domingo, 27 de febrero de 2011

Evangelio de fin de semana




Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68




domingo 27 Febrero 2011. VIII Domingo del Tiempo Ordinario A. Santo(s) del día : San Gabriel de la Dolorosa


Evangelio según San Mateo 6,24-34.

Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Vicente de Paúl (1581-1660), presbítero, fundador de comunidades religiosas
Conversación del 21/02/1659


Buscar primero el Reino de Dios



«Buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura»... Se dice, pues, que hay que buscar el reino de Dios. «Buscad», no es más que una palabra, pero me parece que dice muchas cosas. Quiere decir... trabajar incesantemente para el reino de Dios y no permanecer en un estado flojo y parado, poner atención al interior para que esté bien regulado, pero no al exterior para divertirse... Buscar a Dios en vosotros, porque san Agustín confiesa que mientras le buscó fuera de él, no le encontró. Buscadle en vuestra alma que le es su agradable morada; es en ese fondo donde quedan establecidas todas las virtudes que sus siervos intentan practicar. La vida interior es necesaria, es preciso tender a ella; si la descuidamos, faltamos a todo... Busquemos ser personas de interioridad... Busquemos la gloria de Dios, busquemos el reino de Jesucristo...

«Pero [me diréis], hay tantas cosas que hacer, tantos trabajos en casa, tantos lugares de trabajo en la ciudad, en el campo... hay trabajo en todas partes; ¿es preciso pues dejarlo todo tal cual está para no pensar sino en Dios?» No, sino que es necesario santificar esas ocupaciones buscando a Dios en ellas, y hacerlas más para encontrarle a él que para verlas hechas. Nuestro Señor quiere que, ante todo, busquemos su gloria, su reino, su justicia, y para ello quiere que construyamos nuestro capital, con la vida interior, con la fe, con la confianza, con el amor, con ejercicios religiosos..., con trabajos y sufrimientos, a la vista de Dios, nuestro soberano Señor... Una vez establecidos en esa búsqueda de la gloria de Dios, podemos estar seguros de que el resto vendrá por sí solo.

jueves, 24 de febrero de 2011

MENSAJES PARA TI



Es pues la Fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1


Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6

martes, 22 de febrero de 2011

El Secretario del Papa subraya la necesidad de una 'sana laicidad' al servicio de la persona humana


El secretario personal del Papa, monseñor Georg Gaenswein, ha subrayado la necesidad de una "sana laicidad" en los Estados y ha recordado que Iglesia y Estado "están al servicio de la persona y del bien común" en la lección magistral sobre 'Relación entre Iglesia y Estado en Italia', promulgada en la Universidad para Extranjeros de Perugia.

La Universidad ha otorgado al secretario de Benedicto XVI la Laurea Honoris Causa en Sistemas de Comunicación en las Relaciones Internacionales. En la Lección Magistral, el Secretario ha recorrido las relaciones entre la Santa Sede y el Estado italiano desde los Pactos Lateranenses del año 1929 hasta el llamado 'Acuerdo de Villa Madama', según informa la Radio Vaticana. Monseñor Gaenswein ha destacado la importancia de "una sana colaboración" entre Iglesia y Estado, que respete "la diversidad de las diferentes competencias" y ha sostenido que "la autonomía de la esfera temporal no excluye una íntima armonía con las exigencias superiores y complejas derivadas de una visión integral del hombre y de su eterno destino".

Además, monseñor Gaenswein ha dedicado una parte de su lección magistral a la ciudad de Roma y ha sugerido la aprobación de normas especiales para la capital italiana con el fin de que "pueda desarrollar mejor su papel de capital, ciudad internacional y sede del mundo católico". En concreto, el secretario del Pontífice ha destacado que Roma podría dotarse de leyes especiales sobre relaciones internacionales, la acogida de peregrinos y los servicios sociales y sanitarios a favor de los inmigrantes.

Monseñor Gänswein es secretario del cardenal Joseph Ratzinger desde el año 2003, un cargo que confirmó en 2005 cuando el cardenal subió al solio pontificio como Benedicto XVI. Además, el actual secretario personal del Pontífice obtuvo la cátedra en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, donde es todavía profesor y fue nombrado Prelado de Honor del Papa en el año 2006.

domingo, 20 de febrero de 2011

Evangelio de fin de semana




Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

domingo 20 Febrero 2011

VII Domingo del Tiempo Ordinario A

Santo(s) del día : Benedicto XVI: San Juan de la Cruz

Evangelio según San Mateo 5,38-48.

Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado. Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por : San Elredo de Rielvaux (1110-1167), monje cisterciense

El Espejo de la Caridad III, 5

«Amad a vuestros enemigos"

Nada nos mueve tanto a amar a los enemigos, que es en lo que consiste la perfección de amor fraterno, como considerar con gratitud la paciencia admirable del «más bello de los hijos de los hombres» (Sl 44,3). Mostró su bello rostro a los impíos para que lo cubrieran de salivazos. Dejó que con una venda le taparan los ojos, éstos que, tan sólo con un signo, gobiernan el universo. Expuso su espalda a los latigazos... Su cabeza, ante la cual tiemblan los príncipes y los poderosos, la sometió a los pinchos de las espinas. Se entregó él mismo a las afrentas e injurias. Finalmente soportó pacientemente la cruz, los clavos, la lanza, la hiel, el vinagre, manteniéndose, en medio de todo ello, lleno de suavidad y serenidad. «Como un cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca» (Is 53,7).

Al escuchar estas admirables palabras tan llenas de suavidad, de amor y de serenidad imperturbable: «Padre, perdónalos» (Lc 23,34) ¿quién podría añadir algo a la suavidad y a la caridad de estas palabras?

Y sin embargo el Señor todavía añadió alguna más, pues no se contentó con orar sino que quiso también excusar: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.» Sin duda que se trata de grandes pecadores, pero apenas tienen conciencia de ello; por eso: Padre, perdónalos. Crucifican pero sin saber a quien crucifican... Piensan que se trata de un trasgresor de la Ley, de un usurpador de la divinidad, de un seductor del pueblo. Yo les he disimulado mi rostro. No han podido reconocer mi majestad. Por eso: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»

Para aprender a amar, pues, que el hombre que no se deje llevar de los impulsos de la carne... Que todo su afecto lo ponga en la suave paciencia de la carne del Señor. Para encontrar un descanso más perfecto y más dichoso en las delicias de la caridad fraterna, que estreche también a sus enemigos en los brazos del verdadero amor. Pero para que ese fuego divino no disminuya por las injurias, que tenga siempre los ojos del espíritu fijos en la serena paciencia de su amado Señor y Salvador.

domingo, 13 de febrero de 2011

Evangelio de fin de semana






¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68



domingo 13 Febrero 2011.

VI Domingo del Tiempo Ordinario


Santo(s) del día : Santa Fusca, Advocación Mariana: Nuestra Señora FUENSANTA.

Evangelio según San Mateo 5,17-37.

No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no desaparecerá ni una i ni una coma de la Ley, antes que desaparezcan el cielo y la tierra, hasta que todo se realice. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos. Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena. También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio. Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio. Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por : San Ireneo de Lión (hacia 130-hacia 208), obispo, teólogo y mártir
Contra las herejías IV, 13,3



La Ley enraizada en nuestros corazones


En la Ley hay preceptos naturales que nos dan ya la santidad; incluso antes de dar Dios la Ley a Moisés, había hombres que observaban estos preceptos y quedaron justificados por su fe y fueron agradables a Dios. El Señor no abolió estos preceptos sino que los extendió y les dio plenitud. Eso es de lo que nos dan prueba sus palabras: «Se dijo a los antiguos: no cometerás adulterio. Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior.» Y también: «se dijo: no matarás. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano sin motivo tendrá que comparecer ante el tribunal» (Mt 5,21s)... Y así todo lo que sigue. Todos estos preceptos no implican ni la contradicción ni la abolición de los precedentes, sino su cumplimiento y extensión. Tal como el mismo Señor dice: «Si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos (Mt, 5,20).

¿En qué consiste este ir más allá? Primeramente en creer no sólo en el Padre, sino también en el Hijo manifestado en lo sucesivo, porque él es quien conduce al hombre a la comunión y unión con Dios. Después, en no tan sólo decir, sino en hacer –porque «dicen pero no hacen» (Mt 23,3)- y guardarse, no sólo de cometer actos malos, sino también de desearlos. Con estas enseñanzas, él no contradecía a la Ley, sino que la llevaba a su cumplimiento, a su plenitud y ponía en nosotros la raíz de las prescripciones de la Ley... Prescribir, no sólo de abstenerse de los actos prohibidos por la Ley, sino incluso de su deseo, no es de alguien que contradice y adolece la Ley, sino el hecho de quien la cumple y extiende.

domingo, 6 de febrero de 2011

Ingrid Rosario ~ Quiero estar en tu presencia

Evangelio de fin de semana

¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68

domingo 06 Febrero 2011. V Domingo del Tiempo Ordinario A

Santo(s) del día : San Tito

Evangelio según San Mateo 5,13-16.

Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres. Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por : Beata Teresa de Calcuta (1910-1997), fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad

El gozo del don . « Alumbre así vuestra luz a los hombres »

Los cristianos son, para los demás, para los hombres todos del mundo entero, como la luz. Si somos cristianos debemos asemejarnos a Cristo. Si aprendéis el arte de la deferencia, cada día os asemejaréis más y más a Cristo cuyo corazón era humilde y estaba siempre atento a las necesidades de los hombres. Una santidad grande empieza por esa atención a los demás; nuestra vocación, si queremos que sea bella, debe estar del todo llena de esa atención. Allí por donde ha pasado Jesús, ha hecho el bien. Y la Virgen María, en Caná sólo ha pensado en las necesidades de los demás y en comunicarlas a Jesús.
Un cristiano es un tabernáculo del Dios vivo. Él me ha creado, me ha escogido, ha venido a habitarme, porque tenía necesidad de mí. Ahora que habéis aprendido cuánto os ama Dios ¿hay algo que sea más natural para vosotras que pasar el resto de la vida en irradiar este amor? Ser verdaderamente cristiano es acoger plenamente a Cristo y llegar a ser otro Cristo. Es amar como somos amados, como Cristo nos ha amado en la cruz.

martes, 1 de febrero de 2011

El mundo necesita a Dios y espera vocaciones de la Iglesia, dice el Papa Benedicto


El Papa Benedicto XVI señaló que el mundo siempre necesita a Dios y por eso espera la respuesta generosa de miembros de la Iglesia que se dediquen de por vida a la causa del Evangelio como concreción de su vocación.

En su mensaje al II Congreso Continental Latinoamericano de Vocaciones que se celebra en Cartago (Costa Rica) del 31 de enero al 5 de febrero bajo el lema "Maestro, en tu Palabra echaré las redes", el Papa señaló que "una acción misionera más incisiva trae como fruto precioso, junto al fortalecimiento de la vida cristiana en general, el aumento de las vocaciones de especial consagración".


"De alguna manera, la abundancia de vocaciones es un signo elocuente de vitalidad eclesial, así como de la fuerte vivencia de la fe por parte de todos los miembros del Pueblo de Dios".


En el texto con fecha 21 de enero y dado a conocer hoy, el Papa recordó que el Concilio Vaticano II afirma que "toda la comunidad cristiana tiene el deber de fomentar las vocaciones, y debe procurarlo, ante todo, con una vida plenamente cristiana".


"La experiencia nos enseña que, allí donde hay una buena planificación y una práctica constante de la pastoral vocacional, las vocaciones no faltan. Dios es generoso, e igualmente generoso debería ser el empeño pastoral vocacional en todas las Iglesias particulares".


El Papa se refirió luego a la centralidad del cuidado de la vida espiritual para el cultivo de las vocaciones: "La vocación no es fruto de ningún proyecto humano o de una hábil estrategia organizativa. En su realidad más honda, es un don de Dios", resaltó.


La vocación, continuó, es "una iniciativa misteriosa e inefable del Señor, que entra en la vida de una persona cautivándola con la belleza de su amor, y suscitando consiguientemente una entrega total y definitiva a ese amor divino".


"Es necesario ofrecer a las jóvenes generaciones la posibilidad de abrir sus corazones a una realidad más grande: a Cristo, el único que puede dar sentido y plenitud a sus vidas. Necesitamos vencer nuestra autosuficiencia e ir con humildad al Señor, suplicándole que siga llamando a muchos".


"Pero al mismo tiempo, el fortalecimiento de nuestra vida espiritual nos ha de llevar a una identificación cada vez mayor con la voluntad de Dios, y a ofrecer un testimonio más limpio y transparente de fe, esperanza y caridad".


Benedicto XVI destacó además la importancia del testimonio de la propia vocación como semilla de nuevas vocaciones: "ciertamente, el testimonio personal y comunitario de una vida de amistad e intimidad con Cristo, de total y gozosa entrega a Dios, ocupa un lugar de primer orden en la labor de promoción vocacional".


"El testimonio fiel y alegre de la propia vocación ha sido y es un medio privilegiado para despertar en tantos jóvenes el deseo de ir tras los pasos de Cristo. Y, junto a eso, la valentía de proponerles con delicadeza y respeto la posibilidad de que Dios los llame también a ellos".


Con frecuencia, continuó el Santo Padre "la vocación divina se abre paso a través de una palabra humana, o gracias a un ambiente en el que se experimenta una fe viva. Hoy, como siempre, los jóvenes 'son sensibles a la llamada de Cristo que les invita a seguirle'".


"El mundo tiene necesidad de Dios, y por eso siempre tendrá necesidad de personas que vivan para él y que lo anuncien a los demás", precisó.


Finalmente el Papa afirmó que "la preocupación por las vocaciones ocupa un lugar privilegiado en mi corazón y en mis oraciones. Les animo, pues, queridos hermanos y hermanas, a que se consagren con todas sus fuerzas y talentos a esta apasionante y urgente tarea, que el Señor sabrá recompensar con creces".