Diez ciudadanos malteses que supuestamente sufrieron abusos sexuales por parte de sacerdotes cuando eran niños, y que han conseguido que tres curas sean juzgados por estas acusaciones, pedirán una audiencia privada con el Papa Benedicto XVI en la visita que el pontífice realizará a la isla esta semana.
"Lo que pedimos es poder reunirnos con el Papa para que nos ayude a cicatrizar nuestras heridas y superar nuestro trauma" afirmó Lawrence Grech, portavoz de los diez denunciantes, en una rueda de prensa. Desde 1970 se han acreditado en Malta 45 casos de pederastia en que estaban relacionados sacerdotes católicos.
Grech afirmó que las víctimas, que vivían en un hogar para niños a cargo de la Iglesia católica cuando los supuestos abusos tuvieron lugar, buscan justicia, no una compensación económica.
De momento los damnificados han recibido respuesta del arzobispo de Malta, Paul Cremona, que se ha ofrecido a recibirles.
La denuncia de estos diez hombres se formuló en 2003, aunque todavía no se ha emitido ninguna sentencia.
Sin embargo, los sacerdotes acusados han sido apartados de sus obligaciones pastorales.Por otro lado, algunos carteles que anunciaban en diversos puntos de la isla la próxima visita del Papa fueron atacados por desconocidos, que escribieron encima mensajes ofensivos relacionando a la Iglesia con la pedofilia.
La jerarquía eclesiástica maltesa afirmó este lunes en un comunicado que once años después de crear un equipo de 'respuesta especial' para abordar este tipo de asuntos había constancia de 45 casos de abusos a menores, de los cuales 19 eran infundados.
Según la curia maltesa, trece de los casos tienen alguna base, mientras que otros trece están aún pendientes de demostrar.
"La Iglesia se toma muy en serio estos casos... Para la Iglesia, incluso un solo caso es demasiado", se podía leer en el comunicado.
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