”

También hizo notar que si bien “no faltan las debilidades y dificultades en aquella comunidad fundada recientemente, el amor lo supera todo, todo lo renueva, todo lo vence: el amor de quien consciente de sus propios límites sigue dócilmente las palabras de Cristo, divino Maestro… el amor al prójimo nace de la escucha dócil a la Palabra divina. ¡Qué importante es entonces escuchar la Palabra y encarnarla en la existencia personal y comunitaria!”

Dirigiéndose a los participantes del Sínodo, Benedicto XVI afirmó: “Llevamos con nosotros la renovada consciencia de que la tarea prioritaria de laIglesia, al inicio de este nuevo milenio, es sobre todo nutrirse de la Palabra de Dios, para hacer más eficaz el compromiso de la nueva evangelización. Es necesario que esta experiencia eclesial llegue a cada comunidad; es necesario que se comprenda la necesidad de traducir en gestos de amor la Palabra escuchada porque solo así se hace creíble el anuncio del Evangelio, no obstante las fragilidades que marcan a las personas. Esto exige en primer lugar un conocimiento más íntimo de Cristo y una escucha cada vez más dócil de su palabra”.

Más adelante Su Santidad llamó la atención de cuantos “creen haber comprendido las Escrituras, o al menos una parte de estas, sin comprometerse a construir mediante su inteligencia, el amor a Dios y al prójimo, en realidad demuestra estar lejos del haber aprehendido el sentido profundo de estas”.

Citando el Concilio Vaticano II el Papa afirmó que “es necesario que los fieles tengan acceso a la Sagrada Escritura para que estos, encontrando así la verdad, puedan crecer en el auténtico amor. Se trata de un requisito indispensable para la evangelización”, y ante el subjetivismo y arbitrariedad manifestó también la indispensabilidad de “una promoción pastoral robusta y creíble del conocimiento de la Sagrada Escritura para anunciar, celebrar y vivir la Palabra en la comunidad cristiana, dialogando con las culturas de nuestro tiempo, poniéndose al servicio de la verdad y no de ideologías e incrementando el dialogo que Dios quiere tener con todos los hombres”.

“El lugar privilegiado donde resuena la Palabra de Dios, que edifica la Iglesia,es sin lugar a dudas la liturgia. En esta se ve que la Biblia es el libro de un pueblo y para un pueblo; una herencia, un testamento entregado a los lectores para que actualicen en su vida la historia de la salvación testimoniada en cuanto está escrito. El pueblo no subsiste sin el Libro, porque en este se encuentra su razón de ser, su vocación, su identidad”, concluyó el Santo Padre.


La Palabra de Dios no caduca "como el dinero y los grandes bancos", dice el Papa.


Durante la apertura de la primera Congregación general del XII Sínodo de los Obispos sobre las Sagradas Escrituras, el Papa Benedicto XVI señaló que, a diferencia del dinero y los grandes bancos, la Palabra de Dios no caduca.

A las 9:00 –hora de Roma– en el aula del Sínodo, el Santo Padre reflexionó sobre el salmo 118 y destacó que "La Palabra de Dios es fundamento de todo. Es ‘la’ realidad. Y para ser realistas debemos contar sobre esta realidad. Debemos cambiar nuestra idea de que lo material, las cosas sólidas –las cosas que tocamos– son la realidad más sólida y segura".

El Pontífice destacó además que "el Señor nos habla al final del Sermón de la Montaña sobre las dos posibilidades de construir la casa de la propia vida. Sobre la arena o sobra la roca".



"Construye sobre la arena –explicó– el que construye sólo sobre las cosas visibles. Lo que se puede tocar: éxitos, carrera, dinero. Aparentemente, éstas son las verdades, realidades. Pero en verdad, son cosas que pasan. Como vemos ahora con la quiebra de los grandes bancos... el dinero desaparece, no es nada".

El Santo Padre recalcó que "todas las cosas humanas, todo lo que podemos inventar y crear son cosas finitas. También todas las experiencias religiosas humanas son finitas. Muestran sólo un aspecto de la realidad, porque nuestro ser finito entiende sólo algunas partes, algunos elementos".

"Sólo Dios es infinito y por ello también su Palabra es universal y no conoce fin. Por lo que, entrando en la Palabra de Dios, entramos realmente en el universo divino. Salimos de las limitaciones de nuestras experiencias y entramos en la realidad que es verdaderamente universal", explicó.

