miércoles, 30 de septiembre de 2009

MI TESTIMONIO

Epileptico Sanado en el Nombre de Jesus
Hace 10 años vine a los pies de Cristo. Habia sufrido de ataques epilepticos desde niño, era tartamudo ... a causa de los medicamentos que me daban, y padecia de un bajo auto-estima que domino mi vida que impedia ser social con la gente. Despues de 6 años de sufrimiento, entregue mi vida al Señor y le entregue todo, me rendi completamente a El. Ahora soy una persona que ama al Señor con todo mi corazon. Me ha dado un ministerio de musica que valoro con todo mi ser porque fue como un regalo que Dios me dio para dejarme saber que El me amaba y que tenia un plan mas grande para mi vida. Les exhorto que busquen a Dios, que sigan el ejemplo de Jesucristo, y que se dejen moldear por el Espiritu Santo a ser mas como Jesus continuamente. Les amo mucho - que Dios los bendiga.

ORACIÒN MONOTEISTA.

Desde el Poder de la Infinita Luz de Dios,
Que fluya luz a las mentes de los hombres;

Que la Luz descienda a la Tierra, creada por Dios.
Desde su Inconmensurable Amor Paternal.

Que fluya amor en los corazones de los hombres.

Que el Amor se viva en la Tierra, a través de los hijos de Dios.
Desde su Plenitud que todo lo abarca y protege

El guíe a las pequeñas voluntades de los hombres.

Que Dios Bendiga y haga prosperar los buenos Propósitos.
Que en el corazón de los hombres de todas las Razas

se realice el Plan de Amor y brille la Luz de Dios.

Que el Poder de Dios selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor, y el Poder restablezcan el Plan de Dios sobre la Tierra

y nos veamos todos como Hermanos hijos de un mismo Padre.

Así sea

martes, 29 de septiembre de 2009

El Papa a los sacerdotes: usad los medios de comunicación


“El sacerdote y la pastoral en el mundo digital: los nuevos medios al servicio de la palabra” es el tema escogido por Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2010. El Mensaje para la Jornada Mundial de la 44ª de las Comunicaciones Sociales se dirige especialmente a los sacerdotes, en este Año Sacerdotal y tras la celebración de la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Les invita a “considerar los nuevos medios como un poderoso recurso para su ministerio al servicio de la Palabra y quiere dirigir una palabra de aliento para afrontar los retos derivados de la nueva cultura digital”. Así lo señala un comunicado del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales que anuncia el tema de la próxima Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, publicado por la Oficina de Información de la Santa Sede este martes 29 de septiembre, fiesta de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel. “Si los nuevos medios se conocen y valoran adecuadamente, pueden ofrecer a los sacerdotes y a todos los agentes de pastoral una riqueza de datos y contenidos que antes eran de difícil acceso, y facilitan formas de colaboración y de crecimiento de comunión impensables en el pasado”, explica el Consejo Pontificio. El comunicado destaca que “gracias a los nuevos medios, los que predican y dan a conocer el Verbo de la vida pueden llegar, con palabras, sonidos e imágenes –verdadera y expresiva gramática expresiva de la cultura digital- a individuos y a comunidades enteras de todos los continentes”. Ello permite “crear nuevos espacios de conocimiento y de diálogo y llegar a proponer y a realizar itinerarios de comunión”. “Si se usan sabiamente, con la ayuda de expertos en tecnología y cultura de la comunicación, los nuevos medios pueden así convertirse para los sacerdotes y para todos los agentes de pastoral en un válido y eficaz instrumento de verdadera y profunda evangelización y comunión”, indica. Y augura: “Serán una nueva forma de evangelización para que Cristo llegue lejos en los caminos de nuestras ciudades y, ante las puertas de nuestras casas, diga nuevamente: Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo”. El comunicado también recuerda que “la responsabilidad principal del sacerdote es anunciar la Palabra de Dios hecha carne, hombre, historia, convirtiéndose así en signo de esa comunión que Dios realiza con el hombre”. La eficacia de este ministerio requiere, por tanto, que el sacerdote viva una relación íntima con Dios, radicada en un amor profundo y en un conocimiento vivo de las Sagradas Escrituras, “testimonio” escrito de la Palabra divina. En 2009, la anterior Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales ha estado dedicada al tema "Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad". En su mensaje para aquella ocasión, el Papa invitaba “a todos los que emplean las nuevas tecnologías de la comunicación, en especial los jóvenes, a utilizarlas de una manera positiva y a comprender el gran potencial de esos medios para construir lazos de amistad y solidaridad que pueden contribuir a un mundo mejor”. La Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales es la única celebración mundial que convocó el Concilio Vaticano II, y se celebra en casi todos los países del mundo el domingo precedente a Pentecostés.

Estar abiertos a la belleza para reflejar la belleza divina, pide el Papa


Benedicto XVI invitó a estar abiertos a la belleza, a todas las personas congregadas en el aeropuerto de Stará Ruzyně de Praga para despedirle al concluir su viaje apostólico a la República Checa este lunes por la tarde. “Si nuestros ojos permanecen abiertos a la belleza de la creación de Dios y nuestras mentes a la belleza de su verdad, entonces podremos verdaderamente esperar seguir siendo jóvenes y construir un mundo que refleje algo de la belleza divina, de modo que ofrezca inspiración a las futuras generaciones para hacer otro tanto”, dijo. Para introducir este pensamiento, el Santo Padre pronunció un dicho atribuido a Franz Kafka, “Quien mantiene la capacidad de ver la belleza, no envejece nunca”. En su discurso de despedida de la República Checa, el Santo Padre destacó que “la Iglesia en este país ha sido verdaderamente bendecida con un extraordinario ejército de misioneros y de mártires, como también de santos contemplativos, entre los que quisiera recordar particularmente a santa Inés de Bohemia, cuya canonización, hace veinte años, fue mensajera de la liberación de este país de la opresión atea”. También realizó un repaso y una breve valoración de los encuentros más significativos del viaje apostólico que empezó el sábado. Conservaré la memoria de los momentos de oración que he podido transcurrir junto con los obispos, los sacerdotes y los fieles de este país”, dijo. “Ha sido especialmente conmovedor, esta mañana, celebrar la misa en Stará Boleslav, lugar del martirio del joven duque Wenceslao, y venerarle ante su tumba el pasado sábado, dentro de la majestuosa catedral que domina el panorama de Praga”, confesó. Y continuó: “Ayer en Moravia, donde los santos Cirilo y Metodio dieron comienzo a su misión apostólica, pude reflexionar, en orante acción de gracias, sobre los orígenes del cristianismo en esta región y, efectivamente, en todas las tierras eslavas”. “Mi encuentro de ayer con los representantes de las otras comunidades cristianas me ha confirmado la importancia del diálogo ecuménico en esta tierra que ha sufrido tanto las consecuencias de la división religiosa en el tiempo de la guerra de los Treinta Años –destacó-. Mucho se ha hecho ya para curar las heridas del pasado”. Subrayó su encuentro del domingo con los representantes de las universidades del país, afirmando que la comunidad académica “tiene un papel importante que llevar a cabo, mediante una búsqueda de la verdad sin compromisos”. Finalmente, señaló: “He sido particularmente feliz de encontrar a los jóvenes y e animarles a construir sobre las mejores tradiciones del pasado de esta nación, de modo particular sobre la herencia cristiana”. El Papa también dedicó palabras de agradecimiento a todas las personas que han participado y colaborado en la buena marcha de su visita, desde el Presidente de la República Checa hasta todos los fieles que han rezado por sus buenos frutos, pasando por autoridades, voluntarios, etcétera.

¡ DISCERNIMIENTO !

