martes, 8 de septiembre de 2009

SANTORAL: La natividad de la Virgen María


En la liturgia católica, este nacimiento de María es celebrado como se celebra la navidad de Jesucristo y la de san Juan Bautista: En de Cristo, Hijo de Dios, la de la Virgen, en gracia desde su concepción inmaculada, y la de Precursor, lleno de Espíritu Santo desde el seno de su madre Isabel. Son los únicos.
Esta fiesta tiene una lógica relación con la de la inmaculada, celebrada nueve meses antes: es una afirmación del proceso humano natural en lo que hace al nacimiento de María.
La celebración tuvo su origen en Jerusalén, a fines del siglo V, a raíz de haber sido consagrada una basílica en el lugar donde, según antiguas tradiciones extraevangélicas, acaeció el nacimiento. Al parecer, María era jerosolimitana, y después sus padres se trasladaron a Nazaret; así se explica mejor la presentación de la niña en el templo. Occidente empezó a celebrarlo en el siglo VI I y los papas se dirigían descalzos a Santa María la Mayor, entonando las letanías y los kiries.
Los datos de la infancia de María, ausentes totalmente de los evangelios canónicos, los ha tomado la devoción popular sobre todo del apócrifo Protoevangelio de Santiago, cuyo autor finge ser el apóstol Santiago el Menor, pariente del Senor. Este apócrifo gozó de mucha fama en la antigüedad, ya que tiene su origen en el siglo Il y a él se deben los supuestos nombres de los padres de la Virgen, san Joaquín y santa Ana, detalles de los esponsales con san José, la anteriormente citada presentación, etc. La liturgia católica ha admitido estos datos en varias festividades y el arte los ha reproducido ampliamente.
Lo cierto es que se trata de una fiesta de redención: el cumpleaños de María que trae, como la aurora antes del sol, el preanuncio de la llegada del Mesías. Así lo celebra con alegría la Iglesia. "Nos nace María, salud de los creyentes, y su nacimiento es verdaderamente salvación de los que nacen".
Antes se celebraba en otra fecha la fiesta del nombre de María: hoy podemos juntas ambas cosas, pues el nombre se les ponía a las niñas israelitas pocos días después de haber nacido.
Del evangelio de san Lucas podría colegirse que también María, como José, era de la casa de David, porque aunque aparezca a primera vista que la genealogía en Lucas, como en Mateo, es la del padre legal de Cristo, hay razones para afirmar que en Lucas se da la de María y así lo afirma, entre otros, san Agustín. Además así se desprende de la lectura de Lucas 1,32 y de Romanos 1,3.
El nombre de María, común entre los hebreos, aparece usado por primera vez para designar a la hermana de Moisés. Los autores piadosos, sobre todo san Bernardo, le dan unas sesenta explicaciones etimológicas, la mayoría de las cuales son nada más que suposiciones tendientes a motivar diversos cultos, advocaciones marianas o caprichos poético-religiosos de autores devotos, ya que desconocen las más elementales reglas hebraicas de la formación de los nombres.
Según el P. Lagrange, gran cultor de los estudios bíblicos, el uso que daban los judíos del tiempo de Cristo a ese nombre tiende a identificarlo con el sentido de "señora" o "princesa" (hoy día decimos nuestra Señora o Madonna) y es afin al nombre de Marta, que en arameo es femenino del vocablo señor.
Otras celebraciones de hoy: Nuestra Señora de Guadalupe, (Patrona de Extremadura), del Coro, de Covadonga, de la Salud, de la Encina, de Regla, Alta Gracia, Peña de Francia, Castañar; María de las Virtudes.

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