sábado, 22 de agosto de 2009

¡ VEN ESPÌRITU SANTO!



VEN, ESPIRITU SANTO,
y envìa desde el cielo
un rayo de tu luz.

Ven, Padre de los pobres,
ven a darnos tus dones,
ven a darnos tu luz.

Consolador lleno de bondad,
templanza en las pasiones,
alegrìa en nuestro llanto.

Penetra con tu santa luz
en lo màs ìntimo
del corazòn de tus fieles.

Sin tu ayuda divina
no hay nada en el hombre,
nada que sea inocente.

Lavas nuestras manchas,
riega nuestra aridez,
cura nuestras heridas.

Suaviza nuestra dureza,
enciende nuestra frialdad,
corrigue nuestros devios.

Concede a tus fieles,
que en tì confìan,
tus sietes sagrados dones.

Premia nuestra virtud,
salva nuestras almas,
danos la eterna alegrìa.
Amen, aleluya.


¡ VEN ESPÌRITU CREADOR!

En Enero de 1980, Juan Pablo II, hablando a un grupo de la Renovación Carismática dijo:
“Yo desde pequeño aprendí a rezarle al Espíritu Santo. Cuando tenía 11 años, me entristecía porque se me dificultaban mucho las Matemáticas. Mi padre, me mostró en un librito el Himno VEN ESPIRITU CREADOR, y me dijo: “Rézalo y veras que Él te ayuda a comprender”. Llevo más de 40 años rezando este himno todos los días y he sabido lo mucho que ayuda el Divino Espiritu”.
¡VEN, ESPIRITU CREADOR!
Ven, Espíritu Creador. Visita nuestras almas
y llena con la gracia divina los corazones que Tú creaste.
Eres el Paráclito, el Don de Dios Altísimo.
Fuente viva, Fuego, Amor y espiritual Unción.
Autor de los siete dones, Dedo de la diestra paterna,
fiel promesa de Padre que enriquece nuestra palabra.
Ilumina los sentidos, infunde amor en los corazones
Y conforta sin cesar nuestra fragilidad.
Ahuyenta al enemigo, danos pronto la paz
Contigo como guía evitemos todo mal.
Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo,
y confiemos siempre en Ti, Espíritu de ambos.
Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó
y al Espíritu Paráclito, por todos los siglos.
Amén
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y renovaras la faz de la Tierra.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, haz que guiados por este mismo Espíritu gustemos siempre del bien y gocemos siempre de tu divino consuelo. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amen.


ESPIRITU SANTO,
llena nuevamente mi alma
con la abundancias de tus dones y frutos.
Que, con el don de sabiduria,
sepa diferenciar la realidad de las apariencias
y no dejarme encandilar por estas.
Que, con el don de entendimiento,
sepa descubrir los misterios de la fe
y aplicarlos en mi vida.
Que, con el don de consejo,
encuentre los mejores medios para santificarme,
perseverar y salvarme.
Que, con el don de fortaleza,
venza todos los obstàculos que se me presentan
para vivir como cristiano.
Que, con el don de ciencia,
sepa discernir claramente el bien del mal
y no sufra los engaños del maligno.
Que, con el don piedad,
ame a Dios como Padre
y sea misericordioso con mi pròjimo.
Que, con el don de temor de Dios,
aprenda a guardar los mandamientos,
y descubra el bien que encierran.
Llèname de tu amor divino;
que sea el mòvil de toda mi vida espiritual;
que lleno de unciòn, sepa enseñar y hacer entender;
sobre todo con mi ejemplo,
la belleza de la revelaciòn
y la dulzura de tus preceptos.
AMEN



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