Una monja que padecía Parkinson se curó de forma repentina luego de que sus compañeras le rezaran al Papa tras su muerte.
El carismático Papa Juan Pablo II será proclamado beato- el peldaño anterior a santo- antes de que termine este año. Y se convertirá así en uno de los católicos que más rápido llegó a los altares en 2.000 años de cristianismo. El camino para que ello se concrete quedó expedito luego de que en los últimos días de 2010 la junta médica del Vaticano aprobó un supuesto milagro atribuido a la intercesión de Karol Wojtyla, requisito indispensable en todo proceso de beatificación.
La decisión de los médicos que se venía demorando por algunas dudas que surgieron en torno del presunto milagro fue revelada ayer por el prestigioso vaticanista Andrea Tornielli, del diario italiano Il Giornale, a través de su blog.
El milagro
El caso que aprobaron fue la curación inexplicable para la ciencia de la monja francesa Marie Simon- Pierre, quien padecía una forma agresiva de Parkinson, luego de que sus compañeras le rezaran a Juan Pablo II poco después de su muerte.
El examen del caso se dilató porque uno de los especialistas intervinientes había expresado dudas sobre el diagnóstico inicial, dado que podía tratarse de un tipo de Parkinson curable.
Ello provocó que se diera intervención a otro experto para contar con la total certeza. Finalmente, en diciembre, la junta médica concluyó que las dudas se disiparon y dictaminó favorablemente. En los próximos días trasladará su decisión a la congregación para la causa de los santos del Vaticano.
El proceso de canonización de Juan Pablo II se inició en junio de 2006, dos meses después de su muerte. Benedicto XVI decidió poner en marcha la causa sin esperar el lapso de los cinco años desde el fallecimiento del candidato que fijan las normas.
Lo hizo por entender que la fama de santidad del Papa polaco era muy evidente y ante el pedido de todos los cardenales y el clamor de los fieles que, el día de los funerales de Juan Pablo II, exclamaban: “¡Santo súbito!”.
Las causas de canonización son normalmente un largo y complejo proceso. Cuando el Vaticano aprueba su inicio, el candidato es siervo de Dios. Luego se inicia un riguroso estudio de su vida y, si se considera que vivió las virtudes cristianas excepcionalmente, es declarado venerable. Karol Wojtyla llegó a ese escalón en diciembre de 2009. Luego, si se comprueba que Dios obró un milagro por su intercesión es declarado beato. Y si se prueba otro, es santo. Ahora, además del visto bueno de la congregación al milagro, hace falta la aprobación final del Papa. El especialista Tornielli cree que ello podrá producirse en enero. En tal caso, el 2 de abril al cumplirse cinco años de su muerte Juan Pablo II podría ser beatificado.
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