Benedicto XVI explicó que "entrando en la comunión con la Palabra de Dios, entrando en la comunión de la Iglesia que vive de la Palabra de Dios, no entramos en un pequeño grupo en las reglas de un pequeño grupo. Sino que más bien salimos de nuestros límites. Salimos hacia la amplitud de la ‘Verdad-Una’, de la gran Verdad de Dios, estamos realmente en lo universal y así estamos en comunión de todos, hermanos y hermanas de toda la humanidad".
Finalmente, al referirse al anuncio de la Palabra de Dios mediante la Evangelización, el Papa destacó que "no se trata de ‘colonialismo eclesial’, de querer que otros ingresen en nuestro grupo. Se trata de salir de los límites de las culturas individuales para entrar en la universalidad que abraza, que une a todos, que hace hermanos a todos".

lunes, 24 de septiembre de 2012

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 23 Septiembre 2012

Vigésimo quinto Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : San Fournet, San Pío Pietrelcina

Evangelio según San Marcos 9,30-37.

Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, 
porque enseñaba y les decía: "El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará". 
Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. 
Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: "¿De qué hablaban en el camino?". 
Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. 
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: "El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos". 
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: 
"El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado". 


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : 
San Máximo de Turín (?-v. 420), obispo 
Sermón 58 ; PL 57, 363 

“El que acoge a un niño en mi nombre, me acoge a mi”

Nosotros, todos los cristianos, somos el cuerpo del Cristo y sus miembros, dice el apóstol Pablo (1Co 12,27). En la resurrección de Cristo, todos sus miembros resucitaron con él, y mientras él pasaba de los infiernos a la tierra, nos hace pasar a nosotros de la muerte a la vida.

La palabra "pascua" en hebreo quiere decir paso o partida. ¿Este misterio no es el paso del mal al bien? ¡Y qué paso! Del pecado a la justicia, del vicio a la virtud, de la vejez a la infancia. Hablo aquí de la infancia que significa sencillez, no de la edad.
Porque las virtudes, también, tienen sus edades. Ayer la decrepitud del pecado nos ponía sobre nuestra decadencia. Pero la resurrección de Cristo nos hace renacer en la inocencia de los niños. La sencillez cristiana hace suya la infancia.

El niño no tiene rencor, no conoce el fraude, no se atreve a golpear. Así, este niño que es el cristiano, no se enfurece si se le insulta, no se defiende si se le despoja, no devuelve los golpes si se le golpea. El Señor hasta exige que rece por sus enemigos, que le entregue la túnica y el manto a los ladrones, y que presente la otra mejilla a los que lo abofetean (Mt 5,39s). La infancia de Cristo sobrepasa la infancia de los hombres... Ésta debe su inocencia a su debilidad, la otra a su virtud. Y es digna de más elogios todavía: su rechazo al mal, emana de su voluntad, no de su impotencia.

domingo, 16 de septiembre de 2012

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

domingo 16 Septiembre 2012
Vigésimo cuarto Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : San Cipriano Cartago
Evangelio según San Marcos 8,27-35.

Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?".
Ellos le respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas".
"Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro respondió: "Tú eres el Mesías".
Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él.
Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días;
y les hablaba de esto con toda claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo.
Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: "¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres".
Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : San Rafael Arnaiz Barón (1911-1938), monje trapense español
Escritos espirituales 03/04/1938
“Si alguien quiere venirse conmigo..., que coja su cruz y me siga”
¡Cómo expresar lo que mi alma sintió, cuando de boca de tan santo Prelado, escuchó lo que ya es mi locura, lo que me hace ser absolutamente feliz en mi destierro... el amor a la Cruz! ¡Oh! ¡La Cruz de Cristo! ¿Qué más se puede decir? Yo no sé rezar... No sé lo que es ser bueno... No tengo espíritu religioso, pues estoy lleno de mundo... Sólo sé una cosa, una cosa que llena mi alma de alegría a pesar de verme tan pobre en virtudes y tan rico en miserias... Sólo sé que tengo un tesoro que por nada ni por nadie cambiaría..., mí cruz..., la Cruz de Jesús. Esa Cruz que es mi único descanso...,¡cómo explicarlo! Quien esto no haya sentido..., ni remotamente podrá sospechar lo que es.