Un carisma indispensable para todo renovado en el Espíritu
I ) Introducción
II) El discernimiento de espíritus
Primera Parte
I. INTRODUCCION
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I. INTRODUCCION
Experimentamos durante nuestra vida cristiana, pero sobre todo si hemos emprendido un camino interior de oración, euforias y depresiones, estados interiores de paz o de inquietud, etc, de duración e intensidad variables. Prescindiendo de un origen, debemos saber que todo lo que nos sucede está querido o permitido por Dios para nuestro bien. Sin embargo, para evitar los riesgos que suelen originar estas experiencias, nos conviene aprender a comportarnos en ellas, desarrollando nuestro discernimiento espiritual.
Es conveniente y aún necesario psicológicamente que atravesemos por crisis de consuelos y desconsuelos, por tiempos de consolaci¢n o de aridez, provenientes del propio temperamento y de otras causas.
Dios permite la consolaci¢n y la desolación para ayudarnos a llegar a la madurez de los hijos de Dios, por el ejercicio progresivo de la fe, de la esperanza y de la caridad. Es importante que nos acostumbremos a vivir, desde ahora, m s que de sentimientos, de las virtudes teologales; pues "ahora subsisten tres cosas: la fe, la esperanza y la caridad; pero la mayor de todas ellas es la caridad" (1 Cor 13,13).
Pues el amor nos acompañará toda la eternidad. Y sabemos que "el amor no consiste en sentir grandes cosas, sino en tener gran desnudez y padecer por el Amado". (San Juan de la Cruz).
"El discernimiento presupone la vida de una Iglesia que está llena de poderes sobrenaturales y manifestaciones de la presencia de Dios. La misma riqueza de la actividad divina hace surgir a la superficie las fuerzas del mal, y es también un campo para la actividad religiosa desviada".(Mons. Vincent Walsh).
En el ambiente mundano de creciente indiferencia religiosa en que vivimos, nadie se interesa en discernir el origen divino, humano o diabólico de las motivaciones o impulsos; pero al cristiano que está entregado a Jesús como SEÑOR de toda su vida le importa mucho precaverse del engaño y percibir con gozo cuándo "es el Señor" (cf. Jn 21,7).
II. EL DISCERNIMIENTO DE ESPIRITUS
"Examínelo todo, y quédense con lo bueno" (1 Tes 5,21).
1. ¿DE QUE SE TRATA?.
Podemos llamar discernimiento o discreción de espíritus al juicio prudente de las ilustraciones (tomas de conciencia) y mociones (movimientos interiores) que experimentan las almas, a fin de distinguir cuáles deben seguirse y cuáles resistirse. La prudencia se tendrá al juzgar la conveniencia o no de cierta actitud, más que al juzgar el origen de esa moción. "El carisma del juicio se basa en la prudencia, y ‚ésta aspira a ir hasta el fondo de las cosas, sopesando bien el valor de los signos y de los testigos. La prudencia humana fácilmente juega a "lo más seguro", y debe ceder el paso a la prudencia sobrenatural, la que no teme reconocer una acción de Dios en y para su Iglesia" (Card. Leo J. Suenens).
"El discernimiento de espíritus es el conocimiento íntimo del obrar divino en el corazón del hombre; es don del Espíritu Santo y un fruto de la caridad (cf. Flp.1, 9-11)" (Ordo Paenitentiae, n§ 10). No es un juego fácil, sino que supone una fuerte preparación espiritual. No se trata de ningún método mágico para descubrir la Voluntad de Dios, sino de un modo de madurar nuestra vida de fe y de vivir según el Espíritu. Discernimiento es todo modo de buscar y hallar juntos la Voluntad de Dios de manera evangélica: con verdad, con libertad, con responsabilidad y con caridad.
El discernimiento puede referirse a nuestra conducta personal, a nuestras actitudes espirituales, al campo de nuestras opciones concretas. Puede también aplicarse a la conducta global de la comunidad cristiana, a los movimientos de espiritualidad y de pastoral, a las tendencias de renovación eclesial, a las diversas ideologías que atraen a los hombres de nuestro tiempo.
También se aplica a las experiencias carismáticas (visiones, profecías, etc.), a las luces y movimientos interiores que orientan a las almas, y a los estados generales de consolación y desolación (de cierta duración).
La importancia de poseer discernimiento se desprende no sólo de la Escritura (ver Mt 7,15; 1 Tes 5,21: 1 Cor 14,20; 1 Jn 4,1-3; etc.), sino de la probada trascendencia que tiene en la vida espiritual el dejarnos guiar dócilmente por Dios (cf,"Mis ovejas conocen mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen", Jn 10,27). En efecto, ¿c¢mo extender la obra de Dios sin conocer sus intenciones?. "Si el Señor no construye el edificio, en vano trabajan los constructores". Hoy más que nunca es necesario escuchar al Espíritu de Dios y colaborar con El en la obra que está llevando a cabo. "Sepan discernir lo que agrada al Señor". (Ef. 5,10), aconseja San Pablo.
A continuación veremos en qué‚ se diferencia el discernimiento como don carismático del discernimiento como fruto de caridad.
2. EL CARISMA DE DISCERNIMIENTO
El carisma de discernimiento es un don gratuito del Espíritu Santo: "... a otro, el don de juzgar sobre el valor de los dones del Espíritu" (1 Cor 12,10).
Santo Tomás lo define como "claro conocimiento de los secretos del coraz¢n de los demás". No sólo juzga sobre el estado actual del hermano, sino también sobre la forma acertada en que debe obrar.
El carisma de discernimiento de espíritus es "una iluminación divina o manifestación del Espíritu Santo por la que una persona conoce cuáles espíritus están motivando o impulsando determinada actuación, para proteger del engaño a la comunidad. Es como un mensaje que viene de afuera; no como que surge de la persona misma. Se forma súbitamente en la mente, espontáneamente, completo. No depende del esfuerzo, la iniciativa o los conocimientos de la persona; es un conocimiento que lleva consigo su propia convicción. No se trata de perspicacia, instinto psicológico o espíritu crítico. Puede venir por medio de visiones, o también por sensaciones o sentimientos agradables o desagradables" (P. Carlos Aldunate, s.j.).
Este don del Espíritu permite conocer CON CERTEZA si un hecho o moción proviene o no del Espíritu de Dios; entre otros, es dado a la comunidad en oración a fin de discernir las manifestaciones del Espíritu. "Es un medio por el que Dios da a conocer el origen de lo que está sucediendo en un grupo, reunión, persona, o en el ejercicio de algún carisma; y esta iluminación se da para provecho del Cuerpo de Cristo. Puede darse en forma colectiva, es la más corriente: el grupo en oración, unido en el Espíritu, siente instintivamente lo que es o no es de Dios" (P. Aldunate, s.j.).
Según Mons. Alfonso Uribe Jaramillo, "es un cierto instinto sobrenatural que permite sentir la dulce presencia del Santo Espíritu cuando es El quien actúa, o que experimenta la desazón que produce la presencia del espíritu del mal". Pues "nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para reconocer los dones gratuitos que El nos ha dado" (1 Cor 2,12). El Espíritu en nosotros reconoce al Espíritu en el hermano. No se trata de un razonamiento intelectual según nuestra experiencia previa, sino que más bien es una certeza interior (semejante a la inspiración profética): se siente en el Espíritu que algo es o no es de Dios.
3. EL DISCERNIMIENTO COMO FRUTO DE LA CARIDAD
Permanecer en el amor de Jesús significa, entre otras cosas, adquirir experiencia en el ejercicio del discernimiento como ciencia adquirida, que es el juicio prudencial recto que nos formamos acerca de los conflictos interiores de nuestros hermanos, fundado en la Palabra de Dios, la doctrina de la Iglesia y nuestra propia experiencia. Porque "la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que una espada de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, ... y es capaz de discernir los pensamientos y los sentimientos del corazón" (Heb 4,12). Conocer vivencialmente la Palabra es indispensable para reconocer la mano de Dios en la historia y en los acontecimientos, y para no dejarse imponer las falsas salvaciones que propone Satanás. Es frente a la Cruz que se realiza la perfecta discreci¢n de espíritus; los secretos de los corazones se revelan y cada uno manifiesta allí cuál es el espíritu que lo guía.
El discernimiento es, entonces, un conocimiento vivenciado que engloba todas las resonancias emotivas, afectivas e intelectuales, traspasadas por la luz de la Palabra de Dios. "Es la capacidad de penetrar a través de las apariencias exteriores para descubrir en el fondo si el origen de una moción es Dios, el hombre con sus impulsos naturales, o el mal" (Mons Walsh).
Por medio del discernimiento intentamos reconocer la acción del Espíritu Santo en nuestra vida y la de nuestros hermanos de todo el Pueblo de Dios y tratamos de cooperar con nuestra respuesta. La cooperaci¢n con el Espíritu supone que por la asidua contemplación de la Palabra viviente hemos adquirido ya la mentalidad humana de Cristo, que nos familiariza con la manera de ver y obrar de Dios.
El discernimiento no es nunca obra exclusiva del hombre: el cristiano discierne ayudado por la gracia. La acción del Espíritu se manifiesta en la capacidad de tomar en toda situaci¢n dada, la decisión moral conforme al Evangelio y a la historia de la Salvación. El Amor de Dios en nosotros nos ilumina y capacita para optar por el Reino.
4. LA ACTITUD NECESARIA
El cristiano ha de seguir a Cristo no de acuerdo con sus criterios personales o según la escala de valores de la sociedad, sino según la luz y la inclinaci¢n que proceden del Espíritu Santo. La actitud de los pastores de la Iglesia y la de cualquier cristiano que tome parte activa en la realizaci¢n de la misión del pueblo de Dios ha de ser obediencia al Espíritu de Jesucristo. Unido a Cristo y a la Iglesia, el cristiano ha de discernir el plan de Dios en la creación, en la historia humana, personal y social, y en la vida de la Iglesia.
El discernimiento supone una especial atención a nuestro mundo interior, reflexión, observaci¢n de la vida humana, examen de las motivaciones profundas de nuestra conducta, análisis de nuestros proyectos de vida personal, de nuestras inclinaciones, meditación de la palabra de Dios, comunicación fraternal con otros, etc. Es un ejercicio de fe, una experiencia religiosa, eclesial.
Es difícil sostener la infalibilidad de ciertas inspiraciones internas. Ni siquiera cuando sólo pueden provenir de Dios (como la consolación sin causa precedente, ver regla 2.2. del Apéndice), porque es difícil reconocer si no proceden sólo de nuestro subconsciente; y porque, aunque lo fueran, fácilmente las adulteramos con nuestras experiencias antecedentes o consecuentes. (ver regla 2.8.).
Para discernir la acción de Dios hay que vivir según el Espíritu (ver Rom 8,5-13), llegando a ser espirituales (ver Ef 5,8-11), renovando nuestra mentalidad (ver Rom 12,2), y pidiendo al Señor el don de sabiduría y discernimiento como Salomón (ver Sab 9,1-18 y 1 Re 3,5-15). La actitud espiritual necesaria para hacer un discernimiento incluye: decisión de buscar, hallar y obedecer la Voluntad de Dios, libertad interior, pobreza de espíritu y despojo de los propios deseos o ideas, amor a Cristo pobre y humilde. Es necesario liberar nuestro juicio de la presión que sobre ‚él ejercen nuestras propias pasiones. Es previamente necesaria la conversión profunda del que hace el discernimiento; una conversión que le lleve a superar la propia espontaneidad, los propios deseos y preferencias.
"Usando del mundo como si no lo usaran, llegarán a aquella libertad por la que, libres de todo cuidado desordenado, se tornen dóciles para oir la voz de Dios en la vida cotidiana. De esta libertad y docilidad nace la discreción espiritual, por la que se halla la recta actitud ante el mundo y los bienes terrenos" (Presbyterorum Ordinis, n§ 17).
Cuando el corazón está dominado por el afán de riquezas y placeres, la atenci¢n se aparta de las cosas que se refieren a Dios (Cf.1 Cor 2,14; Mt 6,21). Cuando nuestra vida se orienta plenamente hacia Cristo es normal que todo nuestro ser esté predispuesto a detectar todo lo que nos ayuda a realizar nuestra vocación cristiana o lo que nos aparta de ella.
Una actitud sincera de búsqueda de la gloria de Dios implica una total disponibilidad. No se trata de pretender que Dios apruebe nuestros proyectos, sino de poner por entero nuestra persona y nuestra existencia a su disposición, de entregarnos a El, de seguir a Jesús, según sus deseos (Cf. Mt. 19,16-22).
"Esta disponibilidad no es una indiferencia puramente negativa, sino un deseo de liberarse de todo aquello que se opone a la Palabra de Dios y, en el fondo, la decisi¢n de aceptar con generosidad el misterio de la cruz de Jesucristo (Cf. Mt.16,24; 18,8; Fil. 3,18)". (Mons. Elías Yanes).
5. CRITERIOS BASICOS
Conviene asentar sólidamente en el corazón algunos criterios:
a) Dios es Dios de luz y de paz. Sus inspiraciones y manifestaciones van siempre acompañadas de luz, de orden y de paz: "Dios no es un Dios de confusión, sino de paz" (1 Cor 14,33). La paz de Jesús, no como el mundo la da (cf. Jn. 14,27). Como en la trasfiguración de Jesús, donde Pedro exclama: "Maestro, ­qué bien estamos aquí!" (Lc 9,33).
b) Consonancia con Jesús y su obra. El Espíritu no puede inspirarnos cualquier cosa, sino sólo aquello que deriva de Jes£s y se halla en consonancia con su obra. "El Espíritu de la verdad los guiará hasta la verdad completa, pues no hablará por su cuenta, si no que hablará lo que oiga y les anunciará lo que ha de venir. El me dará gloria, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes" (Jn 16,13-14). "El les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho" (Jn 14,26). "Nadie inspirado por el Espíritu de Dios puede decir 'Maldito sea Jesús', y nadie puede decir 'Jesús es el Señor!' si no es movido por el Espíritu Santo" (1 Cor 12,3).
Esto significa que el Espíritu Santo nunca va a contradecir a la Palabra de Dios o al Magisterio de la Iglesia.
Santa Teresa de Avila afirma que "es de Dios que vaya conforme a la Sagrada Escritura; y como un tantito torciese de esto, mucho más firmeza tendría en creer que es del demonio. Porque entonces no es necesario buscar señales, ni qué espíritu es, pues está tan clara esta señal para creer que es del demonio, que aunque todo el mundo me asegurase que es de Dios, no lo creería".
c) Frutos buenos. Jesús nos advierte sobre los falsos profetas, dándonos una regla de oro para el que busca hacer la Voluntad de Dios: "por sus frutos los conocerán...Todo árbol bueno produce frutos buenos, y todo árbol malo produce frutos malos... Los podrán reconocer por sus frutos" (Mt 7,16-20). Es buena inspiración la que produce en mí y en los demás el fruto del Espíritu: "amor, alegría y paz, paciencia, afabilidad, bondad y confianza, fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo" (Gál 5,22-23).
A veces el fruto o consecuencia de una inspiración se percibe de inmediato, o puede preverse fácilmente de acuerdo a nuestra experiencia o la de algún hermano. Otras veces se hace necesario discernir durante cierto tiempo vigilando c¢mo evolucionan los frutos.
d) Edificación de la comunidad. La acción del Espíritu se dirige siempre a la edificación y unidad de la Iglesia; todo aquello que para o destruye a la comunidad (es decir, vaya encontra del amor mutuo), no es del Espíritu de Dios, por más inspirado o escriturístico que parezca. Basta que el fruto lógico y natural de una determinada orientación sea la disminuci¢n de nuestra fe viva en Jesús, la pérdida de entusiasmo por El, la pérdida o disminución de amor a su Iglesia, para que podamos concluir que el Espíritu de Dios no nos conduce en esa dirección.
Es el Espritu Santo el que "guía a la Iglesia a toda la verdad, y la unifica en comunión y ministerio" (Lumen Gentium, n§ 4). Las enemistades, disputas, celos, iras, divisiones, envidias, provocaciones, escándalos, murmuraciones, rencores, etc. son obras de la carne y especialidades del demonio que debilitan al Cuerpo de Cristo que formamos. "Desde el momento que hay envidias y discordias entre ustedes, ¿no es porque aún son carnales y viven a lo humano?". (1 Cor 3,3).
No siempre se puede encontrar la solución deseable para los problemas; no siempre es posible llegar a una coincidencia de pareceres. Pero siempre es posible crecer en caridad, en comprensión mutua, en mutuo respeto. Siempre es posible la reconciliación (cf. Ef.2,14).
6. EL PAPEL DE LA COMUNIDAD
Todo el proceso de discernimiento es de un orden eclesial, comunitario, aún cuando físicamente estemos aislados. La comunidad tiene un papel especial que jugar en el discernimiento, y en ella ciertas personas pueden tener un papel especial.
En situaciones de cierta importancia el obispo local tiene el cuidado pastoral general, y ejerce un papel decisivo en el discernir. Acerca de los dones extraordinarios, el reciente Concilio recuerda que "el juicio de su autenticidad y de su ejercicio razonable pertenece a quiénes tienen la autoridad en la Iglesia, a los cuales compete ante todo no sofocar el Espíritu, sino probarlo todo y retener lo que es bueno" (Lumen Gentium, n§ 12). A los Pastores, pues, "toca juzgar la genuina naturaleza de tales carismas y su ordenado ejercicio" (Apostolicam Actuositatem, n§ 3).
Ordinariamente, el juicio prudente y decisivo pertenece a quien ejerce el servicio liberador de la autoridad (pastor, coordinador, animador de oración, etc.), quien procurar que cada miembro exponga su parecer a fin de hallar juntos lo que es Voluntad del Señor. La meta es llegar al consenso (todo la comunidad siente de hacer lo mismo), pero la decisión final y la responsabilidad de sus consecuencias pertenece al que guía, que está asistido para ello de gracias especiales correspondientes a su funci¢n de servicio. La comunidad cristiana se convierte así en el lugar privilegiado del discernimiento.
Los presbíteros o ancianos, "examinando si los espíritus son de Dios, descubran con sentido de fe, reconozcan con gozo y fomenten con diligencia los multiformes carismas de los laicos, tanto los humildes como los más altos" (Presbyterorum Ordinis, n§ 9). El reconocimiento y el sometimiento a los pastores que el mismo Espíritu puso para apacentar a la Iglesia de Dios (cf. Hch 20,28), es un criterio tradicional en la Iglesia para el discernimiento de los espíritus.
Sin duda, Aquel que guía y edifica un Cuerpo pastoral ordenado jerárquicamente (la Iglesia) no inspirará rebeldía y desobediencia a ese mismo Cuerpo.
Como aconseja San Ignacio, es preciso "tener el ánimo preparado y dispuesto para obedecer en todo a la verdadera Esposa de Cristo nuestro Señor, que es nuestra santa Madre la Iglesia jerárquica".
Ver también las reglas 1.1., 1.2., 2.1., 2.3., 2.6., 2.7. y 2.8.
Otras citas de la Escritura: Sab 7,7; Sal 32,8; Prov 3,6; 14,12; Heb 5,14; Stg 1.16-17 y 3,13-17.
Fin de la primer parte
II. EL DISCERNIMIENTO DE ESPIRITUS
Segunda Parte
III. TRES MOVIMIENTOS INTERIORES
Tercera parte
IV. ESTADOS INTERIORES
Cuarta Parte
V. CONCLUSION
Apèndice

