martes, 29 de septiembre de 2009

Estar abiertos a la belleza para reflejar la belleza divina, pide el Papa


Benedicto XVI invitó a estar abiertos a la belleza, a todas las personas congregadas en el aeropuerto de Stará Ruzyně de Praga para despedirle al concluir su viaje apostólico a la República Checa este lunes por la tarde. “Si nuestros ojos permanecen abiertos a la belleza de la creación de Dios y nuestras mentes a la belleza de su verdad, entonces podremos verdaderamente esperar seguir siendo jóvenes y construir un mundo que refleje algo de la belleza divina, de modo que ofrezca inspiración a las futuras generaciones para hacer otro tanto”, dijo. Para introducir este pensamiento, el Santo Padre pronunció un dicho atribuido a Franz Kafka, “Quien mantiene la capacidad de ver la belleza, no envejece nunca”. En su discurso de despedida de la República Checa, el Santo Padre destacó que “la Iglesia en este país ha sido verdaderamente bendecida con un extraordinario ejército de misioneros y de mártires, como también de santos contemplativos, entre los que quisiera recordar particularmente a santa Inés de Bohemia, cuya canonización, hace veinte años, fue mensajera de la liberación de este país de la opresión atea”. También realizó un repaso y una breve valoración de los encuentros más significativos del viaje apostólico que empezó el sábado. Conservaré la memoria de los momentos de oración que he podido transcurrir junto con los obispos, los sacerdotes y los fieles de este país”, dijo. “Ha sido especialmente conmovedor, esta mañana, celebrar la misa en Stará Boleslav, lugar del martirio del joven duque Wenceslao, y venerarle ante su tumba el pasado sábado, dentro de la majestuosa catedral que domina el panorama de Praga”, confesó. Y continuó: “Ayer en Moravia, donde los santos Cirilo y Metodio dieron comienzo a su misión apostólica, pude reflexionar, en orante acción de gracias, sobre los orígenes del cristianismo en esta región y, efectivamente, en todas las tierras eslavas”. “Mi encuentro de ayer con los representantes de las otras comunidades cristianas me ha confirmado la importancia del diálogo ecuménico en esta tierra que ha sufrido tanto las consecuencias de la división religiosa en el tiempo de la guerra de los Treinta Años –destacó-. Mucho se ha hecho ya para curar las heridas del pasado”. Subrayó su encuentro del domingo con los representantes de las universidades del país, afirmando que la comunidad académica “tiene un papel importante que llevar a cabo, mediante una búsqueda de la verdad sin compromisos”. Finalmente, señaló: “He sido particularmente feliz de encontrar a los jóvenes y e animarles a construir sobre las mejores tradiciones del pasado de esta nación, de modo particular sobre la herencia cristiana”. El Papa también dedicó palabras de agradecimiento a todas las personas que han participado y colaborado en la buena marcha de su visita, desde el Presidente de la República Checa hasta todos los fieles que han rezado por sus buenos frutos, pasando por autoridades, voluntarios, etcétera.

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