miércoles, 29 de junio de 2011
Hoy la Iglesia celebra a Pedro y Pablo, Santos
El Papa recuerda con emoción su ordenación sacerdotal 60 años atrás
martes, 28 de junio de 2011
domingo 26 Junio 2011
El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (Corpus Christi)सोलेम्निदाद
Santo(s) del día : San Josemaría Escrivá de Balaguer
Evangelio según San Juan 6,51-58.Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".
Los judíos discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : Papa Benedicto XVI
Exhortación Apostólica «Sacramentum Caritatis» §70 (trad. DC 2377, p. 331 © Libreria Editrice Vaticana)
"De la misma manera que el Padre, que vive, me ha enviado y que yo vivo por Él, de la misma manera aquellos que me coman, vivirán por Mi.»
El Señor Jesús, que por nosotros se ha hecho alimento de verdad y de amor, hablando del don de su vida nos asegura que «quien coma de este pan vivirá para siempre» (Jn 6,51). Pero esta «vida eterna» se inicia en nosotros ya en este tiempo por el cambio que el don eucarístico realiza en nosotros: «El que me come vivirá por mí» (Jn 6,57). Estas palabras de Jesús nos permiten comprender cómo el misterio «creído» y «celebrado» contiene en sí un dinamismo que lo convierte en principio de vida nueva en nosotros y forma de la existencia cristiana.
En efecto, comulgando el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo se nos hace partícipes de la vida divina de un modo cada vez más adulto y consciente. Análogamente a lo que san Agustín dice en las Confesiones sobre el Logos eterno, alimento del alma, poniendo de relieve su carácter paradójico, el santo Doctor imagina que se le dice: «Soy el manjar de los grandes: crece, y me comerás, sin que por eso me transforme en ti, como el alimento de tu carne; sino que tú te transformarás en mí». En efecto, no es el alimento eucarístico el que se transforma en nosotros, sino que somos nosotros los que gracias a él acabamos por ser cambiados misteriosamente. Cristo nos alimenta uniéndonos a él; «nos atrae hacia sí».
La Celebración eucarística aparece aquí con toda su fuerza como fuente y culmen de la existencia eclesial, ya que expresa, al mismo tiempo, tanto el inicio como el cumplimiento del nuevo y definitivo culto, la logiké latreía. A este respecto, las palabras de san Pablo a los Romanos son la formulación más sintética de cómo la Eucaristía transforma toda nuestra vida en culto espiritual agradable a Dios: «Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable» (Rm 12,1).
domingo, 19 de junio de 2011
Evangelio de fin de semana
¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6, 68
domingo 19 Junio 2011. La Santísima Trinidad - Solemnidad. Santo(s) del día : San Lamberto, Beata Margarita Rutan .
Evangelio según San Juan 3,16-18.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : San Atanasio (295-373), obispo de Alejandría, doctor de la Iglesia
Cartas a Serapion, n°1, 19; PG 26, 373
Hombres insensatos..., que no cesáis vuestras indiscretas investigaciones en relación con la Trinidad y no os contentáis con creer que existe, ya que tenéis por guía lo que el apóstol escribió: "Es necesario creer que Dios existe y que garantiza la recompensa a los que lo buscan". Que nadie se plantee cuestiones superfluas, pero que se limiten a aprender lo que está contenido en las Escrituras...
La Escritura dice que el Padre es fuente y luz: "Me han abandonado; a mí, la fuente de agua viva»; «Has abandonado la fuente de la sabiduría», y según Juan: «Nuestro Dios es luz». Sin embargo, al Hijo, en relación con la fuente, se le llama río, pues «el manantial de Dios, según el salmo, está lleno de agua». En relación con la luz, es llamado resplandor cuando Pablo dice que es "el resplandor de su gloria y el rostro de su esencia». Por lo tanto, el Padre es luz, el Hijo su resplandor..., y en el Hijo, es por el Espíritu que somos iluminados: "Dios os da, dice San Pablo, un Espíritu de sabiduría y revelación para conocerle; que iluminará los ojos de vuestro corazón». Pero cuando somos iluminados, es Cristo quien nos ilumina en Él, ya que la Escritura dice: "Era la luz verdadera que ilumina a todo hombre en este mundo». Además, si el Padre es la fuente y el Hijo es llamado río, se nos dice que nosotros bebemos del Espíritu: «Todos hemos bebido de un único Espíritu». Pero, habiendo bebido del Espíritu, bebemos también de Cristo porque "ellos bebieron de una roca espiritual que les seguía
y esta roca era Cristo".
El Padre siendo el «único sabio», el Hijo es su sabiduría, pues «Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios". Ahora bien, es al recibir el Espíritu de sabiduría cuando poseemos al Hijo y adquirimos la sabiduría en Él... El Hijo es la vida, dijo: "Yo soy la vida»; pero dijo que nosotros estamos vivificados por el Espíritu, así Pablo escribe: "El que ha resucitado a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará también nuestros cuerpos mortales por el Espíritu que habita en nosotros». Pero cuando somos vivificados por el Espíritu, Cristo es nuestra vida...: "No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí».