sábado, 26 de septiembre de 2009

DANIEL POLI EL MEJOR CANTAUTOR ARGENTINO CATOLICO


Ya hace más de veinte años que Daniel viene trabajando con su música y diversas actividades pastorales especialmente dedicadas a los jóvenes en esta nueva Evangelización que propone nuestra Iglesia. En cada concierto Daniel se propone y nos propone recorrer un camino que parte de las realidades más cotidianas que nos tocan vivir para llegar a momentos de un profundo encuentro con el Señor a través del canto. Realizar talleres para catequistas, músicos y agentes de pastoral es otra herramienta más que Daniel utiliza para el Anuncio de La Palabra. En todo este tiempo de caminar junto a Dios y su guitarra, ha participado en infinidad de eventos en Argentina, además de ser convocado de Brasil, Chile, México, Colombia, Perú, Ecuador, Guatemala y Puerto Rico. Se presentó en el Encuentro Internacional de Jóvenes realizado en Chile, donde se realizó el Primer Encuentro Continental de Músicos, en el Multifestival David de España y en la Primera Consulta de Artistas Católicos realizada en 1996 en Roma, Italia junto a otros nueve artistas. En 1998, junto a Martín Valverde (México), Luis Enrique Ascoy (Perú), Sandra Salas (Chile) y Eugenio Da Silva (Brasil) participó en una grabación dedicada íntegramente al Espíritu Santo, producida por el CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana); y en 1999, junto a estos y otros artistas de todo el continente americano, grabó el álbum ‘‘ABBA’’, en una nueva iniciativa del CELAM. En el año de Dios Padre (1999) se realizó también, a nivel nacional, un trabajo titulado ‘‘En el Nombre del Padre’’, grabado junto a artistas de todo el país. Desde 1986, está casado con Adriana, y tienen tres hijos (Clara, Ezequiel y David) y es desde la vocación familiar y junto a su comunidad que vive este servicio a la Evangelización
Algunos de sus CD´s
Con los ojos en el cielo 750) this.width=750"> Track list

1 Santo

2 Mapa del tesoro

3 Te celebraré

4 Alma misionera

5 Amor de los amores

6 Jesús, te seguiré

7 Las siete palabas

8 Te esperaré

9 Oración de la noche

10 Alfa y Omega

11 Señor mío

12 Por tu nombre

13 Mi Señor, mi fortaleza

DESCARGAR http://www.hotshare.net/es/file/52604-35241325ee.html Intimo y Acustico 750) this.width=750"> Track list

1 Obertura

2 Como una semilla

3 Intro

4 Lucha (sin trincheras

5 Intro

6 Hermano Francisco

7 Si no hablas

8 Intro

9 La canción del carpintero

10 Te celebraré

11 Cosas de locos

12 Intro

13 Mapa del tesoro

14 Intro

15 Siempre tu amigo seré

16 Intro

17 Las siete palabras

18 Una plegaria por la luz

19 Sembrador de eternidad

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Mi lámpara encendida 750) this.width=750"> Track list

1Mi lámpara encendida

2 Había una vez un mundo

3 Hagamos de cuenta

4 Yo creo en las promesas

5 Tus ojos me iluminan

6 Héroe anónimo

7 Jesús te seguiré

8 Un barco muy grande

9 Adorador

10 Marcos, Catalina y Juan

11 Gigante de los pies de barro

12 Mi lámpara encendida

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Signo de los tiempos 750) this.width=750"> Track list

1 Aquí estoy

2 Buscando una razón

3 El Dios de la vida

4 Por el resto de mi vida

5 Judas

6 ¿Adónde estás?

7 Lucha (sin trincheras)

8 Cada día

9 Sueños

10 Animador

11 Siempre tu amigo seré

12 Cuanta soledad

13 Este camino Escuchar Escuchar

14 Aquí estou (portugués)

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Una mujer revestida de Sol 750) this.width=750"> Track list

1 Una mujer vestida de sol

2 Virgen de Nazaret

3 Salve

4 Madre del nuevo hombre

5 Magnificat

6 Discípulo

7 Mi otro cielo

8 Oh, María

9 Ave Maria

10 Madre del Señor

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Con otros cantantesJuntos en Concierto (Con Luis Enrique Ascoy) 750) this.width=750"> Track list

1 Historia de un cantante sin futuro

2 Madre

3 Con la frente marchita

4 La mañana de aquel día

5 Siempre hay canción

6 Yo creo en las promesas

7 Vida

8 Ven sígueme

9 Discípulo

10 Ave Maria Blues 1

11 Este camino

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Pescando en RED (Con Luis Enrique Ascoy y Martín Valverde) 750) this.width=750"> Track list

1. No nos callarán

2. Renueva la faz de la tierra

3. Me parece mentira

4. Tus ojos me iluminan

5. Juntos, siempre juntos

6. Mientras me queden fuerzas

7. No estoy solo

8. Cantaré

9. Adorador

10. Ven, sígueme

DESCARGAR http://www.hotshare.net/es/file/55148-21973988c4.html

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 27 Septiembre 2009
Vigésimosexto Domingo del Tiempo Ordinario
Ver el comentario San Marcos 9,38-43.45.47-48. en el titulo San Agustín : «El que os dará un vaso de agua porque sois de Cristo... no quedará sin recompensa»

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Sto del dia. BIOGRAFÍA DEL PADRE PÍO DE PIETRELCINA


(1887-1968)
Su fiesta se celebra el 23 de Septiembre

Francisco Forgione (San Pío de Pietrelcina) nació en el seno de una humilde y religiosa familia, el 25 de mayo de 1887 a las 17 h. El Padre Pío nació en una pequeña aldea del Sur de Italia, llamada Pietrelcina, una pequeña villa en la provincia de Benevento, Italia. Sus padres, Horacio Forgione y María Giuseppa de Nunzio Forgione, ambos agricultores, encomendaron la protección de su recién nacido a San Francisco de Asís, por esta razón le bautizaron con el nombre de Francisco al día siguiente de su nacimiento.

