lunes, 29 de abril de 2013

EL EVANGELIO Y SU PENSAMIENTO

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Juan (13,31-33a.34-35):

Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros.»

Palabra de Señor

COMENTARIO.-

En el recorrido de este tiempo Pascual camino hacia la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo, la liturgia nos ha ido enseñando los distintos lugares, donde podemos encontrar al Señor Resucitado, la Eucaristía, la comunidad de discípulos, como deben ser los pastores de esa comunidad. Pues bien, el Evangelio de este domingo nos llevar a descubrir la verdadera presencial del Señor en la comunidad de creyentes en Él.
El evangelista Juan, nos recoge en este evangelio que la comunidad de los seguidores de Jesús, tendrá que ser una comunidad “de amigos”, porque así los ha querido Jesús: “vosotros sois mis amigos”; “ya nos os llamo siervos, a vosotros os he llamado amigos”. La comunidad de Jesús será una comunidad de amistad. Y este será el verdadero gesto de los que, formamos parte de la comunidad de los seguidores de Jesús. Porque, la amistad promueve la igualdad, la reciprocidad y el apoyo mutuo. La amistad promueve lo que nos une, no lo que nos diferencia. Nadie está por encima de nadie. Ningún amigo es superior a otro. Se respetan las diferencias, pero se cuida la cercanía y la relación.
La comunidad cristiana posiblemente a lo largo de la historia ha abusado muchísimo del término amor, no sabiendo aplicarlo, ya que para aplicarlo debemos de aprender el amor de Jesús.
Una comunidad basada en la «amistad cristiana» enriquecería y trasformaría hoy más que nunca a la Iglesia de Jesús. Por eso, el posible camino emprendido por el Papa Francisco, en sus gestos de cercanía, servicio, entrega, preferencia por los necesitados, puede ser un nuevo revulsivo a esa Iglesia que parece que se va diluyendo entre nosotros. Hemos de recordar aquella famosa frase de Tertuliano cuando informaba de los cristianos a las autoridades civiles y decía: “Mirad cómo se quieren, hasta el punto de dar la vida unos por otros”
¿Cómo es posible que nuestro cristianismo haya cambiado tanto?
AMÉMONOS CÓMO JESÚS NOS AMÓ.

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