Sus restos serán velados desde hoy en las instalaciones del Arzobispado de Salta, en tanto la misa de cuerpo presente se realizará mañana, a las 11, en la Catedral Basílica. Luego de la ceremonia religiosa será sepultado a los pies de la imagen de la Virgen del Milagro, a la par de monseñor Carlos Mariano Pérez.
El 16 de agosto de 1975, monseñor Casado era ordenado como obispo titular de Tacape y auxiliar del Arzobispado de Salta, en una ceremonia realizada en la Catedral Basílica. Para su ordenación, el religioso había elegido como motivo de su escudo el lema “Me debo a todos”, a partir de lo cual comenzó a trabajar en distintas áreas y proyectos, asesorando a la Junta Coordinadora Arquidiocesana y a la Junta Arquidiocesana de la Acción Católica.
Entre 1983 y 1994 monseñor Raúl Casado se desempeñó como obispo de Jujuy y el 18 de septiembre de este último año fue promovido a arzobispo de la provincia de Tucumán, pero al tiempo de asumir se enfermó y tuvo que abandonar su tarea para retirarse al Seminario Metropolitano de Salta.
Una de las frases que quedarán en la historia de Monseñor Raúl Casado, un enamorado del Milagro salteño, dice que “hay pueblos donde la mano de Dios pareciera haberse detenido en bendiciones. Salta puede contarse entre ellos. Reconocerlo no es afirmación de orgullo o vanagloria sino la toma de conciencia de una gracia inmerecida y de una responsabilidad inmensa”.
Ferviente luchador por la familia y la paz social, el prelado aseguraba que “no sería fácil reparar el orden social ofendido”, en clara alusión a las versiones disímiles que propagaba el gobierno de la última dictadura sobre la guerra de Malvinas, que terminó en la derrota nacional, mientras aseguraba que “la estrategia de la acusación no era el camino para lograr una reconciliación nacional”.
Siempre abogando la “liberación de las pasiones y ataduras” y repudiando la violencia, el egoísmo, el derroche y la explotación”, cementó los valores de la juventud salteña, jujeña y tucumana.
Carlos Rubio, su sobrino, contó que dentro de siete días iba a cumplir 81 años. Si bien los últimos años los pasó prácticamente en cama porque su salud se fue deteriorando, Carlos lo recuerda como “un hombre vital que tenía un futuro promisorio dentro de la Iglesia”.
Al cumplir las bodas de plata episcopales, el Papa Juan Pablo II envió el siguiente mensaje en homenaje a Casado: “Con los mejores augurios acompañamos al venerable hermano a quien felicitamos por las muchas obras espirituales que hizo en beneficio de la grey a él confiada, e impartimos benevolentemente nuestra bendición apostólica y le concedemos abundantes gracias celestiales”.
Finalmente, el 27 de mayo de 1999, Casado presentó su renuncia, que fue aceptada el 8 de julio del mismo año. En 2006, el arzobispo de Salta, Mario Cargnello, entregó la distinción San Pablo a Casado. restos serán velados hoy en las instalaciones del Arzobispado de Salta.
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