miércoles, 7 de octubre de 2009

El cardenal Vanhoye aconseja en valencia a los sacerdotes unir "autoridad y misericordia" en su ejercicio pastoral

El cardenal francés Albert Vanhoye ha aconsejado a los sacerdotes que unan en su actividad pastoral "autoridad y misericordia" y que promuevan una solidaridad que "acerque a los hombres a Dios", durante una conferencia pronunciado en el Seminario Mayor de la archidiócesis de Valencia, en la localidad de Moncada, según informó hoy el Arzobispado en un comunicado.
El purpurado, que con su intervención abrió las actividades diocesanas programadas con motivo del Año Sacerdotal, convocado por el Papa en el 150 aniversario de la muerte del Santo Cura de Ars, patrón de los párrocos, explicó que la "misericordia sacerdotal consiste sobre todo en ser solidario con los hombres ante Dios". Según el cardenal francés, "de hecho la peor miseria de los hombres es el pecado que les separa de Dios, de su dignidad, y que les provoca desordenes y males de toda especie". De otro modo, "la misericordia sería sólo filantropía, limitada al plano terreno, y no sería, en consecuencia sacerdotal".
El cardenal Vanhoye dirigió su ponencia ante cerca de doscientos sacerdotes de la diócesis de Valencia, entre ellos el Arzobispo, monseñor Carlos Osoro; el cardenal Agustín García-Gasco, arzobispo emérito de Valencia; los obispos auxiliares, monseñores Esteban Escudero y Enrique Benavent; los miembros del consejo episcopal; y Juan Miguel Díaz Rodelas, vicedecano de la facultad de Teología San Vicente Ferrer de Valencia, quien ha presentado al conferenciante.
El purpurado centró su exposición, titulada 'Fidelidad de Cristo, fidelidad del sacerdote', lema del Año Sacerdotal, en dos "aspectos fundamentales" del sacerdocio reflejados en el Nuevo Testamento, especialmente en la epístola a los Hebreos, de la que el cardenal francés es especialista.
Junto a la misericordia sacerdotal, el ponente citó como elemento esencial del sacerdocio el hecho de "ser digno de fe", lo que expresa "la capacidad de poner a los hombres en contacto con Dios con autoridad". Así, "un hombre compasivo con los hermanos pero que no esté acreditado ante Dios no sería capaz de establecer la mediación sacerdotal" entre los hombres y su Creador, ya que "su compasión quedaría restringida a lo terreno".
En el caso inverso, el de "una persona acreditada ante Dios pero a la que le faltase la relación de solidaridad con los hombres, su posición autorizada no le serviría de nada". Por ello, el cardenal Vanhoye instó a que los pastores de la Iglesia unan en su actividad pastoral "autoridad y misericordia", del mismo que "hizo Jesucristo, que es Sumo y Eterno Sacerdote".
Asimismo, el purpurado explicó que la compasión que precisan desarrollar los sacerdotes "no es un sentimiento superficial, sino una capacidad adquirida mediante el sufrimiento personal". Ello es debido, según precisó el purpurado, a que "para compadecerse de verdad es necesario haber pasado por los mismos sufrimientos que aquellos a los que se quiere ayudar". A este respecto, el ponente recordó que Jesucristo "se hizo igual a los hombres, excepto en el pecado, para compartir sus sufrimientos, de modo que su pasión y muerte en la cruz es una muestra de solidaridad perfecta".
El cardenal Vanhoye es secretario emérito de la Pontificia Comisión Bíblica y antiguo rector del Pontificio Instituto Bíblico de Jesuralén. En 2006, Benedicto XVI lo creó cardenal sin ser obispo, "por razón de su mérito teológico y bíblico", según han indicado a AVAN fuentes del Arzobispado.

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