¿Existe, en la Santa Trinidad, tal correspondencia y unidad, que se podría separar al Hijo del Padre, al Espíritu del Hijo o del Padre? El misterio de Dios no se nos entrega a nuestro espíritu a través de discursos elocuentes, sino en la fe y en la oración respetuosa.
martes, 14 de junio de 2011
Es hora de anunciar el Evangelio sin miedo y con alegría, asegura el Papa
En su mensaje al concluir el año pastoral de la diócesis de Roma, de la que es Obispo, el Papa señaló que "pese a las dificultades que encuentren al conciliar las exigencias familiares y del trabajo con las de la comunidad en la que desarrollan vuestra misión (de evangelización), confíen siempre en la ayuda de la Virgen María, Estrella de la Evangelización".
El Santo Padre recordó luego que el anuncio eficiente del Evangelio necesita que la fe sea propuesta, no impuesta, por "un corazón que cree, que espera, que ama, un corazón que adora a Cristo y cree en la fuerza del Espíritu Santo".
La respuesta a la fe, entonces, "nace cuando el hombre descubre, por gracia de Dios, que creer significa encontrar la vida verdadera, la ‘vida plena’" en Cristo, que da la vida eterna a los hombres por su Resurrección.
Por ello, explicó el Pontífice, "la Iglesia, cada uno de nosotros, debe portar al mundo esta alegre noticia que Jesús es el Señor. Aquel en el que la cercanía y el amor de Dios por cada hombre y mujer, y por la humanidad entera se han hecho carne. Este anuncio debe resonar nuevamente en las regiones de antigua tradición cristiana".
Benedicto XVI recordó luego la necesidad de la nueva evangelización, alentada siempre por el ahora Beato Juan Pablo II, y rememoró lo que dijo a los jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud en Colonia en el año 2005: "¡la felicidad que buscan, la felicidad a la que tienen derecho de gustar tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazareth, escondido en la Eucaristía!"
"Si los hombres olvidan a Dios –continuó el Papa– es porque con frecuencia reducen a la persona de Jesús a un hombre sabio en el que se reduce o se niega la divinidad. Este modo de pensar impide entender la novedad radical del Cristianismo, porque si Jesús no es el Hijo único del Padre entonces Dios tampoco ha venido a visitar la historia del hombre".
"¡La encarnación, en vez de eso, pertenece al corazón del Evangelio! Que crezca, entonces, el esfuerzo por una renovada temporada de evangelización, que es tarea no solo de algunos, sino de todos los miembros de la Iglesia. En esta hora de la historia, ¿no es tal vez esta la misión que el Señor nos confía: anunciar la novedad del Evangelio, como Pedro y Pablo cuando llegaron a nuestra ciudad? ¿no debemos también nosotros mostrar la belleza y la racionalidad de la fe, llevar la luz de Dios al hombre de nuestro tiempo, con valor, con convicción y con alegría?"
El Papa Benedicto XVI dijo luego que son muchos los alejados de la Iglesia a quienes los católicos deben llegar, especialmente los padres de familia, quienes deben comenzar por la tarea de "pedir el Bautismo para sus propios hijos".
Además, dijo luego, la Iglesia sostiene estos esfuerzos y alienta la oración en familia, "formando en la fe a los niños que van creciendo". "Desde siempre la comunidad cristiana ha acompañado a los niños y jóvenes, ayudándoles no solo a comprender con la inteligencia las verdades de la fe, sino también a vivir la experiencia de oración, caridad y fraternidad", añadió.
No hay pequeños colaboradores, dijo luego Benedicto XVI, todos son necesarios a la hora de evangelizar, por lo que alentó a "recorrer este camino que hace descubrir el Evangelio no como una utopía sino como la forma plena de la existencia"
Tras recordar la importancia fundamental del sacramento de la Confirmación y del Catecismo de la Iglesia Católica para la catequesis, el Papa resaltó que "la fidelidad a la fe de la Iglesia, entonces, debe conjugarse con una ‘creatividad catequética’ que tenga en cuenta el contexto, la cultura y la edad de los destinatarios".
Finalmente el Papa dijo que "también el Beato Juan Pablo II que hasta sus últimos momentos se prodigó por anunciar el Evangelio en nuestra ciudad (Roma) y amó con particular afecto a los jóvenes, intercede por nosotros ante el Padre".
domingo, 12 de junio de 2011
Evangelio de fin de semana
domingo 12 Junio 2011. Domingo de Pentecostés - Solemnida. Santo(s) del día : Venida del Espíritu Santo, Inmaculado Corazón de la Virgen María
Evangelio según San Juan 20,19-23.
Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!".
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes".
Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: "Reciban el Espíritu Santo.
Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan".
Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
Leer el comentario del Evangelio por : San Efrén (v. 306-373) diácono en Siria, doctor de la Iglesia
Sobre la efusión del Espíritu Santo
Los apóstoles estuvieron allí, sentados en el Cenáculo, en la cámara alta, a la espera del Espíritu. Estaban ahí, dispuestos como antorchas, a la espera de ser encendidas por el Espíritu Santo para iluminar toda la creación a través de su enseñanza...Estaban ahí, como los cultivadores llevando su semilla en el manto, esperando el momento en que recibirán la orden de sembrar. Estaban ahí, como marineros cuya barca está amarrada en el puerto al mando del Hijo y que esperan tener el dulce viento del Espíritu. Estaban ahí, como pastores que acaban de recibir su cayado de las manos del Gran Pastor de todo el redil y esperan que les sean repartidos los rebaños.
«Y empezaron a hablar en distintos idiomas según el Espíritu les concedía expresarse.» ¡Oh Cenáculo, artesa donde fue arrojada la levadura que ha hecho levantar el universo! Cenáculo, madre de todas las iglesias; Cenáculo, que ha visto el milagro de la zarza ardiente (Ex 3). Cenáculo que ha sorprendido Jerusalén con un prodigio mucho más grande que el del horno que maravilló a los habitantes de Babilonia (Dn 3). El fuego del horno quemó a los que estaban alrededor, pero protegió a los que estaban en medio de él; el fuego del Cenáculo reúne a los de fuera que desean verlo mientras reconforta a los que lo reciben. ¡OH fuego cuya visita es palabra, el silencio es luz, fuego que conduce los corazones a la acción de gracias!...
Algunos que se oponían al Espíritu Santo decían "estas personas han bebido del vino dulce, están ebrios." Realmente decís la verdad, pero no es como creéis. Esto no es vino de viñas lo que hemos bebido. Es un vino nuevo que fluye del cielo. Es un vino recién prensado sobre el Gólgota. Los apóstoles lo han hecho beber y han embriagado así toda la creación. Es un vino que ha sido prensado en la cruz.
sábado, 11 de junio de 2011
jueves, 9 de junio de 2011
miércoles, 8 de junio de 2011
UN NUEVO EMPLEO
Doña Paula era una mujer muy trabajadora, todas las mañanas iba caminando a su empleo y también volvía caminando.
Ella era feliz con lo que tenía, no mucho, pero alguito tenía. Su historia era simple, se casó con un hombre bueno, lo amaba y él a ella. Planearon tener hijos, pero Dios no los mandó. Entonces la vida le puso enfrente a una niña chiquita, flaquita y con ojitos dulces pero tristes. Paula la adoptó, la niña fue creciendo con ganas y recuperaba el tiempo perdido con su “mamá del alma”. El esposo de Paula quería un varón y también se presentó la oportunidad de adoptarlo. Hicieron los trámites y el corazón se les iluminó de gozo cuando se lo entregaron para siempre. Los niños eran buenos y se llevaban pocos años, así que se hicieron muy hermanos.
A los pocos años su marido le dijo que era hora de volver a ser papás, y así fue, esta vez otra nena llegó a casa y se encontró con una familia que la amaba y le daba todo lo necesario para ser feliz.
Con el tiempo las cosas se fueron dando despacio, sin prisa, pero sin pausa. Ambos esposos fueron envejeciendo y sus hijos crecieron y se hicieron grandes. Los tres pudieron hacer su vida, con sólidos principios de su padre y todo el amor de su madre. Llegó el tiempo de que la familia se agrandase de nuevo, no ya gracias a Paula y su marido, sino a que los yernos y la nuera fueron llegando para quedarse, ellos también, como “hijos”. De a poquito aparecieron los nietos, dichosos, bulliciosos y alegres. Tenían abuelo y abuela para malcriarlos.
Sus hijos, conocedores de que papá y mamá eran sus padres de corazón también hicieron lo mismo, cada pareja adoptó un niño y los crió como a los de su vientre. Los domingos la casa de Paula era un jardín de infantes donde todos los nietos jugaban y compartían la felicidad del hogar de los abuelos.
Por eso, cuando a Paula le llegó la hora de jubilarse, sus compañeros de trabajo la miraron entre tristes felices:
-¿Qué vas a hacer ahora, Paula, con todo el tiempo libre que vas a tener?
- ¿Qué voy a hacer? Bueno, tengo otro empleo donde no me voy a jubilar jamás: trabajaré de ABUELA a tiempo completo.
Respondemos entre todos:
1. Contemos entre todos la historia de Paula.
2. ¿Qué llevó a Paula y a su esposo a adoptar esos tres niños?
3. ¿Qué hicieron los hijos de Paula? ¿Por qué?
4. ¿A qué se dedicaría Paula después de jubilarse?
5. ¿Qué nombre pondríamos, como llamaríamos, a lo que hizo Paula y su esposo? ¿Conocemos ejemplos similares? ¿Podemos contarlos?
6. ¿Nos ha pasado que alguien vio nuestro buen ejemplo, como los hijos de Paula, he hizo lo mismo que nosotros?
7. Hoy existe mucha gente necesitada en nuestro barrio o lugar de vida: ¿Qué estamos haciendo por ellos?