Juan 4, 19-24:
“La mujer contestó: Señor, veo que eres profeta. Nuestros padres siempre vinieron a este cerro para adorar a Dios y ustedes, los judíos, ¿no dicen que Jerusalén es el lugar en que se debe adorar a Dios? Jesús le dijo: Créeme, mujer: llega la hora en que ustedes adorarán al Padre, pero ya no será "en este cerro" o "en Jerusalén". Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Entonces serán verdaderos adoradores del Padre, tal como él mismo los quiere. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad.”
Esta lectura es muy importante en nuestra relación con Dios, por que nos dice como quiere Dios que se le adore. Si queremos acercarnos a Dios tenemos que aprender a ser verdaderos adoradores del Padre. Nuestra adoración no puede ser solo de labios, no puede ser como estos novios que hablan mas de una hora por teléfono. Lo mismo es cuando se aman, pero en sus palabra no esta la palabra compromiso; y con Dios no se puede ser así. En nuestros labios tiene que estar la palabra compromiso, por que la adoración a Dios es mas que palabra, es en espíritu y en verdad.
¿Que es adoración?
La adoración es la respuesta a la presencia de Dios.
1. Mateo 2,11:
“¡Qué alegrí1a más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.”
2. Apocalipsis 5, 11-14:
“Yo seguía mirando, y oí el clamor de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Eran millones, centenares de millones que gritaban a toda voz: Digno es el Cordero degollado, de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza, honor, gloria y alabanza. Y les respondían todas las criaturas del cielo, de la tierra, del mar y del mundo de abajo. Oí que decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Y los cuatro Seres Vivientes decían el Amén, mientras los Ancianos se postraban y adoraban.”
Estas dos lecturas hablan de la adoración. En las dos se postraron y adoraron a Dios. Los magos se postraron y adoraron; y los ancianos se postraron y adoraron a Dios. El cielo se postra ente Dios y le adora. La adoración debe de ser solo a Dios.
1. Apocalipsis 22, 8-9:
“Yo, Juan, vi y oí todo esto. Al terminar las palabras y las visiones caí a los pies del ángel que me había mostrado todo esto, para adorarlo, Pero me dijo: «No lo hagas, yo soy un
servidor como tú y tus hermanos los profetas, y como todos los que escuchan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.” Juan quería adorar al ángel, pero el ángel respondió: “solo a Dios tienes que adorar”. Solo se adora a Dios, no a la creación, solo al creador.
2. Mateo 4, 8-10:
“A continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas. Y le dijo: Te daré todo esto si te arrodillas y me adoras. Jesús le dijo: Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura: Adorarás al Señor tu Dios, y a El solo servirás.”
Satanás quería la adoración y la postración de Jesús; pero Jesús respondió adoraras al Señor tu Dios, y a El solo servirás. No se adora a Satanás, ni a las imágenes, ni a las personas, etc.
Uno de los propósitos principales de Satanás, es desviar la adoración de los hijos de Dios.
Característica de un adorador en espíritu y en verdad:
1. Conocen a Dios.
Juan 4, 22:
“Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.”
Éxodo 34, 5-8:
“Yahvé bajó en una nube y se quedó allí junto a él. Moisés entonces invocó el Nombre de Yahvé, y El pasó delante de Moisés diciendo con voz fuerte: «Yahvé, Yahvé es un Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y en fidelidad. El mantiene su benevolencia por mil generaciones y soporta la falta, la rebeldía y el pecado, pero nunca los deja sin castigo; pues por la falta de los padres pide cuentas a sus hijos y nietos hasta la tercera y la cuarta generación.» Al momento Moisés cayó al suelo de rodillas, adorando a Dios,”
Cuando la gloria de Dios pasó delante de Moisés, Moisés se postró y adoró a Dios. Cuando lo conocemos le adoramos.
2. Inclinan su Corazón a Dios.
Mateo 6,21:
“Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
Cuando se es adorador en espíritu y en verdad, Dios se convierte en nuestro Tesoro, nuestra pasión, nuestro amor. El adorador siente un fuego apasionado por Dios, de amarle y de vivir para El. Mateo 6, 25-34:
“Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más
valioso el cuerpo que la ropa? 2 Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como una de ellas. Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas cosas. No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.”
El adorador tiene un Corazón dispuesto para el reino de Dios, busca el reino de Dios y no la materia, lo que este mundo le pueda ofrecer. Piensa primero en que el reino de Dios sea manifestado a los hombres. Los adoradores no buscan el reino pensando en las añadiduras, al contrario los adoradores piensan como extender el reino con su bienes.
