lunes, 3 de agosto de 2009

SEMINARIO DE VIDA EN EL ESPIRITU SANTO


El Espíritu Santo

OBJETIVO

Reavivar el conocimiento del Espíritu Santo y el amor a Él.

ENSEÑANZA

Quién es el Espíritu Santo

Quizá el mejor camino para conocer al Espíritu Santo sea recurrir a los símbolos que usa la Biblia, cuando describe su actuar en el hombre y en la Iglesia. Los principales símbolos son el viento, el fuego, el agua, el aceite, la paloma y el don.

El fuego: el Espíritu descendió en lenguas de fuego sobre los apóstoles, en Pentecostés. El fuego purifica, ilumina y calienta. Eso hace el Espíritu en el hombre: lo limpia del pecado, le revela los misterios de Dios y enciende en los corazones el amor.

El viento: la palabra "espíritu" significa viento, aliento. Tal fue el huracán que sopló en Pentecostés, o el aliento de vida que exhaló Jesús sobre sus discípulos. Al llenarse del Espíritu Santo, los creyentes pueden respirar la vida del Señor, tener sus sentimientos, amar y pensar como Jesús.

El agua: Jesús invitó a beber del agua viva a cuantos estuviesen sedientos. Todos podemos beber de un mismo Espíritu y ser bautizados en Él. Como si fuésemos peces, requerimos movernos en sus ondas para vivir.

El aceite: de acuerdo a las costumbres de los hebreos, a los sacerdotes, profetas y reyes se les ungía con óleo. Cristo y los cristianos quedamos ungidos por el Espíritu Santo, y embalsamados como si lo fuéramos por un perfume. Ese es el aceite que alimenta la lámpara de nuestra vida y hace que brille con buenas obras.

La paloma: este símbolo puede referirse a diversos acontecimientos bíblicos como la creación o el diluvio o a pasajes de los salmos o del Cantar de los Cantares. También puede ser un símbolo del pueblo de Israel, de la Iglesia, manifestada por el Espíritu Santo.

El don: el Espíritu Santo, prometido por el Padre y por Jesús, fue derramado sobre la Iglesia tras la ascensión del Señor a los cielos. Ese regalo de Dios es el mejor presente que podemos pedir y recibir.

Qué hace el Espíritu Santo

El Espíritu Santo nos relaciona con Dios Padre, cuyos misterios nos revela y de quien nos hace hijos. El Espíritu nos ayuda a orar, dándonos motivo para nuestra alabanza y supliendo nuestras imperfectas plegarias. Él nos da a conocer la voz de Dios y nos manifiesta sus designios, al hablar por medio de los profetas.

El Espíritu Santo nos permite creer en Jesucristo, nos recuerda cuanto enseñó Jesús, y así nos lleva a la verdad completa. El nos da fuerza para dar testimonio de Jesús y nos transforma en imágenes vivas del Señor.

El Espíritu Santo nos reúne a los creyentes y forma la Iglesia, la une, la santifica, la hace católica y apostólica. Él da vida por medio de los sacramentos, derrama sus dones y carismas y los usa para la construcción del Reino de Dios en la tierra.

Esos carismas son muy numerosos. Ahora se los estudia, se los busca y se procura que se afirmen para el servicio de toda la comunidad.

El Espíritu Santo nos hace crecer en el Amor. Donde hay un acto auténtico de amor, está obrando el Espíritu de Dios. Él es el amor que se derrama en nuestros corazones (Romanos 5, 5) El Espíritu de Dios es el que posibilita "la comunión de los santos", es el que, siendo Señor y Dador de Vida, resucitará a los muertos, y el que a todos nos concederá la vida eterna. Él, a quien se le llama también "la Gloria", es quien brilla en nosotros con resplandor que crece de día en día (cfr. 2 Corintios 3, 18).

Cómo pedir el Espíritu Santo

Cada cristiano debe suplicar el don del Espíritu Santo. La plegaria de cada uno debe reforzarse con la oración de todo el grupo. Todos deben rogar al Señor que avive el fuego en la Iglesia. Todos pueden decir: "Bautízame, Señor, con ese bautismo de Espíritu Santo y fuego, de que hablaba tu Precursor. Es decir, destruye en mí todo pecado y abrásame en el fuego de tu amor". Así oraba san Juan Eudes, y san Buenaventura decía: "Nadie será lleno de ese fuego, si no reza y pide y llama, con pertinaz y urgente anhelo de esperanza".

Por eso, comprométete ahora en orar a Dios para que te dé su Espíritu, haz esa plegaria con sencillez, insistencia y fervor, apóyate en la oración de los demás. Recuerda que cuando varios se unen y piden en el nombre de Jesús, Él concede lo que se le suplica.

LA REVELACIÓN DE DIOS

Insinuamos la lectura de los siguientes pasajes de la Biblia. Su enseñanza permitirá una mejor comprensión del ser y del actuar del Espíritu Divino:

Juan 7, 37-39. "El último día de la fiesta, el más solemne, Jesús puesto en pie, gritó: "Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí", como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva. Esto lo deciá refiriéndose al Espíritu que iban a recibir los que creyeran en él. Porque aún no había Espíritu, pues todavía Jesús no había sido glorificado."

Gálatas 5, 19-23 : "Ahora bien, las obras de la carne son conocidas: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones, envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios. En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley."

También recomendamos leer los siguientes textos:

Ezequiel 37, 1-14
Lucas 11, 5-13
Juan 14, 16-17.26; 15, 26-27; 16, 7-15
Hechos 2, 1-14
Romanos 8, 1-27
1 Corintios 12, 3-13

CANTOS

En el cancionero "Gozaos en el Señor" encontrarás muchas canciones para pedir el Espíritu.
Insinuamos las siguientes:

  • Bautízame, Señor, con tu Espíritu

  • Es el viento

  • Espíritu Santo, pasa por aquí

  • Espíritu Santo, ven, ven

  • Fuego, fuego, fuego

  • Inunda mi ser

  • Pentecostés

PARA PROFUNDIZAR

Organiza un grupo y conversa con sus integrantes, ayudándote de estas preguntas:

  • ¿Qué sabes tú del Espíritu Santo?

  • ¿Cómo has vivido la vigilia y la fiesta de Pentecostés?

  • ¿Qué piensas de los carismas?

  • Intercambia ideas sobre la imposición de manos.

APLICACIONES PRÁCTICAS

Aleja de ti la duda y prepárate para renovar la presencia del Espíritu Santo en ti. Vive el sacramento de la Reconciliación. Acepta a Jesús como Salvador y como Señor de tu vida y pídele te dé su Espíritu. Pide que te impongan las manos mientras invitas al Espíritu de Dios a tu vida.

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