Ojalá los hombres todos amaran la Cruz de Cristo... ¡Oh! si el mundo supiera lo que es abrazarse de lleno, de veras, sin reservas, con locura de amor a la Cruz de Cristo...! Cuánto tiempo perdido en pláticas, devociones y ejercicios que son santos y buenos..., pero no son la Cruz de Jesús, no son lo mejor...

Pobre hombre que para nada vales ni para nada sirves, qué loca pretensión la tuya. Pobre oblato que arrastras tu vida siguiendo como puedes las austeridades de la Regla, conténtate con guardar en silencio tus ardores; ama con locura lo que el mundo desprecia porque no conoce; adora en silencio esa Cruz que es tu tesoro sin que nadie se entere. Medita en silencio a sus pies, las grandezas de Dios, las maravillas de María, las miserias del hombre del que nada debes esperar... Sigue tu vida siempre en silencio, amando, adorando y uniéndote a la Cruz..., ¿qué más quieres?

Saborea la Cruz..., como dijo esta mañana el señor Obispo de Tuy. Saborear la Cruz...

domingo, 9 de septiembre de 2012

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

domingo 09 Septiembre 2012

Vigésimo tercer Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : San Pedro Claver


Evangelio según San Marcos 7,31-37.


Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis. 
Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. 
Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua. 
Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: "Efatá", que significa: "Abrete". 
Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente. 
Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban 
y, en el colmo de la admiración, decían: "Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos". 





Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 



Leer el comentario del Evangelio por : 

Juan Taulero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo 
Sermón 49 

«Todo lo que hace es admirable: hace oír a los sordos y hablar a los mudos»

Es preciso que examinemos de cerca qué es lo que hace que el hombre sea sordo. Por haber escuchado las insinuaciones del Enemigo y sus palabras, la primera pareja de nuestros antepasados han sido los primeros sordos. Y nosotros también, detrás de ellos, de tal manera que somos incapaces de escuchar y comprender las amables inspiraciones del Verbo eterno. Sin embargo, sabemos bien que el Verbo eterno reside en el fondo de nuestro ser, tan inefablemente cerca de nosotros y en nosotros que nuestro mismo ser, nuestra misma naturaleza, nuestros pensamientos, todo lo que podemos nombrar, decir o comprender, está tan cerca de nosotros y nos es tan íntimamente presente como lo es y está el Verbo eterno. Y el Verbo habla sin cesar al hombre. Pero el hombre no puede escuchar ni entender todo lo que se le dice, a causa de la sordera de la que está afectado... Del mismo modo ha sido de tal manera golpeado en todas sus demás facultades que es también mudo, y no se conoce a sí mismo. Si quisiera hablar de su interior, no lo podría hacer por no saber dónde está y no conociendo su propia manera de ser...

¿En qué consiste, pues, este cuchicheo dañino del Enemigo? Es todo este desorden que él te hace ver y te seduce y te persuade que aceptes, sirviéndose, para ello, del amor, o de la búsqueda de las cosas creadas de este mundo y de todo lo que va ligado a él: bienes, honores, incluso amigos y parientes, es decir, tu propia naturaleza, y todo lo que te trae el gusto de los bienes de este mundo caído. En todo esto consiste su cuchicheo...

Pero viene Nuestro Señor: mete su dedo sagrado en la oreja el hombre, y la saliva en su lengua, y el hombre encuentra de nuevo la palabra.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Hoy recordamos a la Beata Madre Teresa de Calcuta




Los católicos del mundo recuerdan hoy a la querida Beata Madre Teresa de Calcuta, fallecida el 5 de septiembre de 1997 en la ciudad de la India en donde se entregó por completo a los "más pobres entre los pobres".

La Madre Teresa nació en 1910 en Skopje, entonces Albania y actual Macedonia. Murió el 5 de septiembre de 1997 en su amada Calcuta, India. Cuando se hizo religiosa tomó el nombre de Teresa. Es la fundadora de las Misioneras de la Caridad. Su nombre al nacer fue Agnes Gonxha Bojaxhiu.

Fue beatificada el 19 de octubre de 2003, por su amigo el también Beato Papa Juan Pablo II. En la homilía de la beatificación, el recordado Papa Wojtyla dijo: "estoy personalmente agradecido a esta valerosa mujer, a quien siempre he sentido cerca de mí. Imagen del Buen Samaritano, se acercaba a cualquier lugar para servir a Cristo en los más pobres entre los pobres. Ni los conflictos ni las guerras lograban detenerla".

