Jesús, Sacerdote eterno, guarda a estos siervos tuyos, en el recinto Santo de tu Corazón, donde nadie pueda
hacerles daño alguno; Guarda inmaculadas
sus manos consagradas que a diario tocan
tu Sagrado Cuerpo; guarda sin mancha
esos corazones sellados con el sublime carácter
del Sacerdocio;
Haz que tu Santo amor
los envuelva y separe del contacto del mundo. Bendice sus trabajos,
con frutos abundantes, y sean las almas por ellos
dirigidas y administradas, su consuelo y gozo
aquí en la tierra y después su hermosa
corona en el cielo.
Amén
hacerles daño alguno; Guarda inmaculadas
sus manos consagradas que a diario tocan
tu Sagrado Cuerpo; guarda sin mancha
esos corazones sellados con el sublime carácter
del Sacerdocio;
Haz que tu Santo amor
los envuelva y separe del contacto del mundo. Bendice sus trabajos,
con frutos abundantes, y sean las almas por ellos
dirigidas y administradas, su consuelo y gozo
aquí en la tierra y después su hermosa
corona en el cielo.
Amén
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