3. El verdadero adorador desea, ama y anhela la Palabra de Dios.
Salmo 119, 1-18:
“Dichosos los que sin yerro andan el camino y caminan según la Ley del Señor. Dichosos los que observan sus testimonios y lo buscan de todo corazón, que sin cometer injusticia caminan por sus sendas. Tú eres quien promulgó tus ordenanzas para que las observen totalmente. Ojala sea firme mi conducta en cumplir con tus preceptos. Entonces no tendré vergüenza alguna en respetar todos tus mandamientos. Te daré gracias con rectitud de corazón cuando vaya aprendiendo tus juicios justos. Tus preceptos, yo los quiero guardar, no me abandones, pues, completamente. ¿Cómo un joven purifica su camino? Basta con que observe tus palabras. ¡Con todo mi corazón te he buscado, no me desvíes de tus mandamientos! En mi corazón escondí tu palabra para no pecar contra ti. ¡Bendito seas, Señor, enséñame tus preceptos! Con mis labios he enumerado todos los juicios de tu boca. Me he complacido en seguir tus testimonios más que en tener toda una fortuna. Quiero meditar en tus ordenanzas y tener ante mis ojos tus senderos. En tus preceptos me deleitaré, jamás me olvidaré de tus palabras. Sé bueno con tu servidor y viviré, pues yo quisiera guardar tu palabra. Abre mis ojos para que yo vea las maravillas de tu Ley.” 4. El adorador desea morir entes que ofender a Dios.
Daniel 3, 13-18:
“Enfurecido, Nabucodonosor mandó a llamar a Sidrac, Misac y Abdénago. El les dijo: «¿Es verdad que ustedes no veneran a mis dioses y no adoran la estatua de oro que yo he levantado? ¿Están dispuestos ahora, cuando oigan el son de la trompeta y demás instrumentos musicales, a postrarse y adorar la estatua que he fabricado? Si no, serán inmediatamente arrojados al horno ardiente. Y entonces, ¿qué Dios los podrá librar de mis manos? Sidrac, Misac y Abdénago respondieron al rey. Le dijeron: «No necesitamos contestar sobre esto. Si nuestro Dios, a quien servimos, quiere librarnos, nos librará del horno y de tus manos. .Si no lo hace, tienes que saber que de todas maneras no serviremos a tus dioses ni adoraremos tu estatua.»
Estos tres hombres prefirieron no adorar la estatua del rey, por que solo adoraban a Dios y prefirieron la muerte que adorar la estatua.
5. Los adoradores tiene un Corazón misericordioso.
Mateo 5, 7:
“Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia.”
La misericordia es recibir lo que no merecemos. Merecíamos la muerte y Dios nos dio vida, merecíamos el odio de Dios y el nos perdono. Los adoradores son así, por que el adorador se parece a Dios.
6. Los adoradores aman.
I Juan 4, 4-21:
“Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor. Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él. En esto está el amor; no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos mutuamente. A Dios no lo ha visto nadie jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor da todos sus frutos entre nosotros. Y ¿cómo sabemos que permanecemos en Dios y él en nosotros? Porque nos ha comunicado su Espíritu. Pero también hemos visto nosotros, y declaramos, que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. Quien reconozca que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Por nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es amor: el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él. Cuando el amor alcanza en nosotros su perfección, miramos con confianza al día del juicio, porque ya somos en este mundo como es El. En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme, no conoce el amor perfecto. Amemos, pues, ya que él nos amó primero. Si uno dice «Yo amo a Dios» y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Pues este es el mandamiento que recibimos de él: el que ama a Dios, ame también a su hermano.”
7. El adorador trabaja por la paz.
Mateo 5, 9:
“Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.”
Los adoradores trabajan por la paz, por que el Reino de Dios es un Reino de Paz.
“La mujer contestó: Señor, veo que eres profeta. Nuestros padres siempre vinieron a este cerro para adorar a Dios y ustedes, los judíos, ¿no dicen que Jerusalén es el lugar en que se debe adorar a Dios? Jesús le dijo: Créeme, mujer: llega la hora en que ustedes adorarán al Padre, pero ya no será "en este cerro" o "en Jerusalén". Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Entonces serán verdaderos adoradores del Padre, tal como él mismo los quiere. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad.”