La familia Forgione vivía en el sector más pobre de Pietrelcina. Francisco fue pobre, pero como él mismo diría más adelante, nunca careció de nada... Los valores eran diferentes en aquella época; un niño se consideraba dichoso si tenía lo básico para vivir. Fue un niño muy sensible y espiritual.

Inicio de sus experiencias extraordinarias.

Su vida transcurrió en los alrededores de la Iglesia Santa María de los Ángeles, que podríamos decir fue como su "hogar". Aquí fue bautizado, hizo su Primera Comunión, su Confirmación, y precisamente aquí, a los cinco años de edad, tuvo una aparición del Sagrado Corazón de Jesús. El Señor posó Su mano sobre la cabeza de Francisco y este prometió a San Francisco que sería un fiel seguidor suyo. El curso de su vida y su vocación quedaría desde ese momento sellado. Padre Pío se ofrece a tan corta edad como víctima. Este año marcaría la vida de Francisco para siempre; empieza a tener apariciones de la Santísima Virgen, que continuarían por el resto de su vida. También tenía trato familiar con su ángel guardián, con el que tuvo la gracia de comunicarse toda su vida y el cual sirvió grandemente en la misión que él recibiría de Dios.

Fue un niño callado, diferente y tímido, muchos dicen que a tan corta edad ya mostraba signos de una profunda espiritualidad. Era piadoso, permanecía largas horas en la iglesia después de Misa. Hizo hasta arreglos con el sacristán para que le permitiera visitar al Señor en la Eucaristía, en los momentos en los cuales la iglesia permaneciera cerrada.

Un milagro en su presencia

Un día, siendo aún pequeño, acompañó a su padre, Horacio, en una peregrinación al Santuario de San Peregrino. La iglesia estaba llena de fieles de todas partes. Francisco se arrodilló para orar al frente del Santuario y observaba la angustia de una madre que se acercó al altar con un niño deforme en sus brazos e imploraba al Santo que intercediera por la sanación de su hijo.

Mientras su padre se preparaba para salir de la Iglesia, Francisco no se movía en profunda oración de intercesión por el niño. La madre de este, en un arrebato de desesperación dijo en voz alta frente a la imagen del Santo: "Cura a mi hijo, si no lo quieres curar, tómalo, yo no lo quiero" y diciendo esto, arrojó al niño en el altar. En el preciso momento en que el niño tocó el altar, éste sanó por completo. Esta experiencia del poder de la oración, afianzó grandemente la confianza de Francisco en el poder de la intercesión de los Santos.

Primeros estudios

Francisco tenía gran sed de aprender. Por no haber escuelas en la villa, unos granjeros se presentaron voluntarios para enseñar a los niños del área. Su mayor ambición era que los niños pudieran aprender a leer y los más brillantes a escribir. La enseñanza se llevaba a cabo durante la noche por la necesidad existente de trabajar, tanto adultos como niños durante el día. Francisco estudiaba durante este tiempo. Otros niños preferían jugar, pero esto no era una de sus prioridades. Su preferencia era siempre pasar la mayor parte del tiempo en oración y estudiar en el tiempo destinado para el aprendizaje. Padre Pío fue un niño disciplinado, que entendía el sacrificio que era para sus padres patrocinar su tiempo de aprendizaje.

Estudios para prepararlo a la Vida Religiosa

Llegó el momento en el cual Francisco manifestará su deseo de ser religioso. Su padre, al ver la limitación existente de educación en la villa, emigró a los Estados Unidos y a Jamaica buscando mejor solvencia económica que le permitiera sufragar los gastos de educación para Francisco. Sus padres, aunque humildes, recibieron gran sabiduría del Señor para ver el camino que su hijo habría de seguir. Hicieron grandes sacrificios para que se hiciera posible.

Fue durante este tiempo en que su madre, Giuseppa, hizo arreglos para que su hijo recibiera la formación necesaria para poder ingresar en el seminario.

Doña Giuseppa buscó al maestro Angelo Cavacco para encargarle la formación de su hijo. Con él, el joven Francisco avanzó con gran rapidez y mostró tener gran capacidad.

Preparación para el Noviciado

El día antes de entrar al Seminario, Francisco tuvo una visión de Jesús con su Santísima Madre. En esta visión, Jesús posa Su mano en el hombro de Francisco, dándole valor y fortaleza para seguir adelante. La Virgen María, por su parte, le habla suavemente, sutil y maternalmente penetrando en lo más profundo de su alma.

Ingreso en el Noviciado de Morcone

El Padre Pío siempre caminó el sendero estrecho, no permitiéndose lujos ni nada que le pudiera desviar de su relación con Jesús. A los 15 años de edad, Francisco había adelantado lo suficiente como para entrar al Seminario; sería Fraile Capuchino. Ingresó con la Orden Franciscana de Morcone el 3 de enero de 1902. Quince días después de su entrada, el día 22 de enero de 1902, Francisco recibió el hábito franciscano que está hecho en forma de una cruz y percibió que desde ese momento su vida estaría "crucificada en Cristo", tomó además, por nombre religioso, Fray Pío de Pietrelcina en honor a San Pío V.

La Fraternidad Capuchina en la cual ingresó era una de las más austeras de la Orden Franciscana y una de las más fieles a la regla original de San Francisco de Asís. El ayuno y la penitencia eran prácticas habituales. El Fraile Pío abrazó todas las formas de autoprivación, comiendo siempre muy poco, en una ocasión se alimentó únicamente de la Eucaristía por 20 días y aunque débil físicamente se presentaba a clases con preclara alegría. Fue una de las mejores épocas de su vida: "Soy inmensamente feliz cuando sufro, y si consintiera los impulsos de mi corazón, le pediría a que Jesús me diera todo el sufrimiento de los hombres".

Primera bilocación

En 1905, solo dos años después de haber entrado al Seminario, el Fraile Pío experimenta por primera vez la bilocación. Rezando acompañado de otro fraile en el coro, una noche fría de enero, alrededor de las 23 h., se encontró a sí mismo muy lejos, en una casa muy elegante en la cual un padre de familia agonizaba en el mismo momento que su hija nacía. Nuestra Santísima Madre se le apareció al Fraile Pío diciéndole: "Encomiendo esta criatura a tus cuidados; es una piedra preciosa sin pulir. Trabaja en ella, lústrala, hazla brillar lo más posible, porque un día me quiero adornar con ella". A lo que él contestó: "¿Cómo puede ser esto posible si soy un pobre estudiante, y todavía ni siquiera sé si tendré la fortuna de llegar a ser sacerdote? Y si no llegara a ser sacerdote, ¿cómo podría ocuparme de esta niña estando tan lejos?". La Virgen le contestó: "No dudes. Será ella quien venga a ti, pero la conocerás de antemano en la Basílica de San Pedro". Inmediatamente se encontró de nuevo en el coro donde había estado rezando minutos antes.

Dieciocho años más tarde esta niña se presentó en la Basílica de San Pedro, agobiada y buscando a un sacerdote con quien pudiera confesarse y recibir dirección espiritual. Ya era tarde y la Basílica iba a cerrar, miró a su alrededor y vio a un fraile entrar en el confesionario y cerrar la puerta. La joven se le acercó y comenzó a compartirle sus problemas. El sacerdote absolvió sus pecados y le dio la bendición. La joven en agradecimiento quiso besarle la mano, pero al abrir el confesionario solo encontró una silla vacía.

Un año después, la joven fue en peregrinación a San Giovanni Rotondo. Padre Pío caminaba por los pasillos de las celdas repletos de peregrinos y al ver a la joven entre ellos, la señaló diciendo: "Yo te conozco, tu naciste el día que tu padre murió", la joven, sorprendida, esperó largo rato para poderse confesar con el Padre y aclarar sus inquietudes. Padre Pío le recibe en el confesionario con estas palabras: "Mi hija, has venido finalmente; te he estado esperando tantos años!". La joven aún más sorprendida le manifestó que él estaba equivocado, siendo ésta la primera vez que ella visitaba San Giovanni. A lo que Padre Pío contestó: "Tú ya me conoces, viniste a mí el año pasado en la Basílica de San Pedro".

La joven se convirtió en su hija espiritual, obedeciendo siempre a sus consejos. Se casó y formó una sólida y ejemplar familia cristiana.

Ordenación Sacerdotal

El 10 de agosto de 1910, Padre Pío es ordenado sacerdote en la Catedral de Benevento, Italia. La tarde de aquel día, escribe esta oración: "Oh Jesús, mi suspiro y mi vida, te pido que hagas de mí un sacerdote santo y una víctima perfecta".

El día de su ordenación, su padre se encontraba en América, pero su madre, su hermano Miguel y su esposa, y sus tres hermanas le acompañaron en ese día tan especial. Al finalizar la Santa Misa, su madre y sus hermanos se acercaron a la baranda para recibir su primera bendición. Su madre no podía contener sus lágrimas, tanto de la emoción como del dolor de pensar en la ausencia de su esposo, cuyo sacrificio había hecho posible la ordenación de su hijo.

Como era la costumbre, el nuevo Padre celebraría su primera Misa en la iglesia de su pueblo, en Santa María de los Ángeles. En la misma iglesia en la que 23 años antes había sido bautizado, en donde había recibido la Primera Comunión y el Sacramento de la Confirmación.

De regreso a Pietrelcina

Cuanto más alto escalaba el joven sacerdote hacia la perfección, más era acechado por el demonio. Y mientras más atormentado era por Satanás, más crecía en la fe y en el amor al Señor.

Poco después de su ordenación, le volvieron las fiebres y los males que siempre le aquejaron durante sus estudios, y fue enviado a su pueblo, Pietrelcina, para que se restableciera de salud.

Cada vez que se hacía el intento para devolverlo a la vida religiosa dentro del monasterio, este fracasaba, pues su salud empeoraba. Su vida sacerdotal en Pietrelcina incluía mucha oración acompañada de muchas funciones religiosas, así como estudios teológicos, catecismo para los niños del pueblo y reuniones con las familias.

Primera aparición de los estigmas

Durante su primer año de ministerio sacerdotal, en 1910, el Padre Pío manifestó los primeros síntomas de los estigmas. En una carta que escribió a su director espiritual los describió así: "En medio de las manos apareció una mancha roja, del tamaño de un centavo, acompañada de un intenso dolor. También debajo de los pies siento dolor". Estos dolores en la manos y los pies del Padre Pío, son los primeros signos de los estigmas que fueron invisibles hasta el año 1918. En este año, el padre Pío recibió los estigmas de Jesús Crucificado, quien en una aparición lo invitó a unirse en su Pasión para participar en la salvación de los hermanos, en especial de los consagrados.