El Papa: No hay oración estéril y Jesús, con la Iglesia en sus manos, las escucha




El Papa Benedicto XVI explicó esta mañana que ninguna oración por más solitaria o aislada que sea permanece estéril, ya que Jesús que tiene en sus manos a toda la Iglesiade todos los tiempos, la escucha con amor.

Ante miles de fieles reunidos en el Vaticano para la audiencia general, el Papa reflexionó sobre la oración en la primera parte del último libro de la Biblia, el Apocalipsis, y resaltó que la asamblea que ora muestra tres actitudes que los cristianos deben vivir cuando rezan.

En español, Benedicto XVI explicó que "la primera pone en evidencia que la oración debe ser ante todo alabanza a Dios por su amor, por el don de Jesucristo, que da fuerza, esperanza y salvación. La segunda fase asevera que la oración profundiza la relación con Jesucristo, asumiendo gradualmente una actitud contemplativa".

"Y la tercera fase señala que la Iglesia en oración, acogiendo la palabra del Señor, se transforma y recibe aliento para el arrepentimiento, la conversión, la perseverancia, el crecimiento en el amor y la orientación para el camino".

En italiano el Papa señaló que "el libro del Apocalipsis nos presenta una comunidad reunida en oración, porque es en la oración donde experimentamos cómo aumenta la presencia de Jesús en nosotros. Cuanto más y mejor oramos, con constancia e la intensidad, más nos asimilamos a Él, y Jesús realmente entra en nuestra vida y la guía, dándole alegría y paz".

"Y cuánto más conocemos, amamos y seguimos a Jesús, más sentimos la necesidad de quedarnos en oración con él, recibiendo serenidad, esperanza y fuerza en nuestra vida", añadió.

Sobre la primera fase, el Santo Padre dijo que "nuestra oración debe ser, sobre todo, escuchar a Dios que nos habla. Sumergidos en tantas palabras, no estamos acostumbrados a escuchar, sobre todo a ponernos en la disposición interior y exterior del silencio, para estar atentos a lo que Dios nos quiere decir".

"Estos versículos nos enseñan que nuestra oración, a menudo sólo de pedidos, debe ser, ante todo de alabanza de Dios por su amor, por el don de Jesucristo, que nos ha traído la fuerza, la esperanza y la salvación", agregó.

El Papa subrayó luego otro "la oración constante despierta en nosotros el sentido de la presencia del Señor en nuestra vida y en la historia; su presencia nos sostiene y nos da una gran esperanza en medio de la oscuridad de ciertos acontecimientos humanos".

"Además, toda oración, incluso aquella en la soledad más radical, no es nunca aislada ni estéril; es la linfa vital para alimentar una existencia cristiana cada vez más comprometida y coherente”, precisó.

Sobre la segunda fase el Papa resalta tres elementos simbólicos que muestran lo que hace Jesús resucitado por la Iglesia: "la mantiene firmemente en su mano derecha (una imagen muy importante que muestra que Jesús tiene la Iglesia en su mano); le habla con la fuerza de penetración de una espada afilada; y le muestra el esplendor de su divinidad: ‘Su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza’".

Comentando la experiencia profunda que San Juan experimentan ante esta realidad que hacen que caiga desmayado y que Jesús ponga en su rostro su mano derecha, Benedicto XVI dijo que "así será también para nosotros. Somos amigos de Jesús. La revelación de Dios resucitado, de Cristo resucitado no es una cosa terrible, sino el encuentro con el amigo".

"Incluso la Asamblea vive con Juan el momento particular de la luz delante del Señor, unido, sin embargo, a la experiencia del encuentro diario con Jesús, experimentando la riqueza de contacto con el Señor, que llena todos los espacios de la existencia".

Sobre la tercera fase, el Pontífice explica que Jesús da un mensaje dirigido a las siete iglesias situadas en Asía Menor alrededor de Éfeso, con el que hace "una apremiante invitación: ‘Conviértete’; ‘conserva firmemente lo que ya posees’; ‘observa tu conducta anterior’; ‘¡Reanima tu fervor y arrepiéntete!’".

