La .lectura orante de la Biblia. es un
método usado desde antiguo en la
Iglesia, principalmente en los
monasterios. Hoy día, las comunidades
eclesiales, principalmente en América
Latina, lo han adoptado como método
de oración
DIEZ PUNTOS PARA ORIENTAR LA LECTURA ORANTE,
PERSONAL Y DIARIA DE LA BIBLIA
.Habla, Señor, que tu siervo escucha.
.Hágase en mí según tu Palabra
1. Comenzar invocando al Espíritu Santo
2. Leer el texto lentamente y con atención
3. Hacer un momento de silencio
interior recordando lo que se leyó
4. Ver en profundidad el sentido
de cada frase
5. .Rumiar. la Palabra, actualizarla
y relacionarla con la vida
6. Ampliar la visión relacionando el
texto leído con otros pasajes de
la Biblia
7. Volver a leer, rezando el texto y
respondiendo a Dios
8.Formular un compromiso de vida
9. Rezar un salmo apropiado
10. Como resumen, elegir
una frase para memorizar
PEQUEÑA PEDAGOGÍA
PARA VIVIR LA PALABRA DE DIOS
Hacer una lectura lenta, muy lenta, de la Palabra de Dios, con pausas muy frecuentes.
Mantener el alma vacía, abierta y serenamente expectante.
Lectura desinteresada; no buscar algo como doctrina, verdades, frases bonitas, soluciones a
mis problemas, consuelos...
Leer .escuchando. (al Señor) de alma a alma, de persona a persona, atentamente, pero con
una atención .pasiva., sin ansiedad...
No esforzarse por entender intelectualmente, ni literalmente: no preocuparse de lo que .quiere
decir esto., sino preguntarse ¿qué me está diciendo Dios con esto?.. No estancarse en frases
sueltas que, acaso no se entienden, sino dejarlas sin preocuparse de entender literalmente
todo.
Las expresiones que más me han conmovido, subrayarlas con un lápiz y colocar al margen
una palabra que sintetice aquella impresión fuerte...
Retirar el nombre propio que aparece (por ejemplo Israel, Jacob, Samuel, Moisés, Timoteo...)
y sustituirlo por tu propio nombre personal. Sentir que Dios te llama por tu propio nombre.
Si la lectura no te .dice. nada, quédate tranquilo y en paz; podría ser que la misma lectura otro
día te .diga. mucho; por detrás de nuestro trabajo está, o no está, la gracia; la .hora. de Dios
no es nuestra hora; hay que tener siempre paciencia en las cosas de Dios.
No luchar por atrapar y poseer exactamente el significado doctrinal de la palabra, sino más
bien meditarla como hacía María en su Corazón: darle vueltas en la mente y en el corazón,
dejándose llenar e impregnar de las vibraciones y resonancias del corazón de Dios, y .conservar.
la Palabra, es decir, que esas resonancias sigan resonando a lo largo del día.
En los salmos, .imaginar. qué sentiría Jesús (o María) al pronunciar las mismas palabras,
colocarse mentalmente en el corazón de Jesucristo y desde ahí dirigir a Dios esas palabras,
.en lugar de Jesús., rezarlas en su espíritu, con su disposición interior, con sus sentimientos...
Ocuparse con frecuencia en aplicar a la vida la Palabra meditada; reflexionar en qué sentido y
circunstancias los criterios en la Palabra (la mente de Dios) deben influir y alterar nuestro
modo de pensar y de actuar, porque la Palabra debe interpelar y cuestionar la vida del creyente;
de esta manera, los criterios de Dios llegarán a ser nuestros criterios hasta transformarnos en
verdaderos discípulos del Señor.
Determinarse por un propósito para el día, que sea concreto, ligeramente difícil, escuchado
del Señor...
En suma: Leer, saborear, rumiar, meditar, aplicar.
1. Acogida, oración
+ acogida y breve intercambio de expectativas
+ oración inicial invocando la luz del Espíritu Santo
2. Lectura del texto
+ lectura pausada y atenta
+ permanecer en silencio para que la Palabra pueda penetrar en nosotros
+ reconstruir el texto entre todos, intentando recordar lo que se leyó
3. El sentido del texto en sí mismo
+ intercambiar impresiones y dudas sobre el sentido del texto. Si fuera
necesario volver a leer y entre todos aclarar las dudas
+ hacer un momento de silencio para asimilar lo que se ha escuchado
4. El sentido para nosotros
+ rumiar el texto y descubrir su sentido actual
+ aplicar el sentido del texto a la situación que vivimos hoy
+ ampliar el sentido relacionándolo con otros textos de la Biblia
+ ubicar el texto en el Plan de Dios que se realiza en la historia
5. Rezar el texto
+ una vez más leer el texto con atención
+ hacer un momento de silencio para preparar nuestra respuesta a Dios
+ rezar el texto, compartiendo las luces y la fuerza recibidas
6. Contemplar, comprometerse
+ expresar el compromiso al que nos condujo la Lectura Orante
+ resumir todo en una frase que nos aompañe
7. Un salmo
+ buscar un salmo que exprese las vivencias del encuentro
+ rezarlo como conclusión del encuentro
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