Esta lectura es muy importante en nuestra relación con Dios, por que nos dice como quiere Dios que se le adore. Si queremos acercarnos a Dios tenemos que aprender a ser verdaderos adoradores del Padre. Nuestra adoración no puede ser solo de labios, no puede ser como estos novios que hablan mas de una hora por teléfono. Lo mismo es cuando se aman, pero en sus palabra no esta la palabra compromiso; y con Dios no se puede ser así. En nuestros labios tiene que estar la palabra compromiso, por que la adoración a Dios es mas que palabra, es en espíritu y en verdad.
¿Que es adoración?
La adoración es la respuesta a la presencia de Dios.
1. Mateo 2,11:
“¡Qué alegrí1a más grande: habían visto otra vez a la estrella!. Al entrar a la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron. Abrieron después sus cofres y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra.”
2. Apocalipsis 5, 11-14:
“Yo seguía mirando, y oí el clamor de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Eran millones, centenares de millones que gritaban a toda voz: Digno es el Cordero degollado, de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza, honor, gloria y alabanza. Y les respondían todas las criaturas del cielo, de la tierra, del mar y del mundo de abajo. Oí que decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Y los cuatro Seres Vivientes decían el Amén, mientras los Ancianos se postraban y adoraban.”
Estas dos lecturas hablan de la adoración. En las dos se postraron y adoraron a Dios. Los magos se postraron y adoraron; y los ancianos se postraron y adoraron a Dios. El cielo se postra ente Dios y le adora. La adoración debe de ser solo a Dios.
1. Apocalipsis 22, 8-9:
“Yo, Juan, vi y oí todo esto. Al terminar las palabras y las visiones caí a los pies del ángel que me había mostrado todo esto, para adorarlo, Pero me dijo: «No lo hagas, yo soy un
servidor como tú y tus hermanos los profetas, y como todos los que escuchan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.” Juan quería adorar al ángel, pero el ángel respondió: “solo a Dios tienes que adorar”. Solo se adora a Dios, no a la creación, solo al creador.
2. Mateo 4, 8-10:
“A continuación lo llevó el diablo a un monte muy alto y le mostró todas las naciones del mundo con todas sus grandezas y maravillas. Y le dijo: Te daré todo esto si te arrodillas y me adoras. Jesús le dijo: Aléjate, Satanás, porque dice la Escritura: Adorarás al Señor tu Dios, y a El solo servirás.”
Satanás quería la adoración y la postración de Jesús; pero Jesús respondió adoraras al Señor tu Dios, y a El solo servirás. No se adora a Satanás, ni a las imágenes, ni a las personas, etc.
Uno de los propósitos principales de Satanás, es desviar la adoración de los hijos de Dios.
Característica de un adorador en espíritu y en verdad:
1. Conocen a Dios.
Juan 4, 22:
“Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos.”
Éxodo 34, 5-8:
“Yahvé bajó en una nube y se quedó allí junto a él. Moisés entonces invocó el Nombre de Yahvé, y El pasó delante de Moisés diciendo con voz fuerte: «Yahvé, Yahvé es un Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y en fidelidad. El mantiene su benevolencia por mil generaciones y soporta la falta, la rebeldía y el pecado, pero nunca los deja sin castigo; pues por la falta de los padres pide cuentas a sus hijos y nietos hasta la tercera y la cuarta generación.» Al momento Moisés cayó al suelo de rodillas, adorando a Dios,”
Cuando la gloria de Dios pasó delante de Moisés, Moisés se postró y adoró a Dios. Cuando lo conocemos le adoramos.
2. Inclinan su Corazón a Dios.
Mateo 6,21:
“Pues donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.”
Cuando se es adorador en espíritu y en verdad, Dios se convierte en nuestro Tesoro, nuestra pasión, nuestro amor. El adorador siente un fuego apasionado por Dios, de amarle y de vivir para El. Mateo 6, 25-34:
“Por eso yo les digo: No anden preocupados por su vida con problemas de alimentos, ni por su cuerpo con problemas de ropa. ¿No es más importante la vida que el alimento y más
valioso el cuerpo que la ropa? 2 Fíjense en las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, no guardan alimentos en graneros, y sin embargo el Padre del Cielo, el Padre de ustedes, las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que las aves? ¿Quién de ustedes, por más que se preocupe, puede añadir algo a su estatura? Y ¿por qué se preocupan tanto por la ropa? Miren cómo crecen las flores del campo, y no trabajan ni tejen. Pero yo les digo que ni Salomón, con todo su lujo, se pudo vestir como una de ellas. Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas para vestirnos? Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso. Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de Dios, y se les darán también todas esas cosas. No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus problemas.”