"Esta palabra de Jesús, se escucha con fe, inicia rápidamente a ser eficaz: la Iglesia en oración, acogiendo la palabra del Señor viene transformada. Todas las Iglesias deben disponerse en atenta escucha al Señor, abriéndose al Espíritu como Jesús pide con insistencia repitiendo este mandamiento siete veces", afirma el Papa.

En español, el Santo Padre resalta finalmente que "mientras más oremos, con constancia e intensidad, mejor nos asimilaremos a Jesús, y Él entrará en nuestra existencia y la guiará, colmándonos de alegría y paz. Muchas gracias.
La oración es la base de todo testimonio de fe, recuerda el Papa Benedicto XVI
El Papa Benedicto XVI explicó que la oración es la base de todo testimonio de fe, como demostró durante su vida Santo Domingo de Guzmán, fundador de los dominicos, a quien la Iglesia celebra hoy y a quien el Santo Padre dedicó su habitualcatequesis de los miércoles.

Ante miles de fieles presentes en la Plaza de la Libertad en Castel Gandolfo, el Papa señaló que Santo Domingo es, ante todo, un hombre de oración que "nos recuerda que en el origen del testimonio de fe –que todo cristiano debe dar en familia, en el trabajo, en el compromiso social, e incluso en los momentos de distensión–, está la oración; sólo una relación real con Dios nos da la fuerza para vivir intensamente todos los acontecimientos, especialmente los más dolorosos".

"Este Santo nos recuerda también la importancia de la actitud externa mientras rezamos. Estar de rodillas, de pie delante del Señor, fijar nuestra mirada en el Crucifijo, detenernos y recogernos en silencio, no es una cosa secundaria, sino que nos ayuda a ponernos interiormente con toda nuestra persona, en relación con Dios".

Según señala Radio Vaticano, Santo Domingo, "enamorado de Dios no tuvo otra aspiración que la salvación de las almas, en particular aquellas caídas en las redes de la herejía de su tiempo; imitador de Cristo, encarnó radicalmente los tres consejos evangélicos uniendo a la proclamación de la Palabra el testimonio de una vida pobre".

"Bajo la guía del Espíritu Santo, avanzó en el camino de la perfección cristiana. En cada momento, la oración fue la fuerza que renovó e hizo siempre más fecundas sus obras apostólicas".

El Beato Jordán de Sajonia muerto en el año 1237, su sucesor en la guía de la Orden, escribe así: "durante el día, ninguno más que él se mostraba sociable… De igual modo de noche, nadie era más asiduo en el velar en oración. El día lo dedicaba al prójimo, pero la noche la daba a Dios".

En Santo Domingo, dijo el Papa, "podemos ver un ejemplo de integración armoniosa entre contemplación de los misterios divinos y actividad apostólica. Según los testimonios de las personas a él más cercanas, ‘él hablaba siempre con Dios o de Dios’. Tal observación indica su comunión profunda con el Señor y al mismo tiempo, el constante compromiso en conducir a los demás a esta comunión con Dios".

"No ha dejado escritos sobre la oración pero la tradición dominica ha recogido y mandado a otras generaciones su experiencia viva en una obra titulada: Las nuevas maneras de orar de Santo Domingo. Este libro fue compuesto entre el año 1260 y el 1288 por un fraile dominico, nos ayuda a aprender a comprender algo de la vida interior del Santo, nos ayuda en todas las diferencias, también a nosotros, a aprender algo sobre el modo de orar".

"Para él son por tanto nueve los modos de rezar, y cada uno de ellos lo realizaba siempre delante de Jesús Crucificado, y expresa una postura corporal y espiritual que, íntimamente compenetradas, favorecen el recogimiento contemplativo y el fervor".

El Papa describió luego que los primeros siete modos siguen una línea ascendente, como los pasos de un camino, hacia la comunión con Dios Trinidad: "Santo Domingo ora de pie inclinado para expresar la humildad; tendido en el suelo para pedir perdón por sus pecados; de rodillas haciendo penitencia para participar en los sufrimientos del Señor; con los brazos abiertos mirando el crucifijo para contemplar el Amor Supremo; con la mirada al cielo, sintiéndose atraído hacia el mundo de Dios".

"Los dos últimos modos de rezar, en cambio, sobre los que me gustaría brevemente detenerme, corresponden a dos prácticas de piedad vividas habitualmente por el Santo. En primer lugar la meditación personal, donde la oración adquiere una dimensión aún más íntima, ferviente y serena".

