En este día de la misericordia, las palabras de Jesús nos hablan de perdón. Ese perdón que viene de Dios, porque él se apiada de toda nuestra miseria y nuestra bajeza y quiere, en su Espíritu, darnos vida nueva. Él se apiada incluso de nuestra incredulidad, como lo hizo con Tomás. Con ese perdón nace la paz que afianza la comunidad.
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