Una vez el dolor que el Padre Pío experimentó fue tan agudo, que se sacudió las manos, las cuales sentía que se le quemaban, a lo que su madre le preguntó: "¿Qué es eso?, ¿es que ahora también tocas la guitarra?". El Padre se limitó a no responder.

Este tiempo en su pueblo natal fue un período de grandes combates espirituales con el demonio, pero también de grandes consuelos a través de éxtasis y fenómenos místicos, tanto interiores como exteriores, espirituales y físicos. El demonio solía aparecérsele de distintas maneras. Algunas veces lo hacía en la apariencia de animales, de mujeres bailando danzas impuras, de carceleros que lo azotaban. Pero después de estos asaltos del demonio, era consolado con éxtasis y apariciones de Jesús, la Santísima Virgen María, su Ángel Guardián, San Francisco y otros santos.

El día 12 de agosto de 1912 experimentó por primera vez la "llaga del amor". El Padre Pío le escribió a su director espiritual explicándole lo sucedido: "Estaba en la Iglesia haciendo mi acción de gracias después de la Santa Misa, cuando de repente sentí mi corazón herido por un dardo de fuego hirviendo en llamas y yo pensé que me iba a morir".

Durante siete años, el Padre Pío permaneció fuera del Convento, en Pietrelcina. Naturalmente, esta vida estaba en contraste con la regla franciscana y algunos hermanos frailes se quejaron de esto. Fue entonces cuando el Superior General de la Orden pidió a la Sagrada Congregación de los Religiosos la exclaustración del Padre Pío. Fue un golpe muy duro para él y en un éxtasis se quejó a San Francisco de Asís. La Congregación de los Religiosos no escuchó la solicitud del Superior General y concedió que el Padre Pío siguiera viviendo fuera del convento, hasta que estuviera completamente restablecida su salud.

De regreso a la vida monástica

El día 17 de febrero de 1916, el Padre Pío salió de Pietrelcina rumbo a Foggia, donde los superiores lo llamaron para dar un servicio espiritual. Gracias a las oraciones de Rafaelina Cerase, una señora muy enferma y cercana a la muerte, el Padre Pío puede regresar definitivamente a la vida comunitaria. Esta buena señora se ofreció a Dios como víctima para que el Padre pudiese oír confesiones y con ello traer gran beneficio a las almas.

Aunque el Padre nunca más pudo regresar a su Pietrelcina natal, su amor por ella nunca disminuyó. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Padre, refiriéndose a su pueblo dijo: "Pietrelcina será preservada como la niña de mis ojos". Y antes de morir, hablando proféticamente dijo: "Durante mi vida he favorecido a San Giovanni Rotondo. Después de mi muerte, favoreceré a Pietrelcina".

Primera visita a San Giovanni Rotondo

El día 28 de julio de 1916, el Padre Pío llega a San Giovanni Rotondo por primera vez. San Giovanni Rotondo era en ese entonces una pequeña villa en la península del Gargano, rodeada por casas muy pobres, sin luz, sin agua potable ni cañería, sin caminos pavimentados y sin formas de comunicación modernos, muy parecido a la forma de vida en las villas pequeñas de aquel entonces.

El monasterio se encontraba a unos dos kilómetros del pueblo y para llegar a este, era necesario ir en mula. El monasterio contaba con una pequeña y rústica Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia del siglo XIV.

Regreso permanente a San Giovanni Rotondo

El Padre Pío fue invitado a San Giovanni por el Padre Guardián y su breve visita fue del 28 de julio al 5 de agosto. Durante esta visita, la salud del Padre parece haber mejorado un poco lo cual agradó al Padre Provincial y este lo mandó bajo obediencia a regresar a San Giovanni por un tiempo, hasta que mejorase más su salud. El Padre regresó al Monasterio del Gargano el día 4 de septiembre de 1916. En los designios del Señor, lo que en un inicio se pensó sería temporal, duró 52 años, hasta la muerte del Padre.

Experiencia Militar

El Padre Pío fue llamado a las filas militares tres veces durante la Primera Guerra Mundial y las tres veces regresó después de un corto período por motivos de salud. La última vez que fue llamado, su salud desmejoró tanto, que los mismos médicos le dieron de baja para "permitirle morir en paz en su hogar". Las cortas permanencias en las filas militares causaron en él grandes dolores en su alma, a causa de la dureza de los soldados, las blasfemias que escuchó y el verse alejado de la vida monástica. Otro gran dolor era el no poder ofrecer la Santa Misa todos los días.

El Padre fue dado de baja de las filas militares con papeles que atestiguaban su buena conducta, su honor y fidelidad a la patria, aunque se salvó de haber confrontado cargos de deserción por no presentarse a una cita, a causa de un error del cartero de San Giovanni Rotondo. Este no sabía que Francisco Forgione y el Padre Pío eran la misma persona y por ello no supo a quién darle la cita.

El seminario menor

El Padre Pío sirvió como padre espiritual de los jóvenes que formaban parte del seminario seráfico menor, que en ese momento estaba en San Giovanni Rotondo. Él se encargaba de proveerles con meditaciones, de confesarlos y de tener conversaciones espirituales con ellos. Oraba mucho y seguía de cerca su avance espiritual y hasta llegó a pedir permiso para ofrecerse como víctima al Señor por la perfección de este grupo a quienes como él mismo decía "amaba con ternura".

Un día en que daba un paseo con los jóvenes les dijo: "Uno de ustedes me traspasó el corazón". Los jóvenes quedaron perplejos ante este comentario, pero no se atrevían a preguntar quién había sido el culpable. "Uno de ustedes esta mañana hizo una Comunión sacrílega. Y saber que fui yo el que se la dio hoy durante la Misa". El joven culpable se arrojó a sus pies y confesó ser él el culpable. El Padre hizo seña a los demás para que se retiraran un poco y ahí mismo en la calle escuchó su confesión y lo restauró a la gracia de Dios.

Transverberación del corazón

La transverberación es una gracia extraordinaria que algunos santos como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz han recibido. El corazón de la persona escogida por Dios es traspasado por una flecha misteriosa o experimentado como un dardo que al penetrar deja tras de sí una herida de amor que quema mientras el alma es elevada a los niveles más altos de la contemplación del amor y del dolor.

El Padre Pío recibió esta gracia extraordinaria el 5 de agosto de 1918. En gran simplicidad, el Padre le narró a su director espiritual lo sucedido: "Yo estaba escuchando las confesiones de los jóvenes la noche del 5 de agosto cuando, de repente, me asusté grandemente al ver con los ojos de mi mente a un visitante celestial que se apareció frente a mí. En su mano llevaba algo que parecía como una lanza larga de hierro, con una punta muy aguda. Parecía que salía fuego de la punta.

Vi a la persona hundir la lanza violentamente en mi alma. Apenas pude quejarme y sentí como que me moría. Le dije al muchacho que saliera del confesionario, porque me sentía muy enfermo y no tenía fuerzas para continuar.

Este martirio duró sin interrupción hasta la mañana del 7 de agosto. Desde ese día siento una gran aflicción y una herida en mi alma que está siempre abierta y me causa agonía.

Los estigmas de Cristo

Sin duda alguna lo que ha hecho famoso al Padre Pío es el fenómeno de los estigmas: las cinco llagas de Cristo crucificado que llevó en su cuerpo visiblemente durante 50 años.

Pasado un mes de la transverberación del corazón, el Padre Pío recibe las señas, ahora visibles, de la Pasión de Cristo.

El Padre describe este fenómeno y gracia espiritual a su director por obediencia: "Era la mañana del 20 de septiembre de 1918. Yo estaba en el coro haciendo la oración de acción de gracias de la Misa y sentí poco a poco que me elevaba a una oración siempre más suave, de pronto una gran luz me deslumbró y se me apareció Cristo que sangraba por todas partes. De su cuerpo llagado salían rayos de luz que más bien parecían flechas que me herían los pies, las manos y el costado.

Cuando volví en mí, me encontré en el suelo y llagado. Las manos, los pies y el costado me sangraban y me dolían hasta hacerme perder todas las fuerzas para levantarme. Me sentía morir, y hubiera muerto si el Señor no hubiera venido a sostenerme el corazón que sentía palpitar fuertemente en mi pecho. A gatas me arrastré hasta la celda. Me recosté y recé, miré otra vez mis llagas y lloré, elevando himnos de agradecimiento a Dios".

Los estigmas del Padre Pío eran heridas profundas en el centro de las manos, de los pies y el costado izquierdo. Tenía manos y pies literalmente traspasados y le salía sangre viva de ambos lados, haciendo del Padre Pío el primer sacerdote estigmatizado en la historia de la Iglesia (San Francisco Asís no era sacerdote).

El provincial de los Capuchinos de Foggia invitó al Profesor Romanelli, médico y director de un prestigioso hospital, para que estudiara el caso y diera su parecer. El Doctor Romanelli no tuvo la menor duda del carácter sobrenatural del fenómeno. Poco después la Curia Generalicia de los Capuchinos en Roma envió a San Giovanni Rotondo a otro especialista, el profesor Jorge Festa. Sus conclusiones fueron que "los estigmas del Padre Pío tenían un origen que los conocimientos científicos estaban muy lejos de explicar. La razón de su existencia está mas allá de la ciencia humana".

La noticia de que el Padre Pío tenía los estigmas se extendió rápidamente. Muy pronto miles de personas acudían a San Giovanni Rotondo para verle, besarle sus manos, confesarse con él y asistir a sus Misas.

La palabra ESTIGMA viene del griego y significa "marca" o "señal en el cuerpo", y era el resultado del sello de un hierro candente con el cual marcaban a los esclavos. En sentido médico, estigma quiere decir una mancha enrojecida sobre la piel, que es causada porque la sangre sale de los vasos por una fuerte influencia nerviosa, pero nunca llega a ser perforación. En cambio los estigmas que han tenido los místicos son lesiones reales de la piel y de los tejidos, llagas verdaderas como, en este caso, las han descrito los doctores Romanelli y Festa.

La Santa Sede interviene en las investigaciones

Después de minuciosas investigaciones, la Santa Sede quiso intervenir directamente. En aquel entonces era una gran celebridad en materia de psicología experimental, el Padre Agustín Gimelli, franciscano, doctor en medicina, fundador de la Universidad Católica de Milán y gran amigo del Papa Pío XI.

El Padre Gimelli fue a visitar al Padre Pío, pero como no llevaba permiso escrito para examinar sus llagas, este rehusó a mostrárselas. El Padre Gimelli se fue de San Giovanni con la idea de que los estigmas eran falsos, de naturaleza neurótica y publicó su pensamiento en un artículo publicado en una revista muy popular. El Santo Oficio se valió de la opinión de este gran psicólogo e hizo público un decreto el cual declaraba la poca constancia de la sobrenaturalidad de los hechos.