El Pontífice resaltó luego que "al final de la recitación de la Liturgia de las Horas, y después de la celebración de la Misa, Santo Domingo prolongaba la conversación con Dios, sin establecer un límite de tiempo. Sentado tranquilamente, se recogía en sí mismo en una actitud de escucha, leyendo un libro o mirando al Crucifijo".

"Vivía tan intensamente estos momentos de relación con Dios que exteriormente se podían apreciar sus reacción de alegría o de llanto. Los testigos dicen que, a veces, entraba en una especie de éxtasis, con el rostro transfigurado, pero poco después emprendía con humildad de nuevo sus actividades diarias, recargado por la fuerza que viene de lo Alto".

Luego, prosiguió el Papa, Santo Domingo, "practicaba la oración durante el viaje entre un convento y otro; rezaba las laudes, la Hora Media, las Vísperas con los compañeros, y, cruzando los valles y las colinas, contemplaba la belleza de la creación. Entonces brotaba de su corazón un himno de alabanza y acción de gracias a Dios por tantos dones, especialmente por la más grande de las maravillas: la redención obrada por Cristo".

Para concluir el Santo Padre llamó la atención "una vez más sobre la necesidad para nuestra vida espiritual, de encontrar momentos cada día para orar con tranquilidad; será también una manera de ayudar a los que nos rodean para entrar en el círculo luminoso de la presencia de Dios, que trae la paz y el amor que todos necesitamos. Gracias".

En español, Benedicto XVI dijo que Santo Domingo "nos recuerda que en la base de todo testimonio está la plegaria, pues en la relación constante con el Señor se recibe la fuerza para vivir intensamente cada momento, y afrontar incluso las mayores dificultades. Muchas gracias y que Dios os bendiga".
El Papa: No abandonen nunca la oración porque es imprescindible.
Al retomar hoy suscatequesis desde la localidad de Castel Gandolfo, el Papa Benedicto XVIseñaló que la oración es algo imprescindible para la vida de toda persona porque la relación del ser humano con Dios es esencial.

Recordando el ejemplo de San Alfonso María Ligorio, Doctor de la Iglesia y fundador de los sacerdote redentoristas, a quien la Iglesia celebra hoy, el Papa explicó que este santo "nos recuerda que la relación con Dios es esencial en nuestra vida: sin la relación de Dios falta la relación fundamental".

La relación de Dios, prosiguió, "se realiza en el hablar con Dios, en oración personal cotidiana y con la participación en los Sacramentos, y así esta relación puede crecer en nosotros; puede crecer en nosotros la presencia divina que dirige nuestro camino, lo ilumina y lo hace seguro y sereno,también en medio de las dificultades y peligros".

Tras recordar que San Alfonso es uno de los más populares del siglo XVIII,Benedicto XVI destacó que se caracterizaba "por su estilo sencillo e inmediato y por su doctrina sobre el sacramento de la Penitencia: en un período de gran rigorismo, fruto de la influencia jansenista, él recomendaba a los confesores de administrar este Sacramento manifestando el abrazo gozoso de Dios Padre que en su misericordia infinita no se cansa de recibir al hijo arrepentido".

El Papa recordó luego su tratado de 1759 titulado "El gran medio de la Oración", que él "consideraba el más útil entre todos sus escritos. En efecto, describe a la oración como ‘el medio necesario y seguro para obtener la salvación y todas las gracias de las cuales tenemos necesidad para conseguirla’ (introducción). En esta frase está sintetizado el modo Alfonsiano de entender la oración".

Según señala la nota de Radio Vaticano, el Pontífice explicó que San Alfonso explicaba la importancia de la oración en el hecho de que "Dios nos ha creado por amor, para podernos donar la vida en plenitud; pero esta meta, la vida en plenitud, a causa del pecado se ha, por así decirlo, alejado, todos lo sabemos, y solo la gracia de Dios la puede hacer accesible".

"Para explicar esta verdad fundamental y hacer comprender con rapidez cómo sea real para el hombre el peligro de ‘perderse’, San Alfonso había acuñado una famosa máxima muy elementar que dice: ‘Quien ora se salva, quien no ora se condena’. Como comentario de esta frase lapidaria, añadía: ‘Sin oración cosa muy difícil es que nos podamos salvar; tan difícil que, es del todo imposible… con la oración, la salvación es segura y fácil’ (II, Conclusión)".