El adorador tiene un Corazón dispuesto para el reino de Dios, busca el reino de Dios y no la materia, lo que este mundo le pueda ofrecer. Piensa primero en que el reino de Dios sea manifestado a los hombres. Los adoradores no buscan el reino pensando en las añadiduras, al contrario los adoradores piensan como extender el reino con su bienes.
3. El verdadero adorador desea, ama y anhela la Palabra de Dios.
Salmo 119, 1-18:
“Dichosos los que sin yerro andan el camino y caminan según la Ley del Señor. Dichosos los que observan sus testimonios y lo buscan de todo corazón, que sin cometer injusticia caminan por sus sendas. Tú eres quien promulgó tus ordenanzas para que las observen totalmente. Ojala sea firme mi conducta en cumplir con tus preceptos. Entonces no tendré vergüenza alguna en respetar todos tus mandamientos. Te daré gracias con rectitud de corazón cuando vaya aprendiendo tus juicios justos. Tus preceptos, yo los quiero guardar, no me abandones, pues, completamente. ¿Cómo un joven purifica su camino? Basta con que observe tus palabras. ¡Con todo mi corazón te he buscado, no me desvíes de tus mandamientos! En mi corazón escondí tu palabra para no pecar contra ti. ¡Bendito seas, Señor, enséñame tus preceptos! Con mis labios he enumerado todos los juicios de tu boca. Me he complacido en seguir tus testimonios más que en tener toda una fortuna. Quiero meditar en tus ordenanzas y tener ante mis ojos tus senderos. En tus preceptos me deleitaré, jamás me olvidaré de tus palabras. Sé bueno con tu servidor y viviré, pues yo quisiera guardar tu palabra. Abre mis ojos para que yo vea las maravillas de tu Ley.” 4. El adorador desea morir entes que ofender a Dios.
Daniel 3, 13-18:
“Enfurecido, Nabucodonosor mandó a llamar a Sidrac, Misac y Abdénago. El les dijo: «¿Es verdad que ustedes no veneran a mis dioses y no adoran la estatua de oro que yo he levantado? ¿Están dispuestos ahora, cuando oigan el son de la trompeta y demás instrumentos musicales, a postrarse y adorar la estatua que he fabricado? Si no, serán inmediatamente arrojados al horno ardiente. Y entonces, ¿qué Dios los podrá librar de mis manos? Sidrac, Misac y Abdénago respondieron al rey. Le dijeron: «No necesitamos contestar sobre esto. Si nuestro Dios, a quien servimos, quiere librarnos, nos librará del horno y de tus manos. .Si no lo hace, tienes que saber que de todas maneras no serviremos a tus dioses ni adoraremos tu estatua.»
Estos tres hombres prefirieron no adorar la estatua del rey, por que solo adoraban a Dios y prefirieron la muerte que adorar la estatua.
5. Los adoradores tiene un Corazón misericordioso.
Mateo 5, 7:
“Felices los compasivos, porque obtendrán misericordia.”
La misericordia es recibir lo que no merecemos. Merecíamos la muerte y Dios nos dio vida, merecíamos el odio de Dios y el nos perdono. Los adoradores son así, por que el adorador se parece a Dios.
6. Los adoradores aman.
I Juan 4, 4-21:
“Queridos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor. Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros: Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él. En esto está el amor; no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos mutuamente. A Dios no lo ha visto nadie jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor da todos sus frutos entre nosotros. Y ¿cómo sabemos que permanecemos en Dios y él en nosotros? Porque nos ha comunicado su Espíritu. Pero también hemos visto nosotros, y declaramos, que el Padre envió a su Hijo como Salvador del mundo. Quien reconozca que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él y él en Dios. Por nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en él. Dios es amor: el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios en él. Cuando el amor alcanza en nosotros su perfección, miramos con confianza al día del juicio, porque ya somos en este mundo como es El. En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme, no conoce el amor perfecto. Amemos, pues, ya que él nos amó primero. Si uno dice «Yo amo a Dios» y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Pues este es el mandamiento que recibimos de él: el que ama a Dios, ame también a su hermano.”
7. El adorador trabaja por la paz.
Mateo 5, 9:
“Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.”
Los adoradores trabajan por la paz, por que el Reino de Dios es un Reino de Paz.
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