Primera gran prueba. Diez años de aislamiento

En los años siguientes hubo otros tres decretos y el último fue condenatorio, prohibiendo las visitas al Padre Pío o mantener alguna relación con él, incluso epistolar. Como consecuencia, el Padre Pío pasó 10 años -de 1923 a 1933- aislado completamente del mundo exterior, entre la paredes de su celda. Durante estos años no solo sufría los dolores de la Pasión del Señor en su cuerpo, también sentía en su alma el dolor del aislamiento y el peso de la sospecha. Su humildad, obediencia y caridad no se desmintieron nunca.

El Sacrificio de la Misa

El Padre Pío se levantaba todas la mañanas a las tres y media y rezaba el oficio de las lecturas. Fue un sacerdote orante y amante de la oración. Solía repetir: "La oración es el pan y la vida del alma; es el respiro del corazón, no quiero ser más que esto, un fraile que ama". Celebraba la Santa Misa en las mañanas acompañado de dos religiosos. Todos querían verlo y hasta tocarlo, pero su presencia inspiraba tanto respeto que nadie se atrevía a moverse en lo más mínimo. La Misa duraba casi dos horas y todos los presentes se sumergían de forma particular en el misterio del sacrificio de Cristo, multitudes se volcaban apretadas alrededor del altar deteniendo la respiración. Aunque no existe diferencia esencial en la celebración de la Santa Misa de cualquier otro sacerdote, porque el sacerdote y la víctima es siempre Cristo, con el Padre Pío la imagen del Salvador -traspasado en sus manos, pies y costado- era más transparente.

El Padre Pío vive la Santa Misa, sufriendo los dolores del Crucificado y dando profundo sentido a las oraciones litúrgicas de la Iglesia. En los anales de la Iglesia, Padre Pío es el primer sacerdote estigmatizado; él fue esencialmente sacerdote, y su santidad fue esencialmente sacerdotal. Toda su vida giraba alrededor de esta realidad en la cual prestaba su boca a Cristo, sus manos y sus ojos. Cuando decía: "Esto es mi Cuerpo...Esta es mi Sangre", su rostro se transfiguraba. Olas de emoción lo sacudían, todo su cuerpo se proyectaba en una muda imploración. "La Misa", dijo una vez a un hijo espiritual, "es Cristo en la Cruz, con María y Juan a los pies de la misma y los ángeles en adoración. Lloremos de amor y adoración en esta contemplación". Mientras el Padre celebraba el Santo Sacrificio, el tiempo parecía detenerse.

Una vez se le preguntó al Padre cómo podía pasar tanto tiempo de pie en sus llagas durante toda la Santa Misa, a lo que él respondió: "Hija mía, durante la Misa no estoy de pie: estoy suspendido con Jesús en la cruz".

El Padre amaba a Jesús con tanta fuerza, que experimentaba en su propio cuerpo una verdadera hambre y sed de Él. "Tengo tal hambre y sed antes de recibir a Jesús, que falta poco para que muera de la angustia. Y precisamente, porque no puedo estar sin unirme a Jesús, muchas veces, aun con fiebre, me veo obligado a ir a alimentarme de su cuerpo"... "El mundo, solía decir el Padre Pío, puede subsistir sin el sol, pero nunca sin la Misa".

En una ocasión se le preguntó si la Santísima Virgen María estaba presente durante la Santa Misa, a lo cual él respondió: "Sí, ella se pone a un lado, pero yo la puedo ver, qué alegría. Ella está siempre presente. ¿Como podría ser que la Madre de Jesús, presente en el Calvario al pie de la cruz, que ofreció a su Hijo como víctima por la salvación de nuestras almas, no esté presente en el calvario místico del altar?".

Mártir del Sacramento de la Misericordia

Quien participara en la celebración Eucarística del Padre Pío no podía quedar tranquilo en su pecado. Después de la Santa Misa, el Padre Pío se sentaba en el confesionario por largas horas, dándole preferencia a los hombres, pues él decía que eran los que más necesitaban de la confesión. Al ser tantos los que acudían a la confesión, fue necesario establecer un orden, y confesarse con el Padre Pío podía tomarse fácilmente tres o cuatro días de espera.

Son muchos los impresionantes testimonios y las emotivas conversiones generadas a través de las Confesiones con el Padre Pío. Severo con los curiosos, hipócritas y mentirosos, y amoroso y compasivo con los verdaderamente arrepentidos. Uno de los dones que más impresionaba a la gente era que podía leer los corazones.

Una vez se le preguntó al Padre por qué echaba a los penitentes del confesionario sin darles la absolución, a lo que él respondió: "Los echo, pero los acompaño con la oración y el sufrimiento, y regresarán". El enojo era solamente superficial. A un hermano le explicó una vez: "Hijo mío, sólo en lo exterior he asumido una forma distinta. Lo interior no se ha movido para nada. Si no lo hago así, no se convierten a Dios. Es mejor ser reprochado por un hombre en este mundo, que ser reprochado por Dios en el otro". Un ejemplo de ello sucedió un día en que el Padre se encontró con un joven que lloraba sin importarle el gentío que lo rodeaba. El Padre se le acercó y le preguntó el porqué de su llanto. El muchacho respondió que "lloraba, porque no le había dado la absolución". Padre Pío lo consoló con ternura diciendo: "Hijo, ves, la absolución no es que te la he negado para mandarte al infierno sino al Paraíso".

El apostolado de la alegría

El Padre Pío era un hombre muy duro contra todo tipo de pecado, pero tierno, jovial y amante de la vida. Era un conversador brillante, con la astucia para mantener en suspenso a sus oyentes. Le gustaban mucho los chistes, y en su repertorio, no faltaban los que se referían a los soldados, políticos y religiosos. De la boca del Padre Pío, el chiste y la anécdota no eran solo sano humor y simple distracción, sino también una especie de apostolado: el apostolado de la alegría y el buen humor.

Una tarde calurosa, en que paseaba, como frecuentaba hacer con sus hermanos e hijos espirituales, les contó esta anécdota: "Una vez entró de monje un joven juglar que no conseguía cantar los salmos ni rezar las oraciones con los hermanos, pero en cuanto el coro quedaba vacío, se acercaba a la estatua de la Santísima Virgen y le hacía piruetas para congraciarse con ella y con el Niño Jesús. Una vez lo vio el fraile sacristán y avisó al Abad. Este después de haberlo observado un rato, se maravilló de ver que la estatua de la Virgen tomó vida. María sonreía y el Niño Jesús aplaudía con sus manitas. Cada uno de nosotros, decía el Padre, hace de bufón en el puesto que Dios le ha asignado. El fraile más ignorante, ofrecía a la Reina del Cielo lo único que sabía hacer, y Ella lo aceptaba con gusto".

Auxilio seguro

A muchos que acudían a él para pedir su intercesión en momentos de necesidad, el Padre no faltaba en darles una mano con su oración. En una ocasión contaba un monseñor que a un campesino conocido de él, al cual le vino un fuerte y repentino dolor de muelas una noche, en su desesperación por sentirse que el Padre no había escuchado su súplica de intercesión, tomó un zapato y lo arrojó contra el cuadrito en el que estaba la foto del Padre. Pasado el tiempo y habiendo olvidado el gesto irreverente, fue a confesarse con el Padre, el cual le replicó en el confesionario: "Y todavía tienes el coraje, después del zapatazo que me diste en la cara...".

Sanación milagrosa

Una de las curaciones más conocidas del Padre Pío fue la de una niña llamada Gema, que había nacido sin pupilas en los ojos. La abuelita de ésta la llevó a San Giovanni Rotondo con la esperanza de que el Señor obrara un milagro a través de la intercesión del Padre. El Padre la bendijo e hizo la señal de la cruz sobre sus ojos. La niña recuperó la vista, aunque el milagro no terminó allí. Gema vio desde ese momento, sin nunca tener pupilas. Ya de adulta, Gema entró en la Vida Religiosa.

El Padre y los niños

El Padre tenía también un gran amor por los niños. Cuando se le pedía la intercesión por el nacimiento de algún bebé que viniese con problemas, o por algún niño que estuviese enfermo, intercedía hasta conseguir la gracia. Un canciller a cuya esposa se le aproximaba el parto que se presentaba lleno de dificultades, fue a consultar con el Padre y a pedir sus oraciones. "Vete tranquilo, le dijo el Padre, y nada de operaciones". En el momento del parto la situación se complicó y los médicos le dijeron que si no operaban enseguida temían por la vida, tanto de la madre como del bebé. El canciller desesperado se fue al cuarto que estaba al lado donde había una fotografía del Padre Pío en la pared y delante de ella comenzó a insultarlo y a decirle palabrotas. No había terminado de desahogarse cuando escuchó el llanto de un bebé. Salió corriendo hacia el cuarto de su esposa y encontró un hermoso varoncito nacido "sin operaciones", para sorpresa de los médicos. Después de algunos días, el canciller fue a San Giovanni a confesarse y a darle las gracias al Padre, el cual le respondió: "Está bien, pero todas las palabrotas y los insultos que dijiste delante de mi fotografía, no tienes que decirlos más".

En otra ocasión, un niño de San Giovanni Rotondo que estaba gravemente enfermo y el cual se esperaba que podía morir en cualquier momento, se echó a reír y recuperó la salud de forma casi instantánea. La madre le preguntó que qué sentía y el niño le respondió: "Mamá, Padre Pío me hizo cosquillas en el pie". El Padre le había hecho cosquillas en el pie y se sanó.

Hijos espirituales

El Padre Pío tenía entre aquellos que se lo solicitaban, un grupo de hijos espirituales a quienes prometía asistir con sus oraciones y cuidados a cambio de llevar una vida fervorosa de oración, virtud y obras de caridad. Entre este grupo de devotos hay un sinnúmero de anécdotas en las que el cuidado real y oportuno del Padre se manifestó de forma extraordinaria. Entre estas anécdotas está la de un joven cuya madre lo llevaba a donde el Padre desde que este era muy pequeño y un día, saliendo del convento para tomar el autobús de regreso a casa, un coche lo atropelló por la espalda haciendolo volar por los aires. Mientras este volaba sobre el coche, viendo la imagen de la Virgencita del convento al revés, se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Solo logró gritar: "Virgencita mía, ayúdame". Lo llevaron de inmediato al hospital y todos los exámenes mostraban que todo estaba en orden, aunque no se explicaban de dónde provenía la sangre que había en su camisa. En cuanto este pudo salió corriendo hacia el convento para darle las gracias al Padre que estaba rezando en el coro. "No me des las gracias a mí, le respondió el Padre, dáselas a la Virgen, fue Ella". Después de mirarlo con los ojos llenos de amor y con una gran sonrisa en los labios, le dijo: "Hijo mío, no te puedo dejar solo ni un minuto...".

