Desde que recibimos en nuestro corazón a Jesús somos salvos; la actitud de Dios hacia nosotros al llamarnos nos trajo su cuidado, respaldo y bendición abundante. Pero también espera de nosotros como hijos la obediencia y el compromiso en tres tareas que definen nuestra nueva vida para siempre. Ser escogidos por Dios: Designa que hemos sido seleccionados a prestar un servicio o recibir un privilegio muy especial.
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