Y aún dice: "pensemos que, si no rezamos, ninguna excusa podremos alegar, porque Dios a todos da la gracia de orar... si no nos salvamos, culpa nuestra será. Y la causa de nuestra infinita desgracia será una sola: que no hemos rezado’ (ibíd.)".

El Papa indicó además que al decir que "la oración es un medio necesario, San Alfonso quería hacer comprender que en cada situación de la vida no se puede prescindir de orar, en especial en el momento de la prueba y en las dificultades".

"Siempre debemos llamar confiadamente a la puerta del Señor, sabiendo que en todo Él cuida de sus hijos, de nosotros. Por esto, estamos invitados a no temer de acudir a Él y presentarle confiados nuestras peticiones, con la certeza de obtener aquello de lo cual tenemos necesidad".

Al preguntarse sobre lo realmente necesario en la vida, el Santo Padre se refirió a la presencia liberadora de Jesús "que hace verdaderamente humano, y por ello colmado de gozo nuestro existir. Y solo mediante la oración podemos recibirlo a Él, su Gracia, que, iluminándonos en cada situación, nos hace discernir el verdadero bien y, fortificándonos, hace eficaz también nuestra voluntad, es decir la hace capaz de actuar el bien conocido".

"Muchas veces reconocemos el bien, pero no somos capaces de hacerlo. Con la oración, lo conseguimos. El discípulo del Señor sabe de estar siempre expuesto a la tentación y para vencerla no deja de pedir ayuda a Dios en la oración", añadió.

Tras poner como ejemplo de oración a San Felipe Neri y a San Agustín, que se descubrían necesitados del Señor, el Papa dijo que "también nosotros, conscientes de nuestra debilidad, debemos pedir el auxilio de Dios con humildad, confiando en la riqueza de su misericordia".

En español el Papa saludó a los peregrinos de España, México y otros países latinoamericanos, e invitó a "todos, en este tiempo veraniego, a no abandonar nunca la oración, como nos enseña San Alfonso María de Ligorio, pues de nuestra relación con el Señor en la plegaría y los sacramentos depende nuestra salvación. Dios os bendiga".


lunes, 3 de septiembre de 2012

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 02 Septiembre 2012

Vigésimo segundo Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : Mártires septiembre 

Evangelio según San Marcos 7,1-8.14-15.21-23.

Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar.Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce. Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?". 
El les respondió: "¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. 
En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos. Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres". 
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre". 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : Concilio Vaticano II 
Constitución dogmática sobre la Iglesia en el mundo actual «Gaudium et spes», § 82 (Copyright © Libreria Editrice Vaticana) 

"En el interior del corazón del hombre": ¿El corazón de cada hombre, fuente de paz o de guerra?

Bien claro queda, por tanto, que debemos procurar con todas nuestras fuerzas preparar una época en que, por acuerdo de las naciones, pueda ser absolutamente prohibida cualquier guerra... Lo cual hoy exige de ellos con toda certeza que amplíen su mente más allá de las fronteras de la propia nación, renuncien al egoísmo nacional ya a la ambición de dominar a otras naciones, alimenten un profundo respeto por toda la humanidad, que corre ya, aunque tan laboriosamente, hacia su mayor unidad... Sin embargo, hay que evitar el confiarse sólo en los conatos de unos pocos, sin preocuparse de la reforma en la propia mentalidad. Pues los que gobiernan a los pueblos, que son garantes del bien común de la propia nación y al mismo tiempo promotores del bien de todo el mundo, dependen enormemente de las opiniones y de los sentimientos de las multitudes.

Nada les aprovecha trabajar en la construcción de la paz mientras los sentimientos de hostilidad, de menos precio y de desconfianza, los odios raciales y las ideologías obstinadas, dividen a los hombres y los enfrentan entre sí. Es de suma urgencia proceder a una renovación en la educación de la mentalidad y a una nueva orientación en la opinión pública. Los que se entregan a la tarea de la educación, principalmente de la juventud, o forman la opinión pública, tengan como gravísima obligación la preocupación de formar las mentes de todos en nuevos sentimientos pacíficos. Tenemos todos que cambiar nuestros corazones, con los ojos puestos en el orbe entero y en aquellos trabajos que todos juntos podemos llevar a cabo para que nuestra generación mejore.