domingo, 30 de septiembre de 2012

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 30 Septiembre 2012

Vigésimo sexto Domingo del tiempo ordinario
Santo(s) del día : San Jerónimo 

Evangelio según San Marcos 9,38-43.45.47-48.

Juan le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros". 
Pero Jesús les dijo: "No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. 
Y el que no está contra nosotros, está con nosotros. 
Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. 
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. 
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. 
Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. 
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, 
donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. 

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : Juliana de Norwich (1342- 1416), reclusa inglesa 
Revelaciones del amor divino, cap. 35-36 

Frente a la misericordia de Dios, reconocer plenamente nuestro pecado

Dios mismo es justicia por excelencia. Todas sus obras son justas, ordenadas desde toda la eternidad por su gran potencia, sabiduría y bondad. De la misma manera que lo ajustó todo lo mejor posible, trabaja sin cesar y conduce cada cosa a su fin... La misericordia es la obra de la bondad de Dios; continuará actuando tanto tiempo como se le permita al pecado atormentar a las almas justas. Cuando este permiso sea retirado... todo se establecerá en la justicia, para quedar establecido allí eternamente. Dios permite que caigamos. Pero con su poder y su sabiduría, nos guarda. Por su misericordia y su gracia, nos eleva a una alegría infinitamente más grande. Así quiere ser conocido y amado en la justicia y en la misericordia, ahora y para siempre...

Yo, no haré nada más que pecar. Pero mi pecado no impedirá a Dios obrar. La contemplación de su obra, es alegría celeste para el alma temerosa, que desea siempre cumplir amorosamente la voluntad de Dios con la ayuda de la gracia. Esta obra comenzará aquí abajo. Será gloriosa para Dios y de gran ventaja para todos aquellos que le aman en la tierra. Cuando lleguemos al cielo, seremos testigos de una alegría maravillosa.
Esta obra perdurará hasta el último día. La gloria y la santidad que emanarán de esto subsistirán en el cielo, delante de Dios y todos sus santos, para siempre... Esta será la mayor alegría: ver que Dios mismo es el autor.

El hombre, él, no es más que pecador. Me parecía que nuestro Señor me decía: "¡Ve pues! ¿No tienes allí ocasión para humillarte? ¿No tienes allí ocasión para amar? ¿No tienes allí ocasión para conocerte a ti mismo? ¿No tienes allí ocasión para regocijarte en mí? Entonces, por amor a mí, regocíjate en mí. Nada puede gustarme más".

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