sábado, 13 de julio de 2013

Lectura del santo evangelio según san Lucas

                                          manos abiertas
Evangelio según san Lucas 10, 25–37.

25 Se levantó entonces un maestro de la ley y le dijo para tenderle una trampa: 
- Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? 
26 Jesús le contestó: 
- ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué lees tú? 
27 El maestro de la ley contestó:
- Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 
28 Jesús le dijo: 
- Has respondido correctamente. Haz eso y vivirás. 
29 Pero él, queriendo pasar por un hombre de bien, dijo a Jesús:
- ¿Y quién es mi prójimo?
30 Jesús le dijo: 
- Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos salteadores que, después de desnudarle y golpearle sin piedad, se alejaron dejándole medio muerto. 31 Un sacerdote bajaba casualmente por aquel camino y, al verle, se desvió y pasó de largo. 32Igualmente un levita que pasó por el mismo lugar, al verle, se desvió y pasó de largo. 33 Pero un samaritano que iba de viaje, al llegar junto a él y verle, sintió lástima. 34 Se acercó y le vendó las heridas, después de habérselas curado con aceite y vino; luego le montó en su cabalgadura, le llevó al mesón y cuidó de él. 35 Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, diciendo: "Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a mi vuelta". 36¿Quién de los tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?
37 El otro contestó: 
- El que tuvo compasión de él.
Jesús le dijo: 
- Anda y haz tú lo mismo.
                                                             "HAZ TU LO MISMO"

" ...El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón..." (Dt 30, 10-14).
" ...En él quiso Dios que residiera toda la plenitud ..." (Col 1, 15-20).

SÍMBOLOS

Manos abiertas.
Aceite - signo curativo.

2.- PALABRA

(Lc 10, 25-37) Prójimo es aquel que se acerca a otro, el que presta ayuda, el que pone sus sentimientos al unísono con otro.

COMENTARIO 
El diálogo inicial entre el maestro de la ley y Jesús sigue muy de cerca el texto de Mc 1228-34. Marcos, sin embargo, nos habla de un escriba y la pregunta que hace es sobre el gran mandamiento de la ley. Lucas, adaptándose quizá a sus destinatarios cristianos de cultura griega, pregunta sobre la vida eterna. La respuesta del maestro de la ley combina dos textos del Antiguo Testamento: Dt 6 4 y Lv 19 18. Pero queriendo pasar por hombre justo plantea una nueva pregunta sobre quién es su prójimo. Para un judío la cuestión tenía una respuesta clara en la ley: es todo miembro del pueblo de Dios (Ex 20 16-17; 21 14.18.35; Lv 19 11-18). Para esta parábola, sin embargo, todo hombre que se aproxima a los demás con amor es el verdadero prójimo, aunque sea un extranjero. De este modo la pregunta primera se invierte y se transforma en: ¿cómo puedo ser yo el prójimo del necesitado? No debemos olvidar aquí que los sacerdotes y levitas, los expertos de la ley, son los que pasan de largo. Sus conocimientos no les sirvieron para responder a la necesidad concreta que se les presentaba. Su corazón no estaba convertido al Dios de la misericordia. Por el contrario la parábola nos descubre que el que tiene el secreto de la vida eterna es, paradójicamente, un samaritano, un extranjero odiado por los judíos (el maestro de la ley ni siquiera se atreve a pronunciar el nombre de "samaritano", Lc 10 37). Es verdad que él no tiene los conocimientos de la ley que tienen los sacerdotes y levitas, pero sin embargo sintió lástima. Tiene un corazón compasivo que sabe expresarse a través de un amor eficaz. En este gesto del samaritano la Iglesia de todos los tiempos reconoce un aspecto fundamental de su misión: la de levantar a todos los hombres y mujeres caídos en los caminos de la historia.

3.- RESUENA LA PALABRA 

Tres verbos marcan el desarrollo de esta parábola que Jesús nos narra: "ver", "acercarse" y "hacer";
La parábola nos indica tres reacciones: "Un sacerdote... al verle, se desvió" (v. 31); "un levita... al verle se desvió y pasó de largo" (v.32); "un samaritano... al llegar junto a él y verle, sintió lástima" (v.33). Para Jesús el amor consiste en una manera de ver..., de mirar abierto, dejando que el otro afecte los sentimientos del corazón, "sintió lástima" (v.33); este hombre con esos sentimientos está "alcanzando la vida eterna" (v.25).
"Se acercó y le vendó las heridas..." (v.34). La cercanía le conduce a una cadena de hechos, de realidades, de auto implicaciones (v.34 y 35): Ha visto, pero no se ha dedicado a "analizar las causas", ni a hacer una filosofía de la marginación, ni a pensar en qué instituciones serían necesarias... Se siente concernido y actúa.
"- Anda y haz tú lo mismo" (v.37). Tanto en el sacerdote como en el escriba faltan estos dos verbos: "ir y "hacer". Ellos "pasan de largo"; "dan un rodeo"... se ocupan oficialmente de las cosas de Dios y pasan por encima del prójimo; se encuentran con Dios, sin necesidad de encontrarse con los hermanos. 
Jesús en esta parábola nos ha trazado el itinerario que hemos de transitar para llegar a "tener vida" (v.25), para encontrarnos con Dios. Ese camino pasa por el prójimo = próximo: verle, padecer con él, detenernos, acercarnos, vendar..., ayudar, poner en común lo que se tiene y lo que se es...; esto es: "Hacer" como el samaritano. En esto consiste la caridad cristiana, en hacer viendo y sintiendo con los hermanos. 

MEDITACIÓN, ORACIÓN DE QUIETUD

PARA LA REFLEXIÓN Y VIVENCIA

¿Qué sentimientos me asaltan al confrontar mi vida con la narración de la parábola de Jesús?
¿Con qué personaje me identifico?
¿Qué actitudes de mi vida debo corregir?
¿Estoy en la buena dirección? 

¿Hago en concreto, con eficacia y con cercanía de corazón?
¿Qué ingredientes he de poner a cuanto hago?
¿Cómo he de mirar a los cercanos?
¿Con quienes me he de detener? 


Mantras 


" Tu Palabra me da vida "
" Haz eso y vivirás "
" Ten compasión de mi " 


4.- PARA EL DIÁLOGO Y LA EXPERIENCIA

Podemos partir para el diálogo de la siguiente frase del texto:


"Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, diciendo: "Cuida de él, y lo que gastes de más te lo pagaré a mi vuelta". ¿Quién de los tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?" (v.35-36)
¿Cómo se decanta el compromiso cristiano en este texto de la parábola?
¿Hasta dónde ha de llegar nuestro compromiso?
¿Qué vinculaciones hemos de adoptar con los prójimos?
¿Transitorias, estables, permanentes? 


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