Llamado a la Co-redención

La vida del Padre Pío está tan llena de acontecimientos extraordinarios que es necesario buscar las causas de ellos en su vida íntima. Quien es llamado a servir en la misión redentora de Jesucristo tiene que sufrir mucho moral y físicamente. Estos sufrimientos lo purifican y encienden cada vez más el amor a Dios. En una carta escrita por el Padre en 1913 decía: "El Señor me hace ver como en un espejo, que toda mi vida será un martirio". Desde que ingresó a la vida religiosa hasta que recibió los estigmas, la vida del Padre Pío fue un vía crucis. En 1912 escribe: "Sufro, sufro mucho pero no deseo para nada que mi cruz sea aliviada, porque sufrir con Jesús es muy agradable". A una hija espiritual le dijo un día: "El sufrimiento es mi pan de cada día. Sufro cuando no sufro. Las cruces son las joyas del Esposo, y de ellas soy celoso. ¡Ay de aquel que quiera meterse entre las cruces y yo!".

Su proyecto más grande en la tierra

La tarde del 9 de enero de 1940, el Padre Pío reunió a tres de sus grandes amigos espirituales y les propuso un proyecto al cual él mismo se refirió como "su obra más grande aquí en la tierra": la fundación de un hospital que habría de llamarse "Casa Alivio del Sufrimiento". El Padre sacó una moneda de oro de su bolsillo que había recibido en una ocasión como regalo y dijo: "Esta es la primera piedra". El 5 de mayo de 1956 se inauguró el hospital con la bendición del cardenal Lercaro y un inspirado discurso del Papa Pío XII. La finalidad del hospital es curar al enfermo tanto espiritual como físicamente: la fe y la ciencia, la mística y la medicina, todos de acuerdo para auxiliar la persona entera del enfermo: cuerpo y alma.

Grupos de Oración"

Lo que le falta a la humanidad, repetía con frecuencia, es la oración". A raíz de la Segunda Guerra Mundial, el mismo Padre funda los "Grupos de Oración del Padre Pío". Los Grupos se multiplicaron por toda Italia y el mundo. A la muerte del Padre los Grupos eran 726 y contaban con 68.000 miembros, y en marzo de 1976 pasaban de 1.400 grupos con más de 150.000 miembros. "Yo invito a las almas a orar y esto ciertamente fastidia a Satanás. Siempre recomiendo a los Grupos la vida cristiana, las buenas obras y, especialmente, la obediencia a la Santa Iglesia".

Segunda prueba y persecución

La envidia humana se echó encima de la obra del Padre Pío. Desde 1959, periódicos y semanarios empezaron a publicar artículos y reportajes mezquinos y calumniosos contra la "Casa Alivio del Sufrimiento". Para quitar al Padre los donativos que le llegaban de todas partes del mundo para el sostenimiento de la Casa, sus enemigos envidiosos planearon una serie de documentaciones falsas y hasta llegaron, sacrílegamente, a colocar micrófonos en su confesionario para sorprenderlo en error.

Algunas oficinas de la Curia Romana condujeron investigaciones, le quitaron la administración de la Casa Alivio del Sufrimiento y sus Grupos de Oración fueron dejados en el abandono. A los fieles se les recomendó no asistir a sus Misas ni confesarse con él.

El Padre Pío sufrió mucho a causa de esta última persecución que duró hasta su muerte, pero su fidelidad y amor intenso hacia la Santa Madre Iglesia fue firme y constante. En medio del dolor que este sufrimiento le causaba, solía decir: "Dulce es la mano de la Iglesia también cuando golpea, porque es la mano de una madre".

50 años de dolor y sangre

El viernes 20 de septiembre de 1968, el Padre Pío cumplía 50 años de haber recibido los estigmas del Señor. Fue grande la celebración en San Giovanni. El Padre Pío celebró la Misa a la hora acostumbrada. Alrededor del altar había 50 grandes macetas con rosas rojas para sus 50 años de sangre... De la misma manera milagrosa como los estigmas habían aparecido en su cuerpo 50 años antes, ahora, 50 años más tarde y unos días antes de su muerte, habían desaparecido sin dejar rastro alguno de cinco décadas de dolor y sangre, con lo cual el Señor ha confirmado su origen místico y sobrenatural.

El paso a la vida eterna

Tres días después, murmurando por largas horas "¡Jesús, María!", muere el Padre Pío, el 23 de septiembre de 1968. Los que estaban presentes quedaron largo tiempo en silencio y en oración. Después estalló un largo e irrefrenable llanto.Los funerales del Padre Pío fueron impresionantes. Se tuvo que esperar cuatro días para que las multitudes pasaran a despedirlo. Se calcula que más de 100.000 personas participaron en el entierro.

Una promesa de amor

Un día, una persona preguntó al Padre: "¿Jesús le mostró los lugares de sus hijos espirituales en el paraíso?". Padre Pío: "Claro, un lugar para todos los hijos que Dios me confiará hasta el fin del mundo, si son constantes en el camino que lleva al cielo. Es la promesa que Dios hizo a este miserable". Persona: "Y en el paraíso, ¿estaremos cerca de usted?".

Padre Pío: "Ah tontita, ¿y qué paraíso sería para mí si no tuviera cerca de mí a todos mis hijos?". Persona: "Pero yo le tengo miedo a la muerte".

Padre Pío: "El amor excluye el temor. La llamamos muerte, pero en realidad es el inicio de la verdadera vida. Y luego, si yo les asisto durante la vida, ¡cuánto más los ayudaré en la batalla decisiva!".

Proceso de la Causa del Padre Pío

Muchas han sido las curaciones y conversiones concedidas por la intercesión del Padre Pío e innumerables milagros han sido reportados a la Santa Sede.
Los preliminares de su Causa se iniciaron en noviembre de 1969. El 18 de diciembre de 1997, Su Santidad Juan Pablo II lo declaró venerable. Este paso, aunque no tan ceremonioso como la beatificación, es ciertamente la parte más importante del proceso. El venerable Padre Pío fue beatificado el 2 de mayo de 1999. Tan grande fue la multitud en la Misa de beatificación, que desbordaron la Plaza de San Pedro y toda la Avenida de la Conciliación hasta el río Tiber sin ser estos lugares suficiente. Millones de personas además lo contemplaron por la televisión en el mundo entero.
Un gran Santo para la Iglesia de hoy

El día 16 de junio del 2002, su Santidad Juan Pablo II canonizó al Beato Padre Pío. Es el primer sacerdote canonizado que ha recibido los estigmas de nuestro Señor Jesucristo.

MI TESTIMONIO

Dar gracias a Dios

Quiero dar las gracias a Dios por escuchar las oraciones del Ministerio de Intercesión,ya que pedí que oraran por la hija de una compañera de trabajo que estaba esperando sólo unos examenes para confirmar diagnóstico.Dios en su infinita misericordia cambio impresionantemente los examenes y la chiquita esta normal.Alabanza y Gloria a nuestro Dios,Santo es el Señor,Dios del Universo,Alabanza y Gloria a nuestro Dios,cielos y tierra muestran su esplendor. Amén.

Oracion de Fe

Yo creo, Señor; en Ti
que eres la Verdad Suprema.
Creo en todo lo que me has revelado.
Creo en todas las verdades
que cree y espera mi Santa Madre
la Iglesia Católica y Apostólica.
Fe en la que nací por tu gracia,
fe en la que quiero vivir y luchar
fe en la que quiero morir
.

La Santa Sede pide pasos concretos hacia el desarme nuclear

Hacen falta "pasos serios y concretos" hacia la no proliferación y el desarme de las armas nucleares, no sólo para enfrentarse eficazmente al terrorismo nuclear, sino también para hacer realidad "una cultura de la vida y de la paz capaz de promover de manera eficaz el desarrollo humano integral de los pueblos".
Lo recordó el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, jefe de la delegación de la Santa Sede, en su intervención en la 53 Conferencia General de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), que tuvo lugar en Viena, Austria, del 15 al 18 de septiembre.
Al comienzo de su discurso, el prelado señaló, entre los desafíos que la sociedad de hoy puede y debe afrontar, también el aumento de la demanda de energía y el mercado negro de material nuclear.
"A fin de hacer realidad una convivencia humana verdaderamente libre -explicó el prelado, citando palabras de Benedicto XVI en la encíclica Caritas in Veritate- es necesario defender y promover incansablemente un verdadero desarrollo humano de alcance universal entre los saberes y las operatividades". En este área, el arzobispo argentino subrayó entre las prioridades de la AIEA "la de urgir y aumentar en todo el mundo la aportación de la energía atómica a las causas de la paz y de la prosperidad".
"Pero también --añadió-- orientar los conocimientos nucleares hacia otros campos como la medicina, la agricultura, la seguridad alimentaria, el acceso al agua potable, actividades estas que hay que inscribir en un marco más amplio de desarrollo, que ponga en el centro a la persona humana, contemplando repercusiones importantes no sólo para las generaciones presentes sino también para las futuras".
El arzobispo Sorondo invitó a los estados a perseguir como fin último el bien común de los pueblos y no el poder nacional, ya sea económico o militar.
"La Santa Sede --concluyó el arzobispo-- nota con satisfacción algunas señales positivas de la voluntad de poner de nuevo el desarme nuclear en el centro del debate internacional sobre paz y seguridad".
Señales por tanto positivas, en su opinión, con vistas a la VIII Conferencia de revisión del Tratado de no proliferación de las armas nucleares, prevista para 2010 en Nueva York, cuando la comunidad internacional sea "llamada a poner en acción pasos concretos, transparentes y convincentes".
El Tratado de no Proliferación Nuclear (TNP), que contiene el único compromiso vinculante de desarme nuclear en un tratado multilateral y da además a todos los signatarios el derecho de desarrollar programas pacíficos para producir energía nuclear con fines civiles, se convirtió en ley internacional en 1970.
Durante largo tiempo, hubo cinco estados con armas nucleares: Estados Unidos, Reino Unido, Unión Soviética, Francia y China. Desde entonces, India, Israel y Pakistán han desarrollado armas nucleares y permanecen como los únicos países fuera del Tratado.
Los 188 gobiernos que han ratificado el Tratado se encuentran cada cinco años en la Conferencia de revisión para evaluar su aplicación.
Hoy en el mundo existen más de 26.000 cabezas nucleares y algunos países anhelan todavía entrar en el "club nuclear".

El 18 de septiembre, por primera vez en casi veinte años, la AIEA aprobó una resolución que pide a Israel que se adhiera a Tratado de no Proliferación Nuclear y que abra todos sus emplazamientos nucleares a las inspecciones.

Benedicto XVI invoca la ayuda de Dios sobre los "portadores de paz"

El Papa invocó hoy la ayuda divina sobre cuantos "cada día se empeñan en construir en el mundo solidaridad, reconciliación y paz", en su mensaje de condolencia por la muerte de seis militares italianos el pasado 17 de septiembre en Kabul (Afganistán).
El funeral por los seis paracaidistas se celebró este lunes en Roma, en la basílica de San Pablo Extramuros, en presencia del primer ministro Silvio Berlusconi y de sus ministros, así como de las altas autoridades del Estado. En el telegrama de condolencias, que firma el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, el Papa se mostró "profundamente dolorido por el trágico atentado terrorista en Kabul en el que perdieron la vida, junto con numerosos civiles, seis militares italianos". El pontífice mostró su cercanía a los familiares, a la Iglesia castrense y a todo el país, invocando la ayuda de "Dios, fuente inagotable de esperanza y fuerza en el bien" , para los que "trabajan cada día" por la reconciliación y la paz".

lunes, 21 de septiembre de 2009

ORA!

Dios nuestro, que, en tu inefable misericordia, elegiste a San Mateo, para transformarlo de recaudador de impuestos en un apóstol, haz que también nosotros, imitando su ejemplo y apoyados por su intercesión, te sigamos con fidelidad, cualesquiera que sean las circunstancias de nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

San Mateo. ( Santo del dìa).

San Mateo (Apóstol y Evangelista).Se llamaba también Leví, y era hijo de Alfeo. Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera. Los publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente.
Y quizás a Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se encontró con Jesucristo ya dejó para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios. Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había escuchado varias veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar de este Maestro formidable.
Y un día, estando él en su oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al Divino Maestro el cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme". Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan productivo, se fue con El, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra, sino un puesto de primera clase en el cielo.
San Jerónimo dice que la llamada de Jesús a Mateo es una lección para que todos los pecadores del mundo sepan que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta el momento, en cualquier día y en cualquier hora pueden dedicarse a servir a Cristo, y El los acepta con gusto. Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor era nada menos que Jesús. Y con Él, sus apóstoles.
Y como allí se reunió la flor y nata de los pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para protestarles por semejante actuación de su jefe. "¿Cómo es que su maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?".
Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con una noticia que a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a salvar lo que estaba perdido". Probablemente mientras decía estas bellas palabras estaba pensando en varios de nosotros. Desde entonces Mateo va siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros, oye sus sabios sermones y le colabora predicando y catequizando por los pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír al gran profeta de Nazaret.
Jesús lo nombra como uno de sus 12 preferidos, a los cuales llamó apóstoles (o enviados, o embajadores) y en Pentecostés recibe el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Los judíos le dieron 39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado (y lo mismo hicieron con los otros apóstoles) y cuando estalló la terrible persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al extranjero a evangelizar, y dicen que predicó en Etiopía y que allá murió martirizado.
En todo el mundo es conocido este santo, y lo será por siempre, a causa del maravilloso librito que él escribió: "El evangelio según San Mateo". Este corto escrito de sólo 28 capítulos y 50 páginas, ha sido la delicia de predicadores y catequistas durante 20 siglos en todos los continentes. San Mateo en su evangelio (palabra que significa: "Buenas Noticias") copia sermones muy famosos de Jesús, como por ej. El Sermón de la Montaña (el sermón más bello pronunciado en esta tierra), el sermón de las Parábolas, y el que les dijo a sus apóstoles cuando los iba mandar a su primera predicación. Narra milagros muy interesantes, y describe de manera impresionante la Pasión y Muerte de Jesús. Termina contando su resurrección gloriosa.
El fin del evangelio de San Mateo es probar que Jesucristo sí es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas y por el Antiguo Testamento. Este evangelio fue escrito especialmente para los judíos que se convertían al cristianismo, y por eso fue redactado en el idioma de ellos, el arameo. Quizás no haya en el mundo otro libro que haya convertido más pecadores y que haya entusiasmado a más personas por Jesucristo y su doctrina, que el evangelio según San Mateo.
No dejemos de leerlo y meditarlo. A cada uno de los 4 evangelistas se les representa por medio de uno de los 4 seres vivientes que, según el profeta, acompañan al Hijo del hombre (un león: el valor. El toro: la fuerza. El águila: los altos vuelos. Y el hombre: la inteligencia).
A San Marcos se le representa con un león. A San Lucas con un toro (porque empieza su evangelio narrando el sacrifico de una res que estaban ofreciendo en el templo). A San Juan por medio del águila, porque este evangelio es el que más alto se ha elevado en sus pensamientos y escritos. Y a San Mateo lo pintan teniendo al lado a un ángel en forma de hombre, porque su evangelio comienza haciendo la lista de los antepasados de Jesús como hombre, y narrando la aparición de un ángel a San José.

Aparecida

¿Nadie hará absolutamente nada?
El documento de Aparecida... ¿un libro más para adornar las bibliotecas de las parroquias?
Autor: Lucrecia Rego de Planas
Fuente: Catholic.net –
«Estoy muy escéptico». Esta fue la respuesta de un sacerdote a quien admiro mucho, cuando le pregunté su opinión acerca del documento de Aparecida. –
«El documento es completo -continuó– pero la verdad, creo que nadie hará absolutamente nada. En la Iglesia hay muchos documentos y pocas acciones. Me temo que todo se quedará en eso: un documento más».
Confieso que su comentario me dolió en lo más profundo del alma, como si hubiera sido yo misma la autora del documento. Durante varias horas después de conversar con él, sus palabras continuaban resonando en mi cerebro: «Es sólo un documento más»; «Nadie hará absolutamente nada».
Esa noche, al irme a dormir, seguía dando vueltas a esto y pensaba: «Nuestros obispos nos han señalado ya el camino a seguir. ¿Cómo puede decir el padre, a quien quiero y admiro tantísimo, que "nadie hará absolutamente nada" ? Con que él y yo hiciéramos algo, ya la Iglesia habrá hecho algo. ¿O no somos acaso él y yo, parte de la Iglesia?».
Lo bueno de esa conversación fue que me di cuenta que, independientemente de lo que el padre decidiera hacer, yo sí debía hacer “algo” (cualquier cosa), desde Catholic.net, para ayudar a poner en marcha la Gran Misión Continental a la que nos estaban convocando los obispos en el documento de Aparecida.
Si nuestros obispos y el mismísimo Papa habían dedicado tantos días al análisis de la situación de la Iglesia, no estaría bien que sus conclusiones y directrices se quedaran sólo como “un libro más” adornando las bibliotecas de las parroquias.
Este fue el motivo por el cual hablé de nuevo con el padre y fue él mismo quien me impulsó a desarrollar, con ayuda de mi equipo de trabajo, el proyecto que deseo presentarles hoy en nombre de Catholic.net, como miembro de la RIIAL*, y que ponemos humildemente a disposición de la Iglesia, pidiendo a Dios que sirva para potenciar la Gran Misión Continental, de la manera como nosotros podemos hacerlo: desde el mundo virtual.
Se trata una herramienta que facilita la lectura y comprensión del documento (para aquellos que no les gusta leer) y que sirve para invitar y unir a todos aquellos que sí desean hacer “algo” (lo que sea) para poner en marcha la Gran Misión.
Para los que aún no han podido leer el documento, les explicaré rapidísimo en qué consiste el asunto:
Nuestros obispos se reunieron para analizar la situación de la Iglesia, buscando la manera de que cada discípulo (todo aquél que se dice cristiano) se identifique plenamente con Cristo y se convierta en un misionero, en un transmisor de la Buena Nueva del Evangelio dentro de su propio ambiente, con sus palabras y su testimonio, de modo que Jesucristo vuelva estar presente en la vida de nuestros pueblos.
Después de muchos días de análisis y estudio de las diferentes realidades de nuestro continente y del papel que juegan los diversos actores dentro de la Iglesia en Latinoamérica (todo esto aparece en el documento), nuestros pastores, iluminados por el Espíritu Santo, vieron que la Iglesia debe trabajar primordialmente en que cada cristiano (sin excepción alguna) se inserte en un proceso que consta de cinco etapas:
1. Tener un Encuentro personal con Jesucristo, contemplar su Rostro para enamorarse de Él.
2. La conversión, a través del sacramento de la reconciliación.
3. Ser un verdadero discípulo de Cristo, interesado en conocer y profundizar en las verdades de la fe y en la Sagrada Escritura, para parecerse cada día más a su Maestro.
4. Integrarse en una comunidad que lo acoja, lo acompañe y lo ayude a seguir adelante en su camino de formación y conformación con la persona del Maestro.
5. Cada discípulo, identificado plenamente con Cristo e inserto en una comunidad, querrá hacer partícipes a los demás de la riqueza que él ha descubierto y se convertirá espontáneamente en misionero, que llevará a los demás al Encuentro Personal con Jesucristo... para que el proceso se repita sucesivamente, hasta que el Mensaje de Cristo sea conocido y vivido por todos.
Los problemas de la Iglesia en Latinoamérica se deben, en gran parte, a que existen en ella muchísimos cristianos “incompletos” (laicos, sacerdotes, religiosos y obispos) que no han recorrido este proceso en su totalidad y se encuentran estancados y anquilosados en una de las etapas.
Cada uno puede observarse a sí mismo y descubrirse entre estos católicos “incompletos”, como por ejemplo, entre ésos que trabajan todo el día en obras de la Iglesia, pero que jamás han tenido una experiencia viva de Cristo y no lo conocen ni a Él ni a sus enseñanzas. O entre los que estudian mucho, que son discípulos ejemplares, conocen la Sagrada Escritura y la doctrina al derecho y al revés, pero jamás se han animado a anunciar el Evangelio a otros. Tal vez alguno se descubra entre los que se sienten solos porque no han encontrado una comunidad que les acoja dentro de la Iglesia o entre aquéllos que han contemplado el Rostro de Cristo pero no saben cómo invitar a otros para que también lo conozcan. O, tal vez, entre aquellos que se llaman cristianos, pero que su vida no refleja lo que creen, pues la viven al margen de Dios.
Nuestros obispos nos están convocando a todos: sacerdotes, religiosos, consagrados y laicos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos, a que entremos en el proceso de esta Gran Misión continental, desde nuestro propio lugar de trabajo, en el ambiente en donde Dios nos ha permitido estar: los empresarios en sus empresas, los educadores en las escuelas, las amas de casa con sus familias, los sacerdotes en las parroquias, los políticos desde la vida pública, cada uno debe ser discípulo y misionero ahí mismo en donde Dios lo ha puesto.
Sé que muchos serán indiferentes a este llamado, pero tal vez algunos no. Ésos... que sí quieren hacer algo (enseñar, aprender, preguntar, compartir, trabajar...) por este ambicioso proyecto de la Iglesia en Latinoamérica, sólo tienen que hacer click aquí o copiar en su navegador la dirección.
Ahí encontrarán algunas pantallas en las que aparecen textos selectos del documento y muchos botones en los que pueden dar click para ubicarse en el lugar correcto dentro del proceso de la misión, de acuerdo con su propia realidad, sus intereses e inquietudes y para encontrarse y unir fuerzas con muchas otras personas que tienen los mismos intereses, preocupaciones y dificultades, a lo largo y ancho de todo nuestro continente.
Pido a Dios que nos ayude para que esto sirva de algo, aunque sea, de modo que Aparecida no se quede como “un documento más” con el que “nadie va hacer absolutamente nada”Que Dios